(Adjetivo. De con y micción)
Persona que orina a la par de uno en los mingitorios y con la cual a veces se intercambian algunas palabras.
Los varones (y no las mujeres) a veces tienen la posibilidad de un contacto social mientras orinan en un baño público. La vecindad, la posición, el punto de vista y la ejecución compartidas ante el mingitorio a veces ameritan un comentario o un breve diálogo. Si es a la salida del cine, el conmicto da una breve apreciación acerca de la película. "Qué cagazo al final cuando aparecieron los extraterrestres", dice mientras evacua. "Sí, aunque no me gustó que vinieran los marines, eso es muy yanqui", contesta uno a gusto, porque la charla es oportuna y puede continuarse mientras se acomodan los cierres del pantalón, se lavan las manos y se sale del cine. El conmicto no se amedrenta ante la incomodidad de la situación, y trata de superarla evitando la mención al propio acto de orinar.
Algunos conmictos, sin embargo, incomodan a sus vecinos: hacen comentarios chuscos o polémicos, o miran fijamente alguna parte de su cuerpo y gesticulan, o violentan el espacio físico de sus conmictos, o se mueven demasiado, o largan su chorro desde muy lejos y salpican, o tratan de evangelizar sosteniendo el pene con una mano y la biblia con la otra.
1 comentario:
La palabra era muy necesaria.La palabra era muy necesaria. Eso sí: yo que usted, evitaría los lugares donde tratan de evangelizarlo en una situación tan comprometida.
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