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Ejemplos: trabajar de más para un jefe que no nos lleva el apunte; cocinar y limpiar la casa para un marido al que sólo le interesa el fútbol y el sexo; estudiar muchísimo para rendir ante un profesor arbitrario; llevar una vida de ascetismo para alabar a un Dios que no nos escucha o que incluso no existe.
A veces, al meritismo se lo suele calificar de "estéril". Sin embargo, este calificativo es redundante, pues la misma palabra "meritismo" implica la esterilidad de la acción.
1 comentario:
Dolina ejemplificaba sobre un tipo que se sacrificaba en vano y concluía que el sujeto no iba a tener premio alguno en este mundo, y en el otro, tampoco.
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