(Verbo. De gagá y agasajar)
Ofrecer reiteradas veces un refrigerio o convite que es sistemáticamente rechazado.
No es casualidad que quienes se dedican a gagasajar sean personas mayores: abuelos, tíos o padres de avanzada edad: son ellos quienes chochean por la edad y están cerca de ser considerados gagá. "¿Querés un tecito?", ofrece la abuela a su nieto. "No" es la respuesta. Cinco minutos después, la abuela repite el ofrecimiento: "¿Un tecito calentito?". "No". Esta invitación puede darse muchas veces con exasperante insistencia, e incluso inmediatamente de haberla rechazado -es decir: sin que pase un prudente tiempo para reformular el ofrecimiento: "Pero no te vendría mal un tecito con tanto frío". "No, abuela, gracias, ya te dije que no quiero". "Un tecito de boldo, que es más digestivo, aunque sea una taza chiquita"; "No, abuela, me voy a lo de mi novia". "Ah, ya que vas a salir, mejor tomate un tecito antes".
2 comentarios:
jajaja!!!
ahhhjajajaja, la puta maaaaadre mi abuela es así´´í´´i...
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