martes, 19 de julio de 2011

Prolegógrafo

(Adjetivo. Del griego prolegómena = preámbulo y graphé = dibujo, esquema)

Quien narra con detalles cuáles son las causas concurrentes y cuáles fueron los diversos orígenes de un hecho antes de decir lo verdaderamente importante. 

El prolegógrafo tiene que dar una mala noticia a su empleado: debe despedirlo. Pero en vez de decirlo de manera directa, apela a obtusos circunloquios con la intención de hacer más aceptable e inteligible la decisión final, para que dicha decisión se vea como la consecuencia lógicamente necesaria de todo un proceso complejo que los supera a ambos. "Pérez, en los años ochenta existió el esquema de contrato bajo presión tributaria restrictiva. ¿Sabe lo que es eso? Bueno, era un requisito que cumplimentábamos con las formas R - 32 y que nos trajo mil dolores de cabeza. En el ochenta y seis contratamos a Páez Garmendia y no pudimos establecer un canon retribuible que conservara la estabilidad tributaria. En ese entonces los chinos venían ganando mercado gracias a la utilización de una agresiva política de formas R - 33, aunque su tributación regresiva era no restrictiva. Eso provocó que el mercado emergente asiático, junto con el africano, se plegaran de manera masiva a la introspección garantista endoflacionaria mascúlica. La política neoconservadora de Henry Kissinger contribuyó, sin embargo, a que durante los noventa pudiéramos destrabar los R - 32. Pero no contábamos con los bancos y con Bill Clinton, quienes a través de una bicicleta financiera desbarrancaron nuestro esquema. Bueno, Pérez, por todo esto, usted sabe, no es lo que deseábamos, pero hoy el jefe venía preocupado por las formas R - 33 de los chinos de los años ochenta, por la bicicleta financiera de los bancos extranjeros, y pisó una cáscara de banana, se resbaló, se enojó y me dijo que debemos prescindir de sus servicios". Como puede entenderse, en esta larga narración hay un larguísimo prolegómeno sumamente general, complejo y pleno de datos, y un abrupto desenlace particular y simple: la intención del prolegógrafo es encadenar ese hecho particular (despedir a un empleado) con un universo mayor, inabordable e inapelable (un contexto comercial y económico mundial históricamente adverso). Desde luego, el prolegógrafo suele inventar o forzar esa relación entre el hecho particular y contexto.

1 comentario:

José Pepe Parrot dijo...

Conozco a este especie. Hay prolegógrafos profesionales, generalmente habitan las cuevas de Recursos Humanos, aunque también las direcciones de las empresas. Suelen encabezar sus largos prolegómenos con un "esta es una etapa de nuevos desafíos..."