TRIGÉSIMO PRIMERA PALABRA DEL CONCURSO EXONARIO
(Autor: Mantis)
(Blog: Damos Pena)
(de desagradable, hábil, desagradabilidad)
1. adj. Dícese de quien cuenta con la capacidad de cometer actos absolutamente impresentables frente a otra persona no sólo sin sonrojarse, sino enorgulleciéndose usualmente de los mismos, en ocasiones llegando a demandar un reconocimiento a lo indómito de su espíritu. La desagradabilidad suele darse por lo general con remarcable violencia en primos lejanos o amigos lejanos de amigos cercanos, y se manifiesta generalmente durante la infancia o se interpreta como una extensión de la misma (más allá de la duración de tal etapa). Las formas de manifestarse a las que el desagradábil puede echar mano son prácticamente innumerables, y casi siempre de naturaleza escatológica. Aquí algunos ejemplos traídos al azar.
-Atravesar con alfileres (o un compás) la piel callosa y no sensible de sus dedos.
-Sonarse los nudillos y articulaciones cervicales cuantas veces le es posible.
-Comerse las mucosidades sólidas.
-Soltar flatulencias sonoras a voluntad
-Comer la lengua /ojos /trompa del chancho previamente asado.
-Rascarse partes del cuerpo (preferentemente ricas en glándulas) y olerse entre risotadas.
-Eructar el alfabeto, un nombre propio o una determinada cantidad de números naturales.
Sabido es que las mujeres desagradábiles son menos numerosas que sus pares masculinos pero manejan niveles de desagradabilidad mucho más altos, aunque la proporción en ambos casos va equilibrándose a medida que los tiempos avanzan, quizá debido a fenómenos sociales como los derechos de la mujer, la metrosexualidad y el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La desagradabilidad es requisito indispensable en los llamados reality shows televisivos.
