(Sustantivo y adjetivo. Del griego chrónos = tiempo y dóron = regalo)
Bien que deja el paso del tiempo.
Los cronodoros no son necesariamente herencias, sino bondades concomitantes a una actividad o un proceso. Si una persona está durante mucho tiempo como empleada de una dependencia estatal, es casi seguro que ascenderá en su puesto (aunque su actividad siga siendo la misma) y cobrará mejor sueldo. Un docente sabe que su curriculum aumenta con solo ocupar su cargo: cuantos más años dure, más años le serán computados en el haber de su legajo y menos vulnerable se hará a que otros colegas le disputen su cargo.
Como adjetivo, el término se refiere despectivamente a las personas que obtienen inesperados cronodoros: "A Alberto lo pusieron como jefe de personal. Su único mérito fue haberse aferrado al puestito de ayudante durante treinta y cinco años. Es un perfecto cronodoro"
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