(Adjetivo. Del griego erémos = desierto y horáo = ver, mirar)
1. Quien tiene la vista perdida a lo lejos mientras mantiene una conversación.
El erémoro esquiva (o mas bien atraviesa) nuestros ojos y nuestro cuerpo con su mirada. Mientras nos habla, o mientras nos escucha hablar, su actitud es distante y frívola, como si ninguna instancia de ese intercambio verbal le pareciera interesante.
2. Quien se distrae con algo que está en el fondo de una escena cuando debería prestar atención a la figura central.
El erémoro en esta segunda acepción lo es también en la primera. Se lo conoce como portador del "síndrome del ojo largo": el erémoro no está atento a lo que pasa aquí; está mirando una escena que transcurre un poco más lejos, a veinte metros, tratando de entender los ademanes de la pareja que discute en el fondo del salón, u observando con cuidado al hombre que parece estar robándose una cartera. A veces sus ojos se desvían para mirar de lejos un contenedor de basura o un sillón viejo que alguien tiró en la vereda. Otras veces sólo observa la pared con cierto temor, porque creyó ver una araña. En cualquiera de estos casos, el erémoro dispensa escasa atención a lo que le están diciendo o incluso a lo que él mismo dice.
Puede especularse con un mal llamado eremoría, un agravamiento de los síntomas que dejan al erémoro en una total incapacidad para fijar la vista en lo cercano. El erémoro sólo puede prestar atención al horizonte o a los límites penumbrosos del cielo estrellado.
Los muertos con ojos abiertos suelen ser erémoros.
1 comentario:
Existe la eremoría musical? es decir, mientras la mayoría del auditorio mira y escucha al cantente, los erémoros buscan con el oído y con la vista tal vez, a bajistas, percusionistas o incluso hasta pueden intentar descifrar la labor del sonidista.
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