viernes, 29 de febrero de 2008

Gordonear

Actuar enérgicamente sin necesidad, con malos modales y de manera caprichosa.

El que gordonea tiene "actitud de gordo". Existe una opinión popular según la cual las personas obesas se malhumoran fácilmente y tratan de imponer su voluntad con voz alta y con gritos agudos acompañados de golpes de puño sobre una superficie sólida. Según esta opinión, además, los obesos se malhumoran cuando no se les cumplen las siguientes demandas: un asiento confortable, baja temperatura y comida. Cualquier actitud de una persona -sea o no sea obesa- que pueda encuadrarse dentro de esta manera de actuar, es una forma de gordonear.

Por otra parte, la corpulencia es siempre un buen elemento intimidatorio. Por eso, el gordoneo y la actitud mafiosa pueden complementarse sin problemas.

jueves, 28 de febrero de 2008

Permaturación

(Sustantivo. Del latín per- = muy, y maturus = maduro. Familia de palabras: permaturar, permaturado, a)

Si el término desnurturalizar significa una paulatina pérdida de la madurez y la sobriedad, la permaturación es el efecto de una maduración repentina e inexplicable.

Los adolescentes y los jóvenes suelen ser espectadores de la permaturación de sus amigos. Hay una edad en la que se cometen todos los excesos y el único objetivo en la vida es el placer inmediato. Pero de un día para el otro, algunos de nuestros compañeros de insomnio cambian su visión de la vida; como si conversar hasta el amanecer en una plaza, tomando cerveza y vino abrazados a ocasionales muchachas ya no tuviera sentido para ellos. Se cortan el pelo, se visten prolijamente y adoptan el discurso de un vendedor de celulares. A veces se hacen vendedores de celulares.

Un rasgo característico del permaturo: deja de ser divertido, distendido e inteligente, y se convierte en un cargoso censor que nos señala debilidades y obligaciones no cumplidas.

Existe un fenómeno de permaturación un tanto más complejo: la falsa permaturación.
Este caso se da cuando una persona, por circunstancias de la vida, debe mostrar que ha madurado, aunque en realidad no lo ha hecho. El falso permaturo es peor que el permaturo real, pues en el fondo comparte su visión de la vida con aquellos a los que hoy critica, pero se siente moralmente capacitado para juzgarlos en vista de su nueva situación. Una joven con un embarazo no deseado a veces adopta un 'discurso de madre' y juzga a sus amigas -ex compañeras de aventura- con la mirada de una abuela anticuada. El que se fue de viaje a un lugar lejano a veces vuelve y finge que todo le parece banal y estúpido; incluso puede llegar a decir que durante el viaje tuvo una revelación o algo por el estilo. Vuelve al barrio; es el mismo de siempre, pero finge que ha cambiado y que se ha vuelvo menos propenso a emborracharse con amigos y reírse de las viejas que se tropiezan con el cordón de la vereda.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Adorino


Hombre corpulento, sesentón, viudo, calvo, simpático, de buen pasar económico que dedica su tiempo a ayudar a niños huérfanos y carenciados, y tiene la obsesión de darles una buena educación, prodigarles comida y obligarlos a adorar figuras de santos.

martes, 26 de febrero de 2008

Desnurturalizar(se)

(Verbo. Del término nurtura: palabra del vocabulario de psicología para referirse a los procesos madurativos)

Volver(se) cada vez más inmaduro.

En nuestra vida cotidina, podemos llegar a conocer a una persona flemática, seria y madura cuyas acciones parecen estar dirigidas por sólidos principios éticos y cuyas decisiones son siempre cruciales y meditadas. Si esa persona, con el paso del tiempo, deja de comportarse con seriedad; no toma decisiones y se entrega a placeres mezquinos y caprichosos con cierto malhumor, decimos que se desnurturalizó. Esta desnurturalización -que, muchas veces, sorprende a quienes rodean al desnurturalizado- puede deberse a un cambio de perspectiva acerca de la propia vida, o a sucesos externos que van minando la solidez psíquica del desnurturalizado.

En una acepción un tanto más restringida, la desnurturalización puede ocurrir cuando, después de algún accidente (un choque automovilístico, un serio golpe en la cabeza) en el que se involucra la pérdida de ciertas funciones cognitivas, una persona deja de ser la que era; se comporta infantilmente; es incapaz de tomar decisiones y su estructura psíquica cambia drásticamente, acercándolo a la de un oligofrénico. En esta última acepción, la desnurturalización no es progresiva sino abrupta: quienes rodean al desnurturalizado tienen la sensación de que, de un día para el otro -después del hecho que provocó la desnurturalización-, la personalidad del adulto fue cambiada por la de un niño.

Antónimo: permaturación.

lunes, 25 de febrero de 2008

Orfanosemia

(Del griego orphanos = huérfano y sema = señal, signo)

Definición o campo semántico que no posee nombre.

La realidad está allí, inarticulada y muda. Nosotros encontramos algunas regularidades en ella y le damos nombre. Pero esas regularidades no son toda la realidad; son apenas una perspectiva. Existe una infinidad de perspectivas que podrían caber en una definición, y para las cuales podría haber nombre. Todas esas perspectivas -potencialmente infinitas-, en este momento son orfanosémicas.

Exonario se ha propuesto disminuir la orfanosemia, aun sabiendo que es infinita.

viernes, 22 de febrero de 2008

Melocólico,a

(Adj. Del griego melos = música y colos = bilis)

Persona que se emociona hasta las lágrimas cuando escucha música.

Para el melocólico, da lo mismo si se trata de un samba alegre y pasatista, o un lacrimógeno tema romántico: él se siente profundamente conmovido; una emoción parecida a la nostalgia le va subiendo por la garganta y le impide tararear la melodía.

A muchas personas les gustaría ser conmovidas sólo por un determinado tipo de música. Pero el melocólico se siente avergonzado, a veces, porque se conmueve incluso con géneros musicales que le resultan repulsivos.

Cualquier persona se vuelve inmediatamente melocólica cuando escucha alguna música que le recuerda una época pretérita, sin importar -paradójicamente- si esa música le gustaba o no en el pasado, o si esa época fue buena o mala.

jueves, 21 de febrero de 2008

Susciterapia


(Del latín suscitare = suscitar, asustar y del griego therapéia = terapia)

Cura mediante un susto repentino.

La susciterapia es famosa para curar el hipo; sin embargo diversos tipos de susto pueden curar una gran variedad de dolencias.

Los susciterapeutas trabajan en la calibración de los sustos, de acuerdo a los temores y las dolencias del paciente. No todas las personas se asustan de las mismas cosas, aunque en cierto nivel subliminal -mas relacionado con la percepción que con los temores conscientes- hay ciertas formas universales para asustar. La aparición de algo sólido, rápido, oscuro y repentino provoca automáticamente una reacción de susto.
Sin embargo, no todas las dolencias pueden curarse con este susto instintivo. Los susciterapeutas están convencidos de que, para curar alergias, fobias, malestares estomacales indefinidos, dolores de cabeza y ciertos tipos de depresión, es necesario recurrir a sustos más complejos, enraizados en temores mucho más elaborados. Por ejemplo, a alguien que padece dolores de cabeza, se lo puede asustar diciéndole que ha ocurrio una catástrofe nuclear, y que es necesario alejarse a la selva, para sobrevivir. El temor de morir por radiación puede hacer que desaparezca el dolor y que, en contrapartida, la persona encuentre una nueva manera de encarar su relación con el mundo. Aunque este ejempo pueda parecer extremo, una gran cantidad de terapeutas suelen aplicarlo -aun cuando ellos no se consideren a sí mismos como susciterapeutas.

Existe una versión más fuerte de la susciterapia: algunos suponen que todo mal físico -e incluso intelectual- puede curarse mediante diversos tipos de susto. Desde un susto repentino, fugaz, visceral hasta un miedo prolongado y lleno de matices. Se ha probado esta terapia -con resultados polémicos- en personas con problemas cardíacos y algunos tipos de cáncer.

La susciterapia sólo se puede practicar si el paciente no sabe que está siendo sometido a susciterapia. Mal podríamos asustar a quien ya sabe que lo vamos a asustar.

[PS: espero que puedan ver el breve video incluido en este post. Es un ejemplo de la perfecta susciterapia]

miércoles, 20 de febrero de 2008

Teratolexia

(Sustantivo. Del griego teratos = monstruo y lexé = palabra)

Costumbre de crear palabras para nombrar conceptos inútiles, innecesarios e imposibles de instanciar.

"Imposible de instanciar" debe entenderse como: "jamás nos vamos a encontrar con algo como lo que se describe con esa palabra". Ejemplo, aquí.

La teratolexia puede entenderse como una "manía desmedida por ponerle nombre a todo".

Los conceptos nos sirven para poder subsumir una multitud de objetos. "Objeto", entendido en su acepción más general, es toda aquella configuración y selección que hacemos de una cierta realidad, sea esta realidad empírica, ideal o imaginaria. Un objeto es, en esta acepción, tanto una mesa como la configuración formada por la mesa, el florero y las sillas. En última instancia, también aquello que llamamos "mesa" es una configuración y selección que hacemos los humanos. Sin embargo, cuando se le pone nombre a ciertas configuraciones innecesarias, estamos ante un caso de teratolexia. ¿Es necesario que la configuración descrita más arriba tenga un nombre, o nos podemos arreglar con los nombres "mesa", "silla" y "florero", independientemente?

Exonario se enorgullece de ser el blog más teratoléxico de la blogósfera.

martes, 19 de febrero de 2008

Megalosemia

(Sustantivo. Del griego megalos = gigante y sema = signo)

Excesiva e innecesaria precisión conceptual.

En el lenguaje científico, la precisión se convierte en una virtud. Pero en un lenguaje ordinario, la exactitud puntual puede malograr el proceso comunicativo.

Ordinariamente, nosotros diríamos que los colores de la imagen son (aproximadamente): rosa, salmón, amarillo, en degradé. Pero una persona megalosémica querría ponerle nombre a cada uno de los momentos del degradée y a cada parte de la ilustración. Jamás consideraría que usted le ha dado una descripción correcta de esa ilustración si no la describe exhaustiva y completamente. El megalosémico, incluso, se ve tentado a inventar conceptos para suplir las carencias semánticas del idioma.

Algo similar podría ocurrir con la hora. Si usted le dice a un amigo "nos reunimos en mi casa a las 21:00 hs", no se asombrará si su amigo llega a las 21:01 o a las 20:58. Pero si sufre de megalosemia, usted le reprochará a su amigo que no es lo mismo las 21 que las 21:01. Incluso, es posible que no atienda el timbre si no lo tocan exactamente a la hora convenida.

Exonario cae muchísimas veces en la megalosemia.

Megalosemia y angusemia son dos polos de un mismo problema semántico: la precisión enfermiza de los conceptos en conflicto con la imposibilidad de utilizar un concepto preciso.



lunes, 18 de febrero de 2008

Angusemia

(Sust. Del latín angustia = estrechez y del griego sema = signo)

Disminución de la capacidad para referirse a algo con precisión por falta de los conceptos adecuados.

La pobreza de vocabulario y la incapacidad para distinguir matices suelen ir de la mano; en ambos casos estamos ante ejemplos de angusemia. También ocurre este fenómeno cuando, a pesar de grandes esfuerzos mentales, no se puede encontrar el concepto adecuado para describir un hecho.

En el distópico mundo de George Orwell, en su libro "1984", el Partido crea una neolengua con un vocabulario acotado para evitar los matices conceptuales, lo cual redunda en la imposibilidad de alcanzar ciertos pensamientos. Los hablantes de esta neolengua sufren de una creciente angusemia.

Todo idioma es angusémico en infinitos sentidos: existen múltiples situaciones que no tienen nombre y que no pueden ser descriptas satisfactoriamente. Exonario tiene el objetivo de disminuir paulatinamente esta angusemia.

Sin embargo, se puede caer en el otro extremo: en encontrar conceptos muy precisos, que se refieran a situaciones demasiado puntuales y que sean difíciles de distinguir de otros conceptos parecidos. En ese caso, habremos caído en la megalosemia.

domingo, 17 de febrero de 2008

Zagunfio,a

(Palabra y definición enviadas por el sr. <—X—<)

(Adjetivo. Voz malsonante).

Palabra utilizada para insultar a alguien sin hacer referencia a ninguna característica real o presunta del insultado.

Ejemplo de uso: «—Sr. Roqueforte, ¡usted es un zagunfio!» (Al oír esta palabra el aludido se enfurece.)
La palabra «zagunfio» viene a llenar la necesidad de contar con palabras que cumplan la función pragmática del insulto y a la vez estén desprovistas de cualquier contenido descriptivo. Habitualmente, las palabras que usamos para insultar describen características con connotación negativa que adjudicamos real o figuradamente al insultado; es decir, la fuerza pragmática insultante deriva, a través de la connotación negativa, de un significado conceptual no necesariamente insultante.
Por ejemplo, a alguien que nos saca de quicio podemos decirle «sos un idiota», aunque el receptor de nuestro improperio no padezca en realidad un «trastorno caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales, congénita o adquirida en las primeras edades de la vida» (definición de la RAE para «idiocia»); simplemente, es alguien que se nos montó en los huevos (que también es una expresión figurada). Por otra parte, cuando un siquiatra ingresa en la historia clínica de un paciente la afirmación de que tal o cual es un idiota o un demente, seguramente no está pretendiendo insultarlo, sino meramente describir su afección.
A veces los hablantes somos conscientes de que existe una tensión entre la fuerza pragmática del insulto y la inadecuación objetiva del contenido descriptivo respecto de la persona aludida. Por ejemplo, cuando decimos «mirá, tu madre es una santa, pero vos sos un hijo de puta» (afirmación que nada tiene que ver con la profesión de la señora aludida, sino con la inquina que sentimos por su progenie).
Además, existe un componente de incorrección política, porque al usar insultantemente un apelativo, estamos implícitamente insultando a quienes cargan con ese apelativo por razones objetivas. Por ejemplo, si en una reunión social le decimos a alguien que es un «mogólico» (palabra que, con significado insultante, era común, al menos hasta hace unos años) corremos el riesgo de hacer sentir mal a algún presente que tenga un familiar con síndrome de Down. Si a alguien le soltamos que es «un negro de mierda», además de hacerle saber nuestra animadversión, estamos deschavando que somos racistas, a la vez que insultamos con nuestro racismo a todas las personas de piel oscura. (Así como las hinchadas de fútbol desnudan su homofobia casi siempre que insultan a la hinchada rival: «Eeehhh, son todos puuuutooos».)
De este segundo aspecto de inadecuación es testigo la expresión «mirá, no te digo que sos un animal porque sería un insulto a los animales».
La palabra «zagunfio» viene a resolver esa carencia de nuestro idioma. Tiene fuerza pragmática insultante, pero nada más; no quiere decir absolutamente nada, aparte del uso implícitamente insultante. De hecho, se podría imaginar toda una gradación de palabras insultantes vacías, según el nivel de enojo que justifique su uso.
Por último, cabe notar que el fenómeno opuesto, palabras amables sin contenido descriptivo, existe, como da cuenta el siguiente diálogo hipotético entre enamorados:
—Hola, cuchi-cuchi, ¿me extrañaste?
—Sí mi michiningui...

sábado, 16 de febrero de 2008

Cartoxplotar

(Palabra y definición enviadas por Julio David Auster)

(v. intr., de carta, que en este caso se refiere a la tarjeta de crédito y explotar):

Reventar la tarjeta de crédito.


Cuando la situación anímica de una persona no es de las mejores, una de las válvulas de escape más comunes es darse algún gusto postergado. Eso suele significar, generalmente, un gasto superior a las posibilidades de la persona, por lo cual se utiliza en estos casos la tarjeta de crédito, sin pensar que en algún momento habrá que pagar. El concepto de reventar la tarjeta es tan viejo como la tarjeta, hacía falta una expresión sintética como cartoxplotar.
¿Por qué se dice reventar la tarjeta? Seguramente, en el fondo, se piensa en la actitud de la rana en la famosa fábula de Fedro: quiso ser grande como un buey inflando su cuerpo y terminó reventando. El deudor hace lo mismo: quiere mostrarse poderoso gastando sin sentido, hasta que revienta la tarjeta.
En la vida real las cosas no son tan filosóficas: lo que le pasa a la persona es que se siente muy deprimida y decide que, por qué no, se va a comprar un celular nuevo, o un par de zapatos carísimos, o un viaje a un lugar en el que nunca había pensado antes. La expresión verbal es: "Ma siiiiiií, yo cartoxploto. Los gustos hay que dárselos en vida".

viernes, 15 de febrero de 2008

Mandamínimo

Existe el mandamás quien, según la Real Academia, es la persona que ostenta demasiada autoridad.
Pero, ¿qué pasa con quien ostenta una gran autoridad, pero sin embargo su autoridad es mínima? Eso es lo que mienta este término: el mandamínimo (en su primera acepción) es una persona cuyo poder es minúsculo; pero que se aprovecha de dicho poder para poner todos los obstáculos imaginables.

Un mandamínimo es aquel supervisor raso, o aquel cabo del ejército, o aquel empleado de la telefónica que hoy, ahora, en este preciso momento, tiene un gran poder de decisión sobre alguna cuestión que a nosotros nos interesa, y se regodea en ello. Nos hace esperar, nos maltrata y nos muestra el infranqueable muro de su modestísima autoridad. Sabe que, en cuanto pongamos un pie en la calle o cuando hablemos con alguien que tiene más poder que él, el mandamínimo deberá retractarse por habernos maltratado; pero en esos pocos segundos de intransigente soberbia se siente un dios.

El mandamínimo gorrea y es sumamente soconto.

Existe el término "mandamenos" para referirse a un mandamás que intenta imponer su voluntad a toda costa y al cual la mayoría obedece. Un mandamás ilegítimo es, en el fondo, un mandamenos. Los que lo siguen y adoptan su carácter autoritario, son unos mandamínimos.

jueves, 14 de febrero de 2008

Fonogramoide

(Sustantivo. Del griego foné = sonido, gramma = letra y eidos = forma)

Semejanza que tienen los sonidos de la naturaleza con los que puede emitir la boca humana.

Las onomatopeyas recogen estas semejanzas y les dan nombres convencionales. En la naturaleza escuchamos el canto del gallo, el maullido del gato, la caída de la lluvia, explosiones volcánicas. Aunque estos sonidos son inarticulados, creemos escuchar cierta concatenación que se asemeja a nuestras emisiones vocales (o vocoides) y consonantes. En español, el gallo canta "kikiriki". Eso significa que, para el oyente español, el gallo canta con fonogramoides "k" e "i". No es lo mismo que una explosión haga "bum" a que haga "bam". Los sonidos de uno y de otro se diferencian claramente; el oído diferencia el fonogramoide "u" del "a". Un globo al desinflarse hace "puff", mientras que un fluorescente al romperse hace "paff". Ambos sonidos son inconfundibles y pueden distinguirse sin error por el fonogramoide correspondiente.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Descoñado,a

(Adj. Del latín cognatus = nacido en la misma época que uno)

Dícese de quien no se entiende con las personas de su misma edad, y se lleva mejor con los mayores o los más jóvenes.


Un descoñado suele ser socórdico.

martes, 12 de febrero de 2008

Socordia

(Sust. Del latín socer = suegro,a y cor = corazón)

Empatía con el suegro del sexo opuesto.

Los hombres que sufren socordia se llevan mejor con su suegra que con su mujer. Como es de esperar, el socórdico (o la socórdica) sufre los celos de su cónyuge.

lunes, 11 de febrero de 2008

Capalero,a

(Adj. De la expresión "cagar a palos"= golpear muchas veces hasta lastimar, no necesariamente con un palo)

1. Persona que suele ganar con ventaja en alguna actividad.

La palabra "capalero" permite hacer una rápida asociación semántica con el vocablo "capo". Quien dice que alguien "es un capalero", suele querer decir que es un capo y que lleva una gran ventaja.

No se utiliza esta expresión para referirse a quien gana con gran diferencia por intervención del azar. El capalero debe haberse esforzado en igualdad de condiciones con otros participantes en la misma actividad.

Aquel que gana ventaja por azar, suele llamarse palicero (de paliza)

2. Persona inestable que ante cualquier contrariedad responde a los golpes. En esta acepción, es sinónimo de pandillero, golpeador.

viernes, 8 de febrero de 2008

Cotulunar

(Idiotismo. Verbo)

Morir de noche, en silencio, en la cama y con los ojos abiertos.
La persona que cotuluna en algún momento ha abierto sus ojos para morir; literalmente ha tenido un despertar a la muerte.
Todos nos acostamos a la noche con el terror de encontrar a la mañana siguiente a algún ser querido cotulunando.

jueves, 7 de febrero de 2008

Verandante / Veraviandante

(De vera = orilla y andar. También se puede utilizar la expresión "veraviandante", que agrega la palabra via = camino)

Persona que camina cerca del cordón de la vereda.

Está tácitamente estipulado que el caminante urbano debe andar por la zona media de una vereda; no muy cerca del cordón ni (en el otro extremo) pegado a los muros de las construcciones. El verandante sale de esa zona media y se aventura en el borde cercano a la calle, donde suelen estar los canteros, los canastos para la basura y los puestos de diarios. Un verandante debe prestar mucha atención; su caminata no puede seguir una trayectoria rectilínea debido a los innumerables obstáculos en su andar.

Cuando tres o cuatro personas caminan uno junto a otro por una vereda, uno de ellos se convierte en verandante por la simple razón de que la zona media de una vereda regular sólo tiene espacio para dos personas.

(Gracias José Schmidt, por la palabra y por el concepto)

miércoles, 6 de febrero de 2008

Navidar

(Verbo. De navidad. Suele utilizarse en participio de presente: "navidando")

Sentirse feliz por los preparativos de una celebración.

Cuando se está navidando, las luces brillan con más color y las personas parecen renovadas. Si la celebración se realiza en la propia casa, ésta luce mucho más bella. Cuando navidamos, solemos limpiar y adornar lugares que siempre permanecen olvidados y sucios, y por lo general cambiamos alguna iluminación. Si preparamos alimentos y disponemos la mesa para recibir invitados, lo hacemos con alegría y de manera distendida.

El sentimiento de navidar conjuga una deliciosa mezcla de extrañeza y familiaridad.

El término puede hacerse extensivo a otros ámbitos, no solamente festivos y no necesariamente relacionados con lugares conocidos. Cuando uno visita un lugar turístico que hacía años que no se visitaba, en una inesperada escapada de fin de semana, es normal navidar. Se navida, también, después de una mudanza a una casa acogedora y tranquila.

Durante la navidación, el estrés parece tomarse un respiro y el tiempo parece regalado para disfrutar de cosas pequeñas y cotidianas.
(Nota : en este momento estoy de vacaciones en Mar del Plata, ciudad que no conocía y que estoy recién descubriendo. Y el treinta y uno de enero, cumplí años y los festejé en mi casa. Desde ese día estoy navidando sin parar)

martes, 5 de febrero de 2008

Rofo

(Del germano *Raupan = arrancar, pelar; del cual deriva también la palabra en español "ropa")

Sensación de claustrofobia por no poder quitarse una vestimenta.

Como puede apreciarse, la palabra utiliza dos fuentes semánticas de acuerdo a su etimología: por un lado, la noción de "quitarse" proveniente del germano Raupan, y por el otro, el objeto específico que se desea quitar: la ropa. La palabra "rofo", sin embargo, le agrega un componente semántico que no estaba presente en "Raupan" ni en "ropa": la desesperante sensación de saberse atascado.

Un pantalón o un sueter demasiado ajustados, o una campera con el cierre roto pueden provocar rofo cuando uno quiere quitárselos y la vestimenta parece hacer increíbles esfuerzos por mantenerse adherida al cuerpo. La transpiración, a veces, hace aun más difícil sacársela y eso puede aumentar el rofo. En los casos más desesperantes, se llega a cortar el abrigo con una tijera.

lunes, 4 de febrero de 2008

Discepto

(Sustantivo. Formado por oposición a "concepto". No confundir con el verbo latino discepto = discutir, disentir)

Si un concepto subsume una multitud de objetos, de los cuales se da una o varias características en abstracto (por ejemplo: el concepto de 'verde' subsume a todos los objetos que son verdes; el concepto de 'silla' subsume a todos los objetos que se compongan de 'respaldo, base, sostén, para una sola persona'), un discepto es aquel concepto que subsume objetos con características contradictorias o redundantes. Ejemplo ficticio de discepto: "Bitoro: toro doblado y partido en dos formado por dos toros".

La clasificación de los animales dada por Borges en El idioma Analítico de John Wilkins da como resultado un discepto clasificatorio.

No es fácil, sin embargo, discernir si se tiene un discepto o un concepto. A lo largo de la historia, muchos disceptos fueron recategorizados como conceptos y viceversa. Es probable que la frontera que separa al concepto del discepto sea sólo epistemológica: es decir, puede tener que ver tan solo con nuestra manera de entender la realidad.

En un plano más coloquial, se llama discepto a aquel concepto imperfecto e inasible, cuya definición no sirve para reconocer a los objetos subsumidos bajo él. Ejemplo: "Coloto: coso largo no muy largo e invisible".
También se puede utilizar este término para nombrar a los desplazamientos semánticos que se realizan en ciertas frases imprecisas y ambiguas: por ejemplo, en ciertos círculos gnósticos se suele decir que todas las almas del universo están atadas a la vida por un "hilo de plata". Aquí, "hilo" y "plata" están utilizados de una manera no habitual. Por lo general, quien hace una afirmación como esa, no aceptaría que "hilo" y "plata" son simplemente metafóricos; él pretende decirnos que esos términos están usados con propiedad. Sin embargo, ante la imposibilidad de dar una definición clara, debemos concluir que "hilo" y "plata" funcionan aquí como disceptos.


viernes, 1 de febrero de 2008

Chocatrasca

(Adjetivo. Apócope de "hecho catrasca" = destruido)

Persona avejentada y arruinada en un corto lapso.

Se dice que alguien es un chocatrasca cuando, comparado con la última vez que lo hemos visto, parece mucho más viejo de lo que debería parecer, teniendo en cuenta su edad y el lapso en el que no lo vimos.
Para que se pueda dar fehacientemente el diagnóstico de chocatrasquismo se deben tener en cuenta los dos tiempos en los que se realiza la comparación. Un tiempo A, anterior, en el cual la persona todavía conservaba una buena apariencia, y un tiempo B, posterior, en el cual se corroboran los rápidos achaques que nos llevan a calificarlo de chocatrasca. El tiempo que separe a A de B debe ser relativamente corto. Si se trata de un tiempo prolongado, simplemente hay un envejecimiento natural. El chocatrasquismo sorprende porque es abrupto; como si hubiera una discontinuidad entre la persona vista en el tiempo A y la misma en el tiempo B.

Un chocatrasca se caracteriza por haber adquirido alguno (o todos) de los siguientes rasgos entre el tiempo A y el B:

- Abundantes canas y calvicie prominente.
- Sobrepeso
- Arrugas
- Cansancio generalizado.
- Suspiros
- Sudor
- Actitud de protesta ante todo
- Posicionamiento despectivo ante las manifestaciones de personas más jóvenes: "Antes no se nos trataba así"
- Continuos reparos ante ofrecimiento de bebidas, comidas y fiestas descontroladas: "Yo ya no estoy para esos trotes, ahora tomo agua mineral y me acuesto a las diez de la noche"

Algunas personas son chocatrascas por un tiempo y luego recuperan gran parte de su vitalidad original. Otros están en una pendiente resbaladiza en la que todos los síntomas de su chocatrasquez se agudizan y potencian. Si un chocatrasca permanente conserva la sensación de que puede recuperar su vitalidad, entonces se convierte fácilmente en un chotosaurio.