(Sustantivo. Del griego logos = palabra, discurso y -lisis = destrucción)
Utilización de una frase o palabra que indefectiblemente funciona como último argumento en un diálogo.
Dos contendientes pueden estar durante largas horas discutiendo acerca de lo que cada uno hizo, tratando de justificarse y dar argumentaciones para defender su acción o su inacción. Sin embargo, cuando uno de ellos ya no puede esgrimir la más verosímil excusa, todavía le queda un recurso. Puede apelar a una frase reveladora y terminante que deja en la más absoluta desnudez los propósitos y objetivos en disputa. "Lo que pasa es que estoy enamorado de vos", puede decir un hombre a una mujer para justificar la cantidad de estupideces y locuras que ha hecho. Los reproches esgrimidos hasta hace un momento se disuelven, iluminados por una motivación escondida que da una nueva luz al hecho y hace callar la disputa.
Otra clásica frase logolítica es: "Tengo una enfermedad terminal". Por supuesto, la logólisis es un recurso retórico; quien la realiza no tiene por qué decir la verdad.
Conviene aclarar que, al margen de ciertas frases arteras y estereotipadas, en cada discurso existe la posibilidad de apelar a logólisis que no pueden determinarse de antemano: serán dictadas por el contexto. "Lo hice porque me dolía la cabeza" puede ser una fuente de más reproches y más regaños; si lo dice alguien que ha sido operado de un tumor cerebral tal vez funcione como frase logolítica.
No puede decidirse de antemano cuál es la frase logolítica en un diálogo, aunque puede entreverse cuándo un dialogante tiene una intención logolítica.
3 comentarios:
"Caramba, está muerto", ¿cuenta?
Estoy armando una frase logolítica para un bobo con el que pospuse una discusión el otro día. Inconcientemente vuelvo a la discusión eludida una y otra vez.
De última le aplico un cross y a otra cosa.
Saludos.
Una que usan las madres "Hacé lo que quieras"
Una que uso a veces "Tenés razón"
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