viernes, 30 de abril de 2010

Icófeno

(Sustantivo. Del griego eikónes = imagen y phaíno = manifestación)

Inesperada aparición en la realidad de un objeto o situación imaginaria. 

A veces hacemos un esfuerzo por imaginar la situación más disparatada o improbable posible. Por ejemplo, una vaca violeta sobre la terraza de un edificio, a punto de desplegar dos alas como de murciélago. Puede ocurrir que luego sagamos a la calle, miremos hacia un edificio y veamos, precisamente, a esa vaca violeta alada. El hecho es altamente improbable, pero no conceptualmente imposible.
¿Será una jugada de la imaginación? ¿Una casualidad? Esa extraña circunstancia es el icófeno.

Sin embargo, el término adquiere una referencia cotidiana cuando se le adjudica otra acepción un poco más restringida: según esta acepción, la aparición en la realidad no es de un objeto o ser puramente imaginario, sino de algo real pero relativamente improbable. Por ejemplo, suponga que usted está pensando en el primo de un ex compañero de la secundaria a quien vio sólo una vez en el año mil novecientos ochenta y nueve, y cuyo nombre jamás podría recordar. Si ese día se cruza con esa improbable persona, se habrá convertido en un icófeno. 
Suele ocurrir que los icófenos se nos aparecen muchas veces. Si pensamos en el sodero de nuestra abuela, es probable que nos lo crucemos cinco o diez veces en la misma semana. Si, por alguna razón, nos acordamos de algún producto que sólo existió cuando éramos niños, es posible que alguien hable de ese producto, o veamos ese producto en la televisión, o nos encontremos uno en la calle, esperándonos entre una pila de basura.

Si esta entrada generara un icófeno, los lectores verían algunas vacas violetas durante los próximos días.

jueves, 29 de abril de 2010

Mecanoma

(Sustantivo. Del griego mechané = maquinación, mecanismo y terminación -oma = tumor)

Parte que sobresale del interior de un objeto cuando alguno de sus mecanismos internos se ha roto o desencajado.

Si en un viejo reloj analógico se desata uno de sus elásticos internos, es posible que parte del mecanismo llegue a sobresalir por alguna de las partes más débiles del sistema. Por ejemplo, puede ser que algunas piezas desacomodadas impacten sobre el cartón donde están dibujados los números, y puede que ese impacto llegue a deformarlos. Esa deformación producto de un desperfecto es el mecanoma. 
Cada vez que se rompe algo en el interior de un aparato mecánico, es posible que visualicemos un mecanoma. El mecanoma es el producto del reacomodamiento de las piezas después de que ha ocurrido un desperfecto relativamente violento. Si se desprende el motor de un automóvil, es posible que las piezas que se ven afectadas por este desprendimiento se acomoden de un modo aleatorio dentro del capó generando consecuencias visibles desde afuera: abolladuras o piezas que sobresalen por los intersticios del capó. Si se trata de un aparato electrónico, es posible que se queme un transformador, alguna plaqueta o componente. En ese caso, desde afuera podremos visualizar cierta hinchazón o deformidad, y un color ahumado: he ahí el mecanoma producto de un objeto cuyo desperfecto provoca la quemazón.

martes, 27 de abril de 2010

Eugelótico / Cacogelótico

(Adjetivo. Del griego eu = bueno, bello o kakós = malo, desagradable y geláo = reír. Sustantivos: eugelia, cacogelia)

1. Eugelótico: dícese de quien tiene una risa bella, agradable y contagiosa.
2. Cacogelótico: dícese de quien tiene una risa que inspira temor, angustia o vergüenza.

Los personajes malvados de los cuentos suelen ser cacogelóticos, mientras que se pretende presentar a los protagonistas como eugelóticos.

Conviene aclarar que la eugelia o la cacogelia no necesariamente implican una connotación moral. Una persona puede ser cacogelótica a pesar de que su risa no pretende ser amenazadora o sarcástica. La inversa también es válida: a veces una persona eugelótica desea mostrar desprecio a través de la risa, pero no lo logra debido a su eugelia.

lunes, 26 de abril de 2010

Tespecondio

(Sustantivo. Del latín te = acusativo de tu, specto [o specio] = mirar y condo = esconderse.) 

Acción de esconderse en algún lugar en el que todos saben que se está escondido.

Creemos que la acción de esconderse implica buscar un lugar que quien nos busca no podría prever. Sin embargo, el tespecondio sirve para los casos en los que, a pesar de quien nos busca sabe dónde estamos, no podrá alcanzarnos porque está muy alto, es muy estrecho o demanda demasiado esfuerzo. El niño que quiere huir del castigo de sus padres puede encerrarse en una baulera o agacharse detrás de la mesita que está detrás de la otra mesa en la habitación del fondo, apelando a nuestra tendencia a no perseguir presas si se comportan de manera complicada.
Los animales y los insectos suelen practicar el tespecondio. Las cucarachas que huyen debajo de la cocina o el gato que se escabulle entre las patas de las sillas son algunos ejemplos.

También puede llamarse tespecondio al escondite inoperante y puramente simbólico, como el que se muestra en la imagen que ilustra esta entrada. Si alguien hace un hoyo en la arena y mete la cabeza, literalmente no se está escondiendo, pero pretende decirnos que querría que no lo viéramos y, si somos piadosos, fingiremos que no está allí.

A veces se utiliza el tespecondio después de una circunfugia.

domingo, 25 de abril de 2010

Aparientes

(Palabra y definición enviadas por La Patu)

(Sustantivo y adjetivo. De aparentes y parientes. Sustantivo: aparescencia)

Personas que son muy parecidas entre sí y que parecen parientes. 

Muchas veces, un par de amigas o amigos se parecen mucho y cualquiera diría que son hermanos o padre e hijo. La aparescencia, sin embargo, no se extiende a otras relaciones familiares. Rara vez, o tal vez nunca, decimos que "se parecen como tío y sobrino", o "son muy parecidos, deben ser abuelo y nieto": la aparescencia se limita a las relaciones de hermandad y de paternidad.

sábado, 24 de abril de 2010

Exotemporio

(Palabra y definición enviadas por Javier Richarte)

(Sustantivo. Del latín exo = fuera de, tempus = tiempo, emporium = comercio, tienda)

Dícese de los comercios que aún siguen vendiendo fuera de temporada.

Un claro ejemplo son las heladerías, que durante invierno improvisan un bar para tomar café con leche con tres de grasa, no siendo ni remotamente ésa su principal actividad.

viernes, 23 de abril de 2010

Circunfugia

(Sustantivo. Del latín circum = alrededor y fugere = huir)

1. Acción de correr en círculos en el momento en que se debe escapar.

Las hormigas en forma usual, y las personas desesperadas de vez en cuando, practican la circunfugia. Es una forma de totalmente inoperante de realizar una huida. 

2. Acción de huir para esconderse en una zona muy cercana.

Solemos creer que cuando alguien huye, se va lo más lejos posible. Pero, precisamente esa creencia sirve como escondite: puede fingir que se va muy lejos para luego engañarnos y esconderse en el mismo lugar del que fue echado a escopetazos. A veces, aunque se sabe dónde está escondido el fugitivo, no se lo puede o no se lo quiere alcanzar a causa del tespecondio.

miércoles, 21 de abril de 2010

Triviquio

(Sustantivo. Del latín trivialis = trivial y quaero = preguntar) 

Pregunta recurrente que se hace a pesar de que ya se conoce que en todos los casos hay una misma respuesta.

Después de años de convivencia, los integrantes de un matrimonio ya conocen los gustos y preferencias de su pareja. La mujer siempre toma un té de manzanilla con dos de azúcar. El marido, sin embargo, cada vez que prepara té le pregunta: "¿De qué lo querés? ¿Con cuántas de azúcar?" A veces, aunque ya se sabe cuál es la respuesta, se pregunta por cortesía y para mostrar que se está dispuesto a ofrecer otras opciones. Otras veces por inercia y otras, finalmente, porque se olvidan esos detalles cotidianos.
Para que exista el triviquio es necesario que haya un largo recorrido de rutinas compartidas. El barman le sirve "el trago de siempre" al cliente habitual. Será considerado triviquio si, después de que cada día durante cinco años el parroquiano pida dos medidas whisky Jack Daniels, el barman le pregunte: "¿Qué va a tomar el caballero?"

martes, 20 de abril de 2010

Infirmonimia

(Sustantivo. Del latín infirmitas = enfermedad y nomen = nombre)

1. Apresuramiento en calificar de enfermedad algo que sólo es un síntoma difuso. 

Los médicos suelen ser reacios a declarar una enfermedad. Sin embargo, el paciente llega al consultorio con un prediagnóstico de familiares y amigos: "Andás con mucho sueño. Bueno, no sé, para mí que tenés anemia disneurante de la India" "¿Te duele la cabeza? Tenés jaqueca capitínica, como un amigo mío". "Uy, diarrea... Seguro que tenés ensoretosis liquidifítica". Como toda situación carcinofémica, los conocidos dan consejos y sugieren que la cosa va a ir empeorando hasta llegar a una muerte horrible.

También, con mayor propiedad, se llama infirmonimia a la tendencia a calificar como enfermedad a un síntoma. "Está enfermo de dolor de cabeza". "Tiene la enfermedad de la llaguita en la boca"; "Juan está enfermo de mocos en la nariz"


2. Tendencia a calificar de enfermo a quien sólo tiene una costumbre que nos disgusta. "Mastica demasiado la comida, para mí está enfermo". "Ese tipo se tapa con tres frazadas, es un enfermo". "Decile al enfermo ese que cuando llegue a la esquina no doble tan rápido".

lunes, 19 de abril de 2010

Mutivicción

(Sustantivo. Del latín mutus = mudo y victum = victorioso) 

Muerte que acontece en el mismo instante en que se mata al adversario.

En un duelo, a veces la victoria es puramente simbólica. Si se lucha para sobrevivir, la victoria implica seguir vivo después de eliminar al rival. Sin embargo, muchas veces el contendiente muere en el mismo momento, o unos instantes después de haber inflingido una herida fatal a su adversario. Sea por las heridas recibidas en combate o por una indisposición ajena al duelo, el vencedor no puede siquiera disfrutar de la victoria. Su objetivo se cumple, pero al precio de convertirse en algo inoperante y abstracto.

En la mayoría de los juegos de lucha (particularmente, en videojuegos), muchas condiciones están hechas para que siempre venza uno de los contendientes y sobreviva. Sin embargo, a veces ocurren esos raros casos en los que ambos mueren y el resultado quede indeciso o se decrete un empate.

El nombre "mutivicción" hace referencia al silencio de los contendientes después de la batalla, en la que ninguno de ellos realiza un ruidoso festejo, sino una solemne y callada mueca quieta.

viernes, 16 de abril de 2010

Apoclismo

(Sustantivo. Del griego apó = fuera, alejado de y klysmós = acción de mojar)

1. Salpicadura que reciben quienes están fuera del agua, por acción de quienes están dentro. 

En las piletas suelen haber apoclismos: quienes toman sol reciben, cada tanto, una fugaz lluvia de los que se zambullen.

2. Por extensión, consecuencias de las malas acciones de otros que repercuten en uno. "Mi jefe fue acusado de corrupción, y ahora todos los empleados estamos bajo sospecha, tenemos que ir a declarar y nos investigan todo el tiempo. Esto es un apoclismo"

miércoles, 14 de abril de 2010

Factisomnio

(Sustantivo. Del latín facienda = cosas para hacer y somnum = sueño)

Capacidad de realizar complejas actividades dormido.

Las personas sonámbulas pueden andar con rumbo bien dirigido, abrir cajones, realizar ciertas rutinas como vestirse o encender una hornalla. Pero estas actividades son erráticas y rara vez ocurren con algún propósito. El factisomnio, en cambio, mienta una capacidad de dirigir una acción precisa y atenta durante el sonambulismo.
Imagine que usted debe planchar la ropa, cocinar la cena y estudiar para un examen, pero se encuentra muy cansado. Si pudiera poner en práctica el factisomnio, la solución sería sencilla: acuéstese a dormir, y mientras duerme hace todas esas cosas. Se despertará descansado, con la ropa planchada, la comida hecha y la lección aprendida. Desde luego, se requeriría de algún tipo de revolucionaria programación mental para lograr estos propósitos. También podrían surgir muchos problemas legales con las acciones practicadas durante el factisomnio. Si atropellamos a alguien mientras manejamos dormidos, ¿seremos responsables? Y si uno escribe una novela dormido, ¿quién es el autor? ¿El yo de vigilia, o el yo dormido? ¿Podría ocurrir que yo, dormido, me entable una demanda a mí mismo, despierto? ¿Podría el yo de vigilia enamorarse de una mujer, y el yo dormido de otra?

martes, 13 de abril de 2010

Endositoscopía

(Sustantivo. Del griego endos = interior; sito = alimento y scopéuo = mirar)

Apertura de los alimentos para saber qué tienen en su interior. 

Algunos alimentos tienen una cobertura externa que impide conocer cuál es su relleno. Cuando se hacen empanadas, es muy común que los comensales las corten con un cuchillo para saber si son de carne o de jamón y queso. Lo mismo puede ocurrir con los canelones, los sorrentinos y las milanesas. Por regla general, sólo se realiza una endositoscopía cuando resulta imposible, desde una observación externa, saber qué contiene. Los sandwiches, por ejemplo, delatan su contenido interior si se los mira desde el corte. Sin embargo, a veces, esa posibilidad parcial deja lugar a ambigüedades que sólo pueden resolverse con un corte a mitad del pan.
Los pipeadores (quienes, por naturaleza, no tienen la costumbre de cicernar) rara vez incurren en la endositoscopía: para ellos da lo mismo si es de carne o de pollo, pues todo es digno de ser comido sin discriminación de contenido ni de dueños.

lunes, 12 de abril de 2010

Confinibernio

(Sustantivo. Del latín confinis = límite, fin y contubernalis = camarada, amigo)

Límite de posibilidades en la relación con las personas.

La definición es un tanto oscura, de modo que podemos aclararla con algunos ejemplos.
Una vez que conocemos a las personas, sabemos qué podemos esperar y qué proyectos podemos cumplir con ellas. Nuestro amigo Roberto es un excelente compañero para tomar cerveza y contar chistes, pero es imposible tenerlo en cuenta para cualquier otra cosa. Al contrario, quizás con otro amigo podemos conversar sobre arte, degustar vinos y mirar películas de Porcel y Olmedo. Pero nada más. Con otro, quizás, podremos poner un negocio de venta de calzones. Con otro, tal vez, reunirnos para comer un asado. Pero cualquier otra actividad que planeemos en común estará condenada al fracaso.
Los confinibernios dependen de la relación con determinadas personas. Roberto tal vez se relacione con Raúl a través de la cerveza y los chistes. Pero quizás Roberto y José, salgan juntos a correr por el parque, y tal vez Raúl y José, cuando están juntos, prefieran jugar al fútbol o planear una revolución.
Este término tiene como referencia algo discutible y quizás falso. Las personas cambian, y con ese cambio también se modifican los tipos de relaciones que podemos tener con ellas. Quizás Roberto se canse de contar chistes, y tal vez cambie la cerveza por el vino, o por los deportes de riesgo. En ese caso, tenemos una nueva oportunidad de relacionarnos con las mismas personas y así desafiar el confinibernio. Sin embargo, el pesimista nos recordará que aun esa nueva relación marcará un nuevo confinibernio.
Es muy frecuente que nos aburramos de los amigos, los parientes y los conocidos: creemos que ya sabemos todo sobre ellos, y por lo tanto no esperamos ninguna sorpresa en su trato. Sin embargo, esto no es necesariamente malo. Los confinibernios nos marcan las regularidades en las actitudes de quienes nos rodean. Sabemos que podemos contar con Carlos si estamos tristes; con Roberto si queremos divertirnos y con José si queremos salir a correr. Este matiz de calidez y alivio lo destaca Juan Carlos Baglietto en su canción "El Témpano": "La cal reseca, la viuda que sueña, los amigos que siguen igual"
Es bueno saber que algunos siguen igual para tener en quién apoyarnos cuando los necesitamos.

viernes, 9 de abril de 2010

Trasputo

(Sustantivo y adjetivo. Del latín trans = más allá y putare = juzgar, de donde se deriva "apodo")

Insulto que consiste en invertir el género del insultado. 

Un apodo insultante es doblemente ofensivo si se le cambia de género. Llamarle "gordo cagador" a una muchacha, o "conchita" a un varón agrega un plus que no está presente en el agravio genéricamente correcto. El cambio de género incorpora una humillación gratuita y fuertemente discriminatoria, lo que puede exacerbar el odio y la impotencia del insultado.  

Como adjetivo, sirve para calificar a las palabras "insulto" y "apodo": "Le pusieron un apodo trasputo"; "Ese insulto trasputo es demasiado ofensivo"

La misma palabra "trasputo" puede funcionar como un insulto trasputo. "María, parecés un gordo trasputo"

El trasputo es una forma de mensulto.

jueves, 8 de abril de 2010

Perísito,a

(Adjetivo. Del griego peri = alrededor y sito = comida)

Dícese de la persona que, en una reunión culinaria, no se sienta alrededor de la mesa para comer, sino en alguna silla distante, o se mantiene de pie.

Cuando hay muchos invitados, no todos pueden ocupar una cómoda silla frente al plato. Algunos deberán conformarse con sentarse lejos de la fuente de ravioles, sosteniendo su plato con la mano, en alguna silla de segunda fila o de pie. Sus chances de obtener queso rallado o tuco son menores que las del resto.  Estos comensales relegados suelen ser los dueños de casa, quienes prefieren dejar de lado su propia comodidad para satisfacer a los invitados.
Desde luego, existen personas que son perísitas por costumbre y sin necesidad de que haya invitados que compliquen la cena: jamás despliegan sus viandas sobre la mesa con comodidad y a sus anchas; prefieren servirse unas magras porciones en cacharritos roñosos y comer con las manos en un rinconcito del comedor. 

En una acepción más amplia, el perísito no está restringido a los ámbitos culinarios. En cualquier caso en que un grupo de personas participe de la reunión en condiciones marginales, los integrantes de ese grupo serán perísitos. Si vamos al cine a ver una película 3D y no conseguimos lentes de visión tridimensional; y sin embargo insistimos en quedarnos en el cine, nuestra participación y disfrute serán marginales: nos hemos convertido en perísitos de la visión 3D.

miércoles, 7 de abril de 2010

Apodio

(Sustantivo. Del griego apó = fuera, del lado de afuera y hódos = camino) 

1. Objeto que, a pesar de que no se lo puede encontrar, todavía no se lo da por perdido.

2. Tiempo de búsqueda de un objeto en el que, a pesar de no encontrarlo, aun no se lo da por perdido.

Existen tiempos de tolerancia antes de dictaminar que una cosa está definitivamente extraviada. Las llaves se suelen perder en algún lugar de la casa, pero mientras las buscamos tenemos la certeza de que están por ahí, y que nuestra búsqueda es, todavía, acotada, calculable y fructífera. Sin embargo, si pasa una hora de búsqueda frenética; si las llaves ya no están en ninguno de los lugares imaginables y si buscamos nuevamente por los lugares donde ya habíamos buscado (como si hubiésemos caído en un bucle desesperado), entonces se termina el apodio y comienza el desesperante extravío.
Cada cosa tiene un apodio diferente. No es lo mismo perder un juego de llaves en la habitación que perder un lente de contacto en una pileta, o un niño en un supermercado. En todos los casos, sin embargo, hay tiempos en los que la búsqueda es una iniciativa esperanzada y racional. Esos tiempos son el apodio de la búsqueda. Cuando la desesperación, el hastío y la falta de hipótesis comienzan a ganar terreno, allí comienza el verdadero extravío.

La palabra "Apodio" hace referencia a algo que quedó "fuera del camino", más allá de las rutas que solemos transitar y que, por lo tanto, se nos vuelve virtualmente inaccesible. Sin embargo, ese "fuera" no implica una inaccesibilidad absoluta: lo que está fuera de nuestra vista puede ser incorporado sin problemas a sus carriles cotidianos. Y, si no puede, ya deja de ser apodio para convertirse en un extravío.

Cuando se circunvía se corre el riesgo de convertir un apodio en un extravío. A veces, se genera un discuentro y otras veces (las más afortunadas) un dicondalio.

martes, 6 de abril de 2010

Distructivia

(Sustantivo. Del latín dis = separación e instructivus = instructivo)

Tendencia a hacer funcionar aparatos sin leer las instrucciones.

Casi siempre nos creemos capaces de descubrir con rapidez y eficiencia todas las funciones de los objetos de manufactura que nos rodean. ¿Qué tan difícil puede ser descubrir cómo se manda un mensaje de texto en el nuevo celular? ¿Tan complicado puede ser poner un DVD en el reproductor? ¿Es una tarea imposible armar un colchón inflable? Sin embargo, cuando lo intentamos algo malo pasa. El celular nos da un mensaje raro, o el botón de "enviar" borra el mensaje. Los cables del DVD no parece que estuvieran bien conectados, y el colchón se infla, pero enseguida se desinfla. A pesar de estas muestras evidentes de impericia, insistimos en el empeño de no leer el manual. Tenemos la desenfrenada esperanza de que las cosas fueron hechas con una lógica simple (la única que somos capaces de entender) y que, con unas pocas y cuidadosas observaciones deben funcionar.
A veces llegamos a descubrir alguna que otra función. Enviamos el mensaje de texto, pero no podemos ponerle acentos, o no encontramos el teclado predictivo. A veces, por azar, sacamos una foto o escuchamos un ringtone nuevo, pero no sabemos cómo volver a  hacerlo. El DVD funciona, pero no se ven los colores. El colchón se infla por unas horas. Nos quedamos con una operatividad a medias que nos limita las posibilidades de uso del aparato. Pero no caemos en la cuenta de que el instructivo pueda ser, quizás, útil.

Los yoliarreglos son invariablemente afectados de distructivia.

viernes, 2 de abril de 2010

Pansícono

(Sustantivo. del griego pás = todo; psiché = mente y eikónes = imagen.)

Imagen que representa la totalidad de los constructos imaginarios de una persona. 

Si fuera posible revelar el contenido imaginatorio de una persona, tal vez podamos construir una única imagen de múltiples figuras en la que estén presentes todas las determinaciones de todas las cosas que lo han impresionado en la vida. El pansícono es una imagen de imágenes; una especie de radiografía mental de cada cosa que uno ha imaginado en la vida.
No toda imagen mental forma parte del pansícono: sólo la formarían aquellos recuerdos de imágenes (imágenes visuales, olfativas, táctiles, gustativas, auditivas, pero también imágenes de sentimientos, de emociones e incluso de combinaciones de todas ellas) que hayan logrado trascender y dejar una huella mental importante.
Parte de mi pansícono estaría conformado por: una noche fría, ventanas que ululan al viento, un jardín aéreo que se balancea, chocolate con leche, edificios y un jardín, mar y sal, tres yoes que me miran desde un espejo triple, el fondo verde de Exonario.

jueves, 1 de abril de 2010

Macólibo,a

(Adjetivo. Del latín magis = más y collybus = coste, cambio. Sinónimo: colibán)

Quien, cada vez que ejecuta alguna actividad, deja constancia de que está haciendo un enorme sacrificio.

Al macólibo le toca hacer las compras para el almuerzo. A pesar de que nosotros lo hacemos habitualmente, él nos enrostra que no pudo elegir bien la comida, que el supermercado quedaba lejos, que durante el trayecto lo persiguieron perros, que la verdura no era buena y que la cola en la caja era muy larga. Después de esa experiencia, el macólibo se sienta en un sofá con la conciencia de haber hecho algo muy importante y trabajoso. Si le mandamos a hacer otra tarea, probablemente arguya: "Yo hoy ya hice las compras, no podés pedirme más". Aun cuando durante el resto del día haya miles de tareas por hacer, él cree que su actividad implicó un sacrificio inmenso y que merece un descanso por eso.
Por lo general, suelen ser macólibos los hombres que vuelven del trabajo, cuyas mujeres son amas de casa y, por tal razón, creen que no pueden encargarse de casi absolutamente ninguna tarea doméstica. "Mujer, trabajé todo el día y encima me pedís que vigile a los chicos" , dice un macólibo después de haber estado ocho horas en una oficina jugando al solitario, leyendo blogs y tomando café. A pesar de refunfuñar, quizás cuide a los chicos mientras la esposa cuelga la ropa. Pero luego le reprochará esos minutos de esforzada paternidad: "El Agustín casi me saca un ojo; a la María le dio por pegarle al Julián. Y el juliancito me mordió, mirá, mirá cómo tengo el brazo. Ah, Francisco se tropezó, se cayó y se puso a llorar. Yo ya no doy más"

Lo curioso es que, para el macólibo, una actividad sólo le parece sacrificada si la realiza él. No opina lo mismo si la hacen los demás.