miércoles, 22 de agosto de 2012

Asertonimia

(Sustantivo. Del latín assertus = afirmado y nimius = exagerado, irracional. Adjetivo: asertonímico)


Incapacidad para tomarse un tiempo antes de aceptar algo.

El asertonímico se apresura a decir "sí" demasiado pronto. Si le piden que prepare una comida para doscientos comensales, no se niega. Si una persona desconocida le propone casamiento, responde de modo afirmativo sin demoras. Si lo invitan a cazar chanchos a una selva boliviana, mañana temprano, acepta. Sus allegados elogian la firmeza y rapidez en sus decisiones, aun en las más comprometidas y difíciles. Pero una vez que ha aceptado, el asertonímico cavila mil veces y se da cuenta de que, quizás, debería haberlo pensado mejor. Sin embargo ya es tarde: ha recibido elogios por la decisión de donar un pulmón; ya le han hecho notas los periódicos, y el médico que hará la intervención le está haciendo los últimos análisis antes de la extracción del órgano.
El asertonímico no puede rechazar propuestas. Por lo general, le hacen propuestas trabajosas, horribles y de difícil ejecución, porque saben que no se va a negar. Rara vez le proponen algo bueno, como un viaje a playas paradisíacas, o la salida al parque de diversiones. Es que el asertonímico, a veces, se ve comprometido de tal modo en cosas horribles y gratuitas, que no le queda tiempo para disfrutar de su vida.

Se puede llamar asertonímico, también, a la persona que se apresura a ofrecer su ayuda sin que se lo pidan, y sin que le corresponda hacerlo. "Huy, tengo que terminar la tesis doctoral", dice un amigo. El asertonímico responde: "No te hagas problema; mandámela por correo y yo la termino". 


2 comentarios:

José Pepe Parrot dijo...

Algunas veces caí en ese horrible vicio...
Así me fue.
¿Un santo es un asertonímico sagrado?

Ciri dijo...

Es la primera vez que leo el blog, me gusto, te sigo.

El capitán piluso