(Sustantivo. Del latín pro = en favor de y prius = primero. Adjetivo: propriorista)
Actitud de señalar con insistencia prioridades que no son tales.
"Tenés que pintar esta pared", dice el propriorista con tono de grave sentencia y dictamen inapelable. No se da cuenta de que la pared despintada es el último eslabón de una larga cadena de refacciones previas. El propriorista insiste: ¡Hay que pintar! ¡No puede ser que hayan pasado tantos meses y no hayas pintado la pared! ¡No es tan caro!. Siente que está dando un consejo genuino y de fácil cumplimiento, y no se explica cómo al dueño de la pared no se le ocurrió pensar en eso como una prioridad suma.
Muchas veces el propriorista no ve que uno ha invertido grandes esfuerzos en otras prioridades. Si compramos el televisor pero no compramos la mesita, nos dirá: ¡Tenés que comprarte una mesita!. Si compramos la mesita y el televisor, pero no el reproductor de DVD, el propriorista lo señalará con insistencia. ¿Y si tenemos todo pero no el home theater? ¡Pues allí estará el propriorista para señalarnos que nos falta algo, que es urgente y muy necesario tenerlo y que no entiende cómo no lo tuvimos en cuenta!
1 comentario:
No quisiera iniciar una guerra de sexos, pero creo que las mujeres son proprioristas ya de fábrica.
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