(Adjetivo. Del latín apis = abeja y cor = corazón)
Persona que realiza preguntas arbitrarias para impresionar con sus conocimientos.
El apicorde finge que está haciendo una pregunta al azar, como por ejemplo: "¿Libia limita con Egipto?". Desde luego, no pregunta para saber la respuesta: lo hace sólo para constatar que los demás no saben algo que él sí sabe. Ante el silencio de quienes lo rodean, dice la respuesta correcta y hace otra pregunta, también aparentemente azarosa, para dar una segunda oportunidad: "¿En qué año nació Kennedy?". El apicorde sabe las respuestas, pero son las únicas respuestas que conoce sobre esa materia. Puede responder correctamente si Libia limita con Egipto, pero no sabría decir si Egipto limita con Sudán, con Etiopía o con Argentina. Sabe el año de nacimiento de un presidente estadounidense, pero es el único que sabe. No posee conocimientos sistemáticos acerca de ninguno de los tópicos sobre los que pregunta. Sin embargo, el apicorde es hábil para engañar a especialistas. A un profesor de geografía le puede costar calcular qué país es limítrofe de Egipto, y un doctor en historia de los presidentes estadounidenses podría no recordar la fecha de nacimiento de Kennedy. Por eso, dos eruditos que escuchan la respuesta del apicorde (respuesta que, dicho sea de paso, él mismo ha formulado) se asombran de que una persona no especializada pueda conocer esos datos tan precisos y ponga en aprietos incluso a un estudioso del tema.
Existe una fórmula maliciosa, aplicada por periodistas y noteros, que consiste en hacer dos preguntas a los transeúntes. Una de esas preguntas es acerca de un tema cotidiano y de visibilidad mediática. La otra es sobre la obra de algún artista o el nombre de un científico. Por ejemplo: "¿Quién es el conductor de Bailando por un Sueño?" (pregunta mediática), seguida de "¿Quién fue el premio Nobel de medicina en el año 1947?" (Pregunta acerca de un científico). La aplicación de este método tiene un resultado claramente esperable: los transeúntes tienden a conocer mucho mejor algo actual y relacionado con los medios masivos, en desmedro de hechos científicos destacables. Por lo general, a partir de este contraste, se suele concluir raudamente que las personas no tienen cultura, que la educación es un desastre, que la juventud está perdida y que el culto al baile, a las drogas, al anticristo y al comunismo han destruido la mente de la población. Sin embargo, quienes elaboran esos cuestionarios (y los noteros que lo aplican) son apicordes; ellos desconocen por completo quiénes han sido los premios Nobel en ninguna época ni contexto, excepto el que aparece como respuesta esperable a la pregunta que formulan.
La etimología del término "apicorde" refiere a la capacidad de la abeja para revolotear con zumbido, y picar de vez en cuando. Ese comportamiento molesto es, por analogía, el que realiza el apicorde.
1 comentario:
Un claro ejemplo de apicordismo son los tipos que conducen programas de preguntas y respuestas. Susana Gimenez sería el paroxismo del apicordismo.
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