(Sustantivo. Del griego homóios = igual y scopeúo = observar, mirar. Adjetivo: homoscópico)
Medida de los límites entre la heterosexualidad y la homosexualidad.
La homoscopía es una popular disciplina que suelen practicar sin descanso algunos hombres que se consideran a sí mismos heterosexuales con el objetivo de detectar a quien, consciente o inconscientemente, se comporta de acuerdo al estereotipo del homosexual. La finalidad de esta disciplina consiste en instruir a otros heterosexuales para estar en guardia ante posibles seducciones por parte de quien ha sido calificado como gay. El homoscopista (quien practica la homoscopía) presume de conocer cuáles son las actividades y las actitudes que debe cumplir un hombre o una mujer para que no sean considerad@s homosexuales, y está convencido de que existe un rango de cercanía y lejanía con respecto a la inversión sexual: hay actitudes "más" o "menos" gay, como si hubiera una línea taxativa que separa ambas elecciones de vida, y como si uno pudiera estar a distancias variables de esa línea. Las palabras "Trolo" y "Torta" son parte frecuente de su caudal semántico, y por lo general su veredicto consiste en calificar a otros con esos u otros términos similares: "Lavar el auto en cueros es de trolo"; "Una mujer que depila modelos es torta". Aun cuando no necesariamente esté preocupado por su propia apariencia o actitud, el homoscopista desarrolla una grosera, prejuiciosa y erróna pero omnipresente disposición para descubrir rasgos homosexuales en otras personas. Un gesto, una sonrisa, un ademán, una prenda, una mirada: todo es escudriñado, calificado y clasificado con la vara homoscópica, y de todo se puede inferir qué tan lejos o tan cerca se está de la temida línea.
La escala de valores homoscópica no puede sistematizarse en una clasificación coherente. Al homoscopista puede parecerle "más de gay" casarse con una musculosa fisicoculturista de voz gruesa que tener relaciones frecuentes con un travesti angelical y femenino. A su vez, cree que los hombres ligeramente afeminados (pero heterosexuales) son "más homosexuales" que los homosexuales no afeminados. La bisexualidad, para él, no entra en su rango de análisis: el bisexual es, según su criterio, claramente homosexual, y sólo tiene relaciones heterosexuales con el único perverso objetivo de confundir a los homoscopistas. El bisexual, según su terminología, "atiende por las dos puertas". Un homoscopista no se privará de averiguar "por cuál puerta atiende más seguido", para poder elaborar un juicio mucho más certero con respecto a la distancia cuantitativa a la que se encuentra en la línea divisoria.
14 comentarios:
Conozco a varios Homoscopistas.
Es más, alguna vez ciertos homoscopistas criticaron ciertos ropajes de colores estridentes que solía usar en la adolescencia.
Creí que ese episodio estaba superado hasta que un homoscopista criticó el color estridente de una campera de montaña diciendo "¿Para hombres no hay?" con la consiguiente risotada funambulesca que sigue a un comentario como ése.
todo bien con la mirada "progre", pero es una travesti, no un travesti
Carla: ¿qué es eso de "la mirada progre"?
No hay acuerdo con respecto al uso del artículo, y personalmente creo que, cuando nos referimos a un hombre vestido de mujer, el artículo femenino crea una ambigüedad.
es una entrada que baja línea antihomofobia, en eso tiene una mirada progresista, por decirlo de alguna manera. Fue una forma de decir. Pero lo progresista del concepto se va al tacho cuando se refiere a una individualidad que se reconoce y se vive como mujer, como femenino, desde un punto de vista hetero céntrico y patriarcal. Porque las travestis se reinvindican como "ellas", se tratan de "ella", y no veo porqué alguien les va a negar la condición de género que ellas eligieron. Si resulta ambiguo no es problema de las travestis, es problema de la mente hetero normativa que no puede reconocer sexualidades disidentes por fuera de la norma. ¿En dónde no hay acuerdo? porque las travestis que conozco no tienen ningún tipo de duda con respecto a esto.
Carla: no se trata de desconocer "sexualidades diferentes por fuera de la norma". A veces me parece que se tiende a poner el peso en el problema lingüístico, y se transforma una cuestión puramente lingüística en un problema político. La RAE discutió este problema, porque los / las travestis hicieron un petitorio porque algunos/as de ellos/as consideraban discriminatorio que, queriendo que fueran reconocidas como mujeres, el artículo recalcaba su condición de hombres (y viceversa). Pero "travesti" es "persona que se viste con la ropa perteneciente a otro género", y eso no implica, desde el punto de vista semántico, que quien se vista de otro género desee ser reconocido como perteneciente a ese otro género con el que se transviste. Que un / una travesti desee, a su vez, ser reconocido/a del sexo opuesto, eso es un matiz que se agrega a la noción de travesti. Pero, para que veas hasta qué punto hay un problema de ambigüedad, primero te pregunto: si yo me hubiera referido a una mujer que se viste como hombre, ¿sería "la travesti" o "el travesti"?
Estimado Jorge:
La ambigüedad que planteás no existe porque Carla se está refiriendo a LA travesti de tu ejemplo (angelical y femeninA): "Al homoscopista puede parecerle ‘más de gay’ casarse con una musculosa fisicoculturista de voz gruesa que tener relaciones frecuentes con un travesti angelical y femenino".
Y a tu pregunta: "si yo me hubiera referido a una mujer que se viste como hombre, ¿sería ‘la travesti’ o ‘el travesti’?"
Es clarísimo: "EL" travesti; Cher o Marlene Dietrich, por caso.
Después; que al término travesti se le haya asignado un artículo masculino y que no admita ambos, es un problema de los que creen que puedan existir las cuestiones puramente lingüísticas.
Ahí está el problema, don Tunicia: ¿por qué interpretaron que EL travesti de mi ejemplo era MASCULINO? Me acusaron de que "lo progre " se "iba al tacho" por un artículo que, de movida, lo interpretaron como refiriéndose a un hombre vestido de mujer, cuando en realidad (dada la ambigüedad que planteo) podrían haberlo interpretado como una mujer vestida de hombre, y todos felices.
O de entrada hubo una interpretación maliciosa, o en verdad hay una ambigüedad.
En otras palabras: si el artículo masculino sólo se usa para referirse a una mujer vestida de hombre, cuando puse "un travesti angelical y femenino" podría interpretarse como "una mujer vestida de hombre muy angelical y femenina". ¿Por qué lo interpretaron de movida como un hombre vestido de mujer?
Creo que se interpreta que el/la travesti de tu ejemplo es [biológicamente] masculino por el contexto de la frase y por la hipocresía que tan bien describís. Copio y pego de nuevo:
"Al homoscopista puede parecerle ‘más de gay’ casarse con una musculosa fisicoculturista de voz gruesa que tener relaciones frecuentes con un travesti angelical y femenino".
Si tu travesti fuera [biológicamente] femenina, al travestirse sería provocador y viril, no angelical y femenina.
El viernes cuando leí el artículo pensé lo mismo que Carla, pero no dije nada. Hoy vi su comentario y me dieron ganas de agregar algo.
Cuando vaya a Bahía te voy a visitar y de regalo te llevo una nueva máscara de pestañas de Lancôme a-lu-ci-nannnnnn-te!!!
Aquí hay una discriminación a los fisicoculturistas o a las fisicoculturistas. Yo se lo advierto.
Y éso, sépalo, no es progre.
¿Dónde vió un patovica progre Ud.?
Mire Arnoldo...
Hola Dormidano:
Minimicemos los cargos: la discriminación se ejerce únicamente contra LAS fisicoculturistas, sobre todo si tienen voz gruesa, pero nadie dijo nada de LOS fisicoculturistas.
Don Tunicia: Quiero esa máscara YA YA YA.
Muchos abrazos de este travesti provocador y viril.
Los felicito. hace tiempo que no se daba un intercambio tan febril como este. Que vuelvan esos tiempos de decenas de comentarios en tus deficiones!!
Los felicito. hace tiempo que no se daba un intercambio tan febril como este. Que vuelvan esos tiempos de decenas de comentarios en tus deficiones!!
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