(Sustantivo. Del latín ultra = que rebasa y post illa = 'después de aquellas cosas', nota al margen. Sinónimo: ultracotación)
Interrupción de un relato para hacer un comentario extenso e inoportuno que desbarata el relato original.
Es muy frecuente que cuando alguien decide contar algo, es interrumpido innúmeras veces por las innecesarias acotaciones de su oyente, cada una de las cuales puede extenderse por circunloquios y meandros semánticos muy lejanos a los de la intención original de quien inició el relato. "Ayer discutí con Andrés porque...", dice A. B hace una ultracotación: "No te conviene discutir con A. A es una persona muy inestable, y puede llegar a acuchillarte. Además discutir te hace mal; vos tenés problemas de presión, y últimamente estás comiendo muchas comidas saladas. De hecho, no sé cuánto salamín comiste anoche. ¿Dejaste algo de salamín, o te lo comiste todo?". A tenía la intención de narrar las razones de la discusión, pero B lo interrumpe para opinar acerca de las primeras palabras del relato. Sin embargo, después de esa ultrapostilla no tiene sentido hablar acerca de la disputa en sí: la conversación se encauza violentamente por el terreno de los salamines y la presión arterial.
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