martes, 14 de octubre de 2008

Discontrar / Discuentro

(Sust. Del latín dis = partícula que denota separación y contrariedad, y contra = contra)

Encontrar cosas que no se sabía que estaban perdidas.

Si el verbo "encontrar" se forma con "in" y "contra", y su etimología mienta una relación en la cual algo aparece enfrentado (como cuando uno se encuentra con un tigre en la selva), el verbo discontrar supone un encuentro sorpresivo, pero en el cual la sorpresa no deriva de lo impredecible e inesperado del encuentro, sino de la certeza de que ese objeto repentinamente encontrado no debería estar allí.

El caso más común del discuentro es el de un objeto que se nos ha caído y fue a parar debajo de un mueble o en los intersticios de una rejilla. Un buen día, limpiando, lo encontramos sin saber que lo habíamos perdido.

Los niños pequeños en casas ajenas suelen provocar discuentros. Si juegan con algún adorno o si se meten en un ropero, pueden sacar de allí algún objeto para dejarlo en algún lugar incongruente.

Ahora bien, si han andado niños o animales por la casa, es posible sospechar el origen del discuentro. El problema se vuelve más macabro cuando ninguno de ellos ha estado promoviendo desorden y, a pesar de ello, un buen día encontramos una estatuilla del juego de porcelanas escondida en la baulera superior del placard, envuelta en la tela verde para cortinas que habíamos dejado en el costurero. En ese caso, hay que tejer elaboradas hipótesis para decidir por qué eso está allí.

Incluso pueden darse discuentros metafísicos, pero ya esta clase de sucesos juegan con los límites de la definición dada. Pongamos dos ejemplos:
- Un niño deja un juguete en casa de sus abuelos. Los abuelos mueren, la casa se vende. El niño se vuelve adulto. Un día, ese adulto abre el cajón de su mesa de luz y encuentra allí el juguete.
- Un hombre sueña con que el dinero de la caja fuerte está en la cajonera de un ropero. Alguien imposible ha encontrado la clave de la caja y, tomando una extraña decisión, ha dejado el dinero en una cajonera -en vez de llevárselo. El hombre se levanta pensando que se trata sólo de un sueño. He aquí que, cuando revisa la caja fuerte, no encuentra el dinero. Al principio pensará que ha sido robado. Esa misma tarde, luego de realizar la denuncia y de alertar a toda la familia, decide mirar la cajonera del ropero, y por supuesto no hay dinero. Ahora bien, al rato, mientras mira desconsolado la vitrina de las copas, descubre que una de las copas de cristal tiene un fajo de billetes. Revisa la copa y allí discuentra no sólo el dinero desaparecido, sino también un anillo de oro con un pequeño diamante que pertenecía a su abuela y del cual no tenía noticia de su desaparición.

5 comentarios:

The Bug dijo...

No entiendo el ejemplo último: ¿cuando encuentra el dinero en la copa, no estaba ya en conocimiento de la pérdida?, ¿eso no invalida el concepto de discuentro?, ¿no sería un encuentro común y corriente, pero con las circunstancias de la pérdida harto extrañas?
¿Ah?

Jorge Mux dijo...

¡Oh! ¡Tiene razón! ¡Pero qué pelmazo soy! ¿ah?

The Bug dijo...

Ahora, sí.
Con la inclusión del anillo de oro en la ejemplo la palabra me cierra perfectamente.
Lo que parece no tener sentido ahora es mi primer comentario, ¿ah?

Jorge Mux dijo...

¡Ah, claro! ¡Mi afirmación de que soy pelmazo sí tiene sentido!

Anónimo dijo...

Buenisima la pagina, buenisimo el termino discontrar. Un pulgarribo para usted(no se si esta en el exonario), sino ponlo.