(Sustantivo. Del griego carcinos = cangrejo y femí = decir. Sustantivo: carcinofemia)
Quien hace advertencia acerca de posibles enfermedades.
Las madres y abuelas practican una suave carcinofemia: "abrigate para que no te agarre tos", "comé bien para que no te pongas débil". Sin embargo, el término tiene todo su peso cuando se advierte de terribles enfermedades para asustar y limitar las acciones de los demás. "Ojo, Juan empezó con un dolorcito de cabeza y cuando fue al médico ya tenía un cáncer incurable". "Si seguís practicando tenis, el brazo derecho te va a quedar inútil". "¿Tu bebé anda jugando con la arena? A mi hija le agarró una infección por la mugre del arenero". "Seguí comiendo carne y te va a dar una úlcera". Según el carcinófemo, debemos llevar una vida temerosa y frugal, evitando sutiles e impensados peligros, los cuales sólo podrían evitarse gracias a su advertencia.
A veces, el carcinófemo apela a un supuesto conocimiento de los médicos que nos van a hacer un tratamiento: "¿Te vas a hacer atender con González? Ese tipo operó a una amiga mía y le dejó una tijera adentro". "Si te operás los huesos de los pies con Javier Caro, olvidate de caminar"; "Si querés ir derecho al cementerio, atendete con Gómez. Yo te advierto nada más"
El carcinófemo sabe de su poder. Una madre quedará inquieta si le dicen que su hijo se puede enfermar. Quien está a punto de operarse sentirá temor si sospecha de la integridad profesional de sus cirujanos. Aun cuando no crea en lo que dice el carcinófemo, la inquietud estará presente. El carcinófemo lo sabe, y ese temor que genera le da aun más poder.
Para que el trabajo del carcinófemo sea completo, es necesario que se eche mano de una historia terrible con una profusión de detalles inquietantes: un pariente cercano, un amigo o él mismo que casi mueren por culpa de pequeñas insonsciencias. El relato debe ir acompañado de diagnósticos médicos insuficientes, descuidos profesionales y peripecias con obras sociales y hospitales. No debe faltar el medicamento mal administrado, las secuelas inesperadas y el lamento infinito del enfermo quien, en su agonía, murmura "por qué no te habré hecho caso".
Términos relacionados: morboncha, inescrupulapismo.
3 comentarios:
ay, me encantan estas últimas definiciones :)
yo admito que a veces peco de carcinófemia xD
EXCELENTE
Ahora voy a tener que buscar por qué usan la palabra carcinoma (que, por lo visto, viene de cangrejo) para el cáncer.
Mis papás sufrieron de una perversa carcinófema mientras me operaban y esperaban a que operaran a mi hermana. Una tía política de mi mamá, allegada a la clínica, se puso a contarles todos los pacientes que se quedaron en el quirófano.
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