(Sustantivo. Del griego morpheos = sueño y morphé = forma)
Actividades que hay que realizar antes de ir a dormir.
Cuando por la noche el sueño nos está venciendo se activan algunas alertas. No se trata, simplemente, de acostarse y punto.
El cansancio y la noche nos obligan a apurar actividades impostergables como sacar la basura, lavar los platos o llevar a pasear al perro. Estas acciones están dentro de las obligaciones previas al descanso. Uno no suele permitirse la relajación entre sábanas si no cumplió con esas actividades que indican la finalización del día.
Además de las obligaciones, existe una gran cantidad de rituales que garantizan (o, al menos, no impiden) un sueño satisfactorio y una moderada tranquilidad durante las horas de dormir.
Los rituales típicos son: bañarse, lavarse los dientes, ponerse un pijamas, cerrar las llaves de gas, controlar que la puerta no quede abierta, tomar un vaso de leche tibia. Además de los rituales estereotípicos, están también los que conforman idionidias de cada persona: pequeñas sugestiones que nos sirven como amuleto para hacerle creer a la mente que ya es la hora de dormir: dejar encendida la luz de la mesa de noche; ponerse tapones en los oídos o antifaces en los ojos, tomar melatonina o té de hierbas, bajar las persianas y dejar la cama bien tersa y mullida.
Exonario es parte de la morfomorfia idionídica de mis noches.
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