miércoles, 18 de marzo de 2009

Mortanamón

(Sustantivo y adjetivo. De la expresión inglesa "more than a month" = más de un mes)

Dícese del problema o la circunstancia que se extiende y se dilata durante más de un mes.

Usted tiene que arreglar una pérdida en el baño. Llama a un plomero; el plomero avisa que no puede ir a su casa el día que habían acordado. Él propone otro encuentro, pero esta vez a usted no le conviene. Decide llamar a otro plomero. Este último va a su casa y le hace un presupuesto. Usted está de acuerdo con que comience cuanto antes, pero él necesita unos materiales -tal vez algún tipo de caño- que no son fáciles de conseguir. Él dice que, en cuanto consiga los materiales, lo llama. Pasan los días, y no recibe el llamado. Usted trata de comunicarse con él, pero parece que el hombre tiene problemas en su familia y no está en condiciones de atenderlo. A usted, por otra parte, le surgen unos cuantos inconvenientes y ya deja de preocuparse por la pérdida: todo el asunto se ha convertido en un mortanamón.

La pata rota de la mesa; el extraño ruidito que hace el auto cuando arranca; la necesidad de cumplir con el posteo en un blog o la menstruación que no llega cuando debiera, son otros tantos ejemplos de mortanamones.

Cualquier asunto que queda pendiente y traspapelado entre otros asuntos más urgentes, es un mortanamón. Sabemos que tarde o temprano hay que enfrentarlo y darle una solución. Sin embargo, el mortanamón tiene una curiosa proppiedad: podemos olvidarlo fácilmente mientras el problema no esté presente con toda su fuerza. Mientras tanto, el mortanamón está allí a la espera, pendiente no sólo de nuestra voluntad sino también de una improbable y milagrosa conjunción de voluntades magistralmente coordinadas.
Un imperio se derrumba por la agobiante acumulación de mortanamones, más que por invasiones foráneas.

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