(Sustantivo masculino. Del latín magis = más y grates = gracia)
Agradecimiento desmedido.
Cuando alguien agradece de manera muy efusiva por algo que no merece demasiada atención, ha cometido mágrade. Ceder el asiento a una anciana, o pagarle con monedas al kiosquero son actos de calculada cortesía social. Ante ellos, en el mejor de los casos sólo recibiremos un breve "gracias" y quizás una sonrisa amable. Sin embargo, no esperaríamos que el ciego al que ayudamos a cruzar nos llame todos los días para recordar la fugaz gentileza, o que la dama a la que abrimos la puerta nos envíe tarjetas de felicitación y un regalo todos los meses: allí se estaría pasando del agradecimiento socialmente aceptable al mágrade.
Cualquier mágrade suena falso, teatral y enfermizo, y si somos víctimas de él sentiremos rechazo y lástima por quien nos lo proporciona.
La contracara del mágrade es el mensulto.
1 comentario:
El mágrade es propio de las exposiciones de cuadros o esculturas. En esa ocaciones sociales se verifican mágrades a troche y moche.
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