(Sustantivo. De ob = oposición, y ventura)
Situación con poco suspenso y ligeramente tediosa.
Si las aventuras son experiencias arriesgadas llenas de sucesos imprevistos, y en las desventuras ocurren desgracias inesperadas, en las obventuras hay una promesa de adrenalina y diversión que no se cumple. Para que haya una obventura debió haber previamente alguna expectativa en el suceso. Si caminamos por un bosque con la esperanza de encontrarnos con animales e insectos peligrosos, pero sólo hay árboles y más árboles; si vamos al carnaval para perdernos entre la multitud enmascarada, pero sólo recibimos un poco de espuma y apenas podemos ver una murga desfilando entre el gentío; si vamos al casino con la esperanza de saltar la banca, pero después del segundo "no va más" empezamos a bostezar; en todos estos casos hemos tenido una obventura. La adrenalina prometida no llega y no llegará.
Muchas veces los sucesos pretendidamente divertidos son, en realidad, una dosificación del aburrimiento. Las vacaciones en la playa consisten en tirarse en la arena, asolearse, tomar mate con tortas fritas, bañarse un poco en el mar y volver a la casa. La fiesta de casamiento consisten en saludar a los novios, comer, volver a comer, bailar el vals, volver a comer, bailar cumbia, comer, ponerse bonetes, bailar brasilero, despedirse, irse. Las obventuras nos muestran nuestro propio tedio, pero lo hacen de a poco, con algún señuelo que nos promete alguna gratificación, y sin adrenalina.
Una obventura es una aventura fallida.
1 comentario:
Esta definición es desgarradora y terrible. Toda situación de fiesta para mí es una obventura.
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