(Sustantivo. Del griego phaulós = defectuoso; tyché = suerte, destino y hodos = camino)
Capacidad de obtener un buen resultado después de haber aplicado mal un procedimiento.
Si una persona lava sus fuentes de teflón con abrasivos y viruta de acero, y a pesar de ello la fuente queda impecable y sin rayaduras; si cuando estudia para el examen final se queda dormido al leer la primera página de sus apuntes de clase y, a pesar de ello, aprueba; si lleva una vida pecaminosa sin arrepentimiento ni conciencia, y a pesar de ello su alma se despierta en un inesperado cielo, se dice que ha cometido fultícodos. Cada vez que, por torpeza, necedad, nerviosismo, apuro, negligencia o simple maldad no damos los pasos necesarios pero, a pesar de eso, se logra el resultado deseado, se comete un fultícodo.
A veces, los hechos salen imprevistamente bien a pesar de no haber puesto manos a la obra en su ejecución o, incluso, habiendo atentado contra el resultado. A veces el resultado parece inducido, precisamente, por nuestra acción negativa. Después de dos días feriados, desearíamos no tener que ir a trabajar al tercer día. Entonces decidimos faltar; ya tendremos todo el día para elaborar un pretexto. Cuando llamamos, bien tarde, para excusarnos aduciendo una rara enfermedad, el operador nos alerta: "Pero hoy no había que venir a trabajar... Es la pascua hindú; ¿No sabías que el jefe es hindú?": He ahí un fultícodo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario