(Sustantivo. Del latín stylus = punzón y sollertia = astucia para los negocios)
Habilidad excesivamente puntual y virtualmente inútil.
Si usted es un experto en esquivar las balas enemigas en un juevo de naves del año 1989, pero no puede esquivar balas en ningún otro juego (y ni siquiera sabe jugar a otros juegos); si conoce a la perfección la tabla del 147, pero no encuentra en qué caso aplicarla y desconoce casi todas las otras tablas; si se ha vuelto un erudito de la página 215 del manuscrito original de la Crítica de la Razón Pura de Immanuel Kant, pero no sabe casi una palabra del resto; si puede recitar de memoria dos páginas de nombres y teléfonos de una vieja guía telefónica: en todos estos casos, usted sufre de estisolercia. Ha cultivado, con insistencia y una considerable inversión de tiempo, una destreza que (cree usted) asombraría a quienes lo rodean, si se presentara la lejana oportunidad de demostrarla, si no le exigieran aplicar esa pericia en algún ámbito ligeramente diferente y si alguna vez le pudiera interesar a alguien. No caben dudas de que usted es una especie de genio mínimo; un Einstein de lo puntual e intrascendente, pero -a diferencia de los verdaderos genios- su maestría no será nunca reconocida. Por fortuna.
La estisolercia tiene puntos de contacto con la esconognosia.
Definiciones y términos que no figuran en el diccionario ("Exonario" no figura en el diccionario, pero sí figura en Exonario)
martes, 28 de enero de 2014
viernes, 24 de enero de 2014
Posparativo
(Sustantivo. Del latín post = posterior y paro = disponer)
Si un preparativo es la disposición de algo para una finalidad posterior, el posparativo es la disposición de algo una vez que se ha logrado esa finalidad.
Ciertas herramientas y utensilios requieren de preparativos y de posparativos. Una vez finalizada la pintura, es necesario lavar cuidadosamente los pinceles y la pistola de gravedad, purgar el compresor, levantar los papeles del piso, limpiar las manchas de pintura del piso, las paredes y las manos; lavar la ropa y ordenar un sinfín de herramientas.
Muchas veces la finalidad buscada es deseable y placentera: el momento en el que efectivamente se está pintando la pared es relajante, pero requiere de preparativos y posparativos tan trabajosos que lo convierten en un yugo intolerable. Es más, quizás la procrastinación es producto no tanto del trabajo en sí, sino de los preparativos y los posparativos.
Si un preparativo es la disposición de algo para una finalidad posterior, el posparativo es la disposición de algo una vez que se ha logrado esa finalidad.
Ciertas herramientas y utensilios requieren de preparativos y de posparativos. Una vez finalizada la pintura, es necesario lavar cuidadosamente los pinceles y la pistola de gravedad, purgar el compresor, levantar los papeles del piso, limpiar las manchas de pintura del piso, las paredes y las manos; lavar la ropa y ordenar un sinfín de herramientas.
Muchas veces la finalidad buscada es deseable y placentera: el momento en el que efectivamente se está pintando la pared es relajante, pero requiere de preparativos y posparativos tan trabajosos que lo convierten en un yugo intolerable. Es más, quizás la procrastinación es producto no tanto del trabajo en sí, sino de los preparativos y los posparativos.
martes, 14 de enero de 2014
Nueseso
(Sustantivo. De la expresión "no es eso")
Sensación de apetito o deseo que no puede satisfacerse con ninguna instancia que se presente.
El nueseso también puede llamarse "síndrome de la heladera llena". Se presenta como una ligera, continua e irritante necesidad de comer "algo rico". Pero por más manjares que uno posea en la heladera o en la alacena, se tiene la sensación de que no es ninguno de ellos. A veces compramos algo exquisito para prevenirlo (queso brie, aceitunas rellenas con anchoa, masas finas, torta helada, scones con nuez, ananá en almíbar con crema y charlotte, panqueques con manzana y dulce de leche, camarones), con la esperanza de que un repentino atracón nos cure. Pero no importa qué tan pertrechados estemos: a esa hora maldita rebuscaremos entre los estantes y pasaremos de largo ante las tentaciones preventivas: ¡No es eso! ¡Es otra cosa que no sé que es y que justamente no tengo!
Hay una variante metafísica del nueseso que es en rigor más apropiada a la definición. Una mujer busca enamorarse. Cuando se enamora, descubre que enamorarse no es eso; que ella esperaba otra cosa diferente. ¿Amar a un hijo? No, a este hijo que tengo no lo amo. ¡Eso no puede ser amor! ¡No es esto tener hijos! ¡Ser adulto no puede ser esto!
El nueseso metafísico es la sensación de que nada de lo que vivimos es lo que dice ser. Es, en el fondo, la seguridad de que la vida, la verdadera vida, no es esta.
Sensación de apetito o deseo que no puede satisfacerse con ninguna instancia que se presente.
El nueseso también puede llamarse "síndrome de la heladera llena". Se presenta como una ligera, continua e irritante necesidad de comer "algo rico". Pero por más manjares que uno posea en la heladera o en la alacena, se tiene la sensación de que no es ninguno de ellos. A veces compramos algo exquisito para prevenirlo (queso brie, aceitunas rellenas con anchoa, masas finas, torta helada, scones con nuez, ananá en almíbar con crema y charlotte, panqueques con manzana y dulce de leche, camarones), con la esperanza de que un repentino atracón nos cure. Pero no importa qué tan pertrechados estemos: a esa hora maldita rebuscaremos entre los estantes y pasaremos de largo ante las tentaciones preventivas: ¡No es eso! ¡Es otra cosa que no sé que es y que justamente no tengo!
Hay una variante metafísica del nueseso que es en rigor más apropiada a la definición. Una mujer busca enamorarse. Cuando se enamora, descubre que enamorarse no es eso; que ella esperaba otra cosa diferente. ¿Amar a un hijo? No, a este hijo que tengo no lo amo. ¡Eso no puede ser amor! ¡No es esto tener hijos! ¡Ser adulto no puede ser esto!
El nueseso metafísico es la sensación de que nada de lo que vivimos es lo que dice ser. Es, en el fondo, la seguridad de que la vida, la verdadera vida, no es esta.
miércoles, 8 de enero de 2014
Exocarcinoma
(Sustantivo. Del griego exo = por fuera; carkínos = cangrejo y -oma = tumor)
Cáncer que se desarrolla fuera del cuerpo, en un objeto inanimado.
Aunque los tumores malignos están asociados a las células vivientes, podrían existir casos en los que a un almohadón, a una taza o a una camisa les crecieran bultos de un material duro, fibroso y ligeramente húmedo que o bien se va secando con el paso de los días, o bien aumenta de tamaño hasta deformar e inutilizar el objeto sobre el que actúa. Estos tumores externos aparecerían sobre los objetos que ciertas personas utilizan a diario: utensilios domésticos y ropa. Algunos dirían que los exocarcinomas son proyecciones tumorales que realiza la persona que usa esos objetos, como si un cáncer que debiera tener uno mismo, lo pudiera arrojar afuera y convertirlo en algo relativamente inofensivo. Otros dirán que el exocarcinoma es, en realidad, una prueba de que todas las cosas están misteriosamente vivas.
Se podría crear una técnica para hacer crecer a los exocarcinomas de una manera ordenada y útil. Por ejemplo, si a su pantalón le sale un tumor, usted podría conservarlo, dejarlo crecer, cortarlo adecuadamente, secarlo en el momento justo y de ese modo, con el material duro y fibroso, hacer esculturas o herramientas. Quizás sirva, incluso, para emprendimientos culinarios: un exocarcinoma cultivado, disecado y rehidratado podría ser el ingrediente selecto de una cocina gourmet.
Cáncer que se desarrolla fuera del cuerpo, en un objeto inanimado.
Aunque los tumores malignos están asociados a las células vivientes, podrían existir casos en los que a un almohadón, a una taza o a una camisa les crecieran bultos de un material duro, fibroso y ligeramente húmedo que o bien se va secando con el paso de los días, o bien aumenta de tamaño hasta deformar e inutilizar el objeto sobre el que actúa. Estos tumores externos aparecerían sobre los objetos que ciertas personas utilizan a diario: utensilios domésticos y ropa. Algunos dirían que los exocarcinomas son proyecciones tumorales que realiza la persona que usa esos objetos, como si un cáncer que debiera tener uno mismo, lo pudiera arrojar afuera y convertirlo en algo relativamente inofensivo. Otros dirán que el exocarcinoma es, en realidad, una prueba de que todas las cosas están misteriosamente vivas.
Se podría crear una técnica para hacer crecer a los exocarcinomas de una manera ordenada y útil. Por ejemplo, si a su pantalón le sale un tumor, usted podría conservarlo, dejarlo crecer, cortarlo adecuadamente, secarlo en el momento justo y de ese modo, con el material duro y fibroso, hacer esculturas o herramientas. Quizás sirva, incluso, para emprendimientos culinarios: un exocarcinoma cultivado, disecado y rehidratado podría ser el ingrediente selecto de una cocina gourmet.
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