miércoles, 31 de diciembre de 2008

Cocataco,a

(Sust. De catacumba)

Si vecino proviene del latín vicinus, y este último a su vez de vicus que significa barrio, el cocataco es el muerto o muerta que está enterrado en el mismo cementerio en las cercanías de nuestros muertos queridos, o de nosotros mismos si es que estamos muertos.

"vecino" implica vida -el barrio está habitado por personas vivas-, por lo tanto no corresponde llamar así a los muertos aledaños. Cocataco viene a llenar esa impropiedad semántica.

Dos vecinos que nunca se llevaron bien en vida, pueden pasar una tranquila eternidad como cocatacos.

martes, 30 de diciembre de 2008

Enetuplar

(Verbo. De ene y tuplo: terminación de veces de una cantidad. Sustantivo: enetuplo)

Si redoblar es aumentar el doble o intentar algo por segunda vez con más fuerza, enetuplar consiste en insistir por enésima vez con una fuerza aun mayor que la vez anterior.

Se considera un enetuplo cuando ya se ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha intentado algo sin conseguirlo.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Abaratrar(se)

(Verbo. Del latín barathrum = infierno, abismo, hombre insaciable. Palabra candidata a formar parte del vocabulario de una filosofía existencialista criolla)

Sentir profundamente el hastío de la insaciabilidad.

Los exquisitos laberintos de la lengua latina nos han dejado una palabra cuya amplitud semántica es reveladora: barathrum no sólo se refiere al infierno mismo, sino al hombre que merece ese infierno. La extensión que hacemos en Exonario le agrega un componente semántico de índole introspectiva: el abaratrado es quien se da cuenta de ese merecimiento y, en consecuencia, siente el peso de su continua insatisfacción.

El existencialismo francés ha acuñado dos términos de proximidad semántica con abaratrarse: náusea, para referirse a la sensación de gratuidad y vacío de la vida, y derelicción, para nombrar la autoconciencia de desamparo y responsabilidad. Abaratrarse, sin embargo, tiene evidentes resonancias criollas. Suena a barato y a batata (abatatarse equivale a asustarse, a negarse a actuar cuando llega el momento) Por ello, el abaratramiento es una náusea derelictiva criolla. Desde luego, abaratrarse, a pesar de la proximidad semántica con los dos términos existencialistas, tiene su propio peso de significado. Examinemos el abaratramiento a partir de un ejemplo: la compulsión por el juego. El jugador siente que no desea otra cosa más que jugar. Sin embargo, nunca se llena de juego. Nunca ocurre que diga "basta", como sí pasa con el sexo o los alimentos. Después de muchas horas o días de jugar al póker o a la ruleta sin parar, el jugador puede sentir abaratramiento: la certeza desdichada de que está haciendo lo que más desea, pero eso que más desea jamás lo satisface. Puede ocurrir algo similar con la necesidad de ir de shopping y comprar objetos suntuarios, con la visión de mujeres -u hombres- hermosas -o hermosos- que pasan por la calle, o con la búsqueda del conocimiento. Quien dijo que el saber nos hace desdichados es, sin duda, un abaratrado.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Cleptocálamo

(Término y definición enviados por el lector Julio David Auster)

(Adj. Del griego kléptein = robar y del latín calamus = pluma)

Dícese de la persona que pide prestado un instrumento de escritura, generalmente una birome, y no lo devuelve.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Cleptóflamo

(Término y definición enviados por el fiel colaborador Julio David Auster)

(del gr. kleptein, robar y del lat. flama, llama):

Dícese de la persona que pide prestado un encendedor y no lo devuelve.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Antesolo

(Sust. De la expresión latina ante solem = antes de que salga el sol)

Sensación de asco, fastidio o perplejidad que provoca la visión del amanecer después de una noche en vela.

Cuando se ha estado despierto toda la noche haciendo alguna tranquila actividad (leer, estudiar, chatear) a la eufótica luz de una suave lámpara, nos acostumbramos a las sombras y a la quietud nocturna. El amanecer, en esos casos, se presenta como una fuerza masiva, entrometida e incongruente que invade y empaña la mágica intimidad de la madrugada. Lo que era oscuro y suave se vuelve luminoso, incómodo y obsceno. Ese sentimiento de desolación es el antesolo.

El antesolo puede presentarse en muy diferentes circunstancias. Un insomne sufre entre las sombras, pero también odia el amanecer: el alba es su derrota, el símbolo de su irreversible fracaso contra la oscuridad. La noche se le ha escurrido sin pegar un ojo, y las luces que se cuelan por la ventana son horrendos fantasmas que ululan incesantes "hay que levantarse, comienza un nuevo día"

Después de una larga y divertida fiesta nocturna, el amanecer hace fuerza por ponerle punto final. Los límites pueden extenderse, pero la magia de las luces de colores en la oscuridad se ha perdido, y la fiesta está sentenciada.

Pero quizás el antesolo más horroroso es el que nos sorprende sin que nos demos cuenta. Ocurre cuando, de un momento para el otro, caemos en la cuenta de que ya ha amanecido. Miramos por la ventana, incrédulos y desconcertados, como si nos hubiesen robado algo importante sin que lo pudiéramos notar.

Quienes esperan con ansiedad el amanecer (por ejemplo, los que desean escapar del ataque de vampiros u otros monstruos nocturnos) no sienten antesolo, sino alguna otra sensación, más aliviadora y placentera.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Encuarentonarse

(De cuarenta)

Sentirse inmune ante ciertas preocupaciones por causa de la edad.

"Encuarentonarse" tiene una resonancia muy fuerte con el término "envalentonarse". El encuarentonado se siente más valiente y menos vulnerable a ciertos comportamientos neuróticos: no le preocupa qué dirán de él su jefe, sus parientes o sus amigos. Tampoco teme dar su desmesurada opinión ante personas poco tolerantes y propensas al golpe. No le preocupa decir que no cuando es no, y tampoco reprime sus gustos. El encuarentonado asume sin tapujos que le atraen las personas de su propio sexo, que odia su profesión y su carrera, que le encanta Arjona más que Beethoven y que, a pesar de lo que siempre quiso opinar sobre sí, es ultraconservador y derechista. Años antes fingía preocupaciones e intereses -y la acción de sostener la mentira era otra preocupación más. Ahora se asume sin tapujos.

Para encuarentonarse no es necesario tener cuarenta años; en verdad, el encuarentonamiento ocurre a una edad mucho mayor, y es un proceso que quizás tiene más que ver con la vejez que con la mediana edad. Pero no se puede desperdiciar el parecido fonético entre "encuarentonarse" y "envalentonarse", semejanza que se perdería con términos como "enochentizarse" o "ensetentizarse", amén de que estas construcciones suenan más a ser partidario de una década del siglo veinte que a una actitud ante la vida.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Enrajarse

(De raja. Sustantivo: enrajamiento)

Dejar entrever el extremo superior del trasero por encima del pantalón y por debajo de la camisa.

Las personas enchulenguizadas tienden a enrajarse. También son proclives al enrajamiento los obreros (en particular aquellos que en su trabajo deben agacharse) y quienes usan pantalón de tiro bajo o remeras cortas.

El enrajamiento puede ser una estudiada fuente de seducción. Pero la mayoría de las veces es un fenómeno involuntario que sólo provoca burlas.

martes, 23 de diciembre de 2008

Enjupitarse

(De Júpiter, nombre del quinto planeta del sistema solar. Adjetivo: enjupitado)

No lograr resultados importantes a pesar de haber sido una gran promesa.

Una hermosa mujer que gana todos los concursos de belleza durante su adolescencia y, cuando cumple sus veinte, se dedica a comer hasta volverse hiperobesa. Un joven y talentoso violinista abandona su arte por pereza y a los treinta años apenas recuerda cómo tocar el violín. Un nuevo y brillante contador se presenta en la compañía como la solución a todos los problemas y, apenas dos días después de asumir su puesto, llega tarde, alcoholizado y demuestra que no sabe siquiera hacer un balance. Los protagonistas de estos ejemplos son enjupitados: supuestamente, por cierta falta de voluntad, no logran un codiciado objetivo que parecía fácilmente alcanzable. El enjupitado parece ir contra su propia naturaleza; como si la vocación que lo inflamara no llegara a despertarse del todo, o muriera en su esplendor. A veces una persona se vuelve enjupitada por las expectativas que los demás depositan en ella, y no porque ella misma tenga un talento especial. Es el caso de los padres que piensan que sus hijos son genios en algún rubro cuando en realidad son niños caprichosos y malcriados.

El término "enjupitarse" hace referencia a la característica propia del planeta Júpiter, cuya incandescencia inicial lo podría haber convertido en una estrella, pero por falta de combustión quedó relegado a la categoría de planeta.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Emplanetarse

(Verbo. Del griego planetés = errante)

Caminar haciendo trayectorias inesperadas y arbitrarias.

Un día cualquiera, una persona que era puntillosa y estricta con sus horarios y objetivos en la vida, decide salir a la calle sin rumbo para ya no volver a sus rutinas anteriores. El emplanetado sale de su casa con el firme propósito de ir al trabajo o hacer compras, pero por alguna circunstancia -quizás la intención de dar un paseo- toma por un camino inusual y luego se pierde para siempre en calles que no lo conducen a un lugar determinado. Existen casos sobrecogedores de emplanetamiento: una persona que camina bordeando un río decide abandonar su trayecto y se pierde en medio de un desierto. Otra que bordea una montaña un buen día escala la montaña y ya no vuelve a descender.

Algunas personas creen que el emplanetamiento es producto de un hechizo. En verdad, el emplanetado se comporta de una manera tan repentinamente extraña a su proceder habitual, que su actitud parece producto de una decisión ajena a su voluntad.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Fagóptero


(Adj. Del griego phágo = comer y -ópter = observador)

Persona que vigila lo que otros comen

Una madre obsesionada por la cantidad y calidad de comidas que ingiere su hijo; una tía abuela solterona que siente un enorme placer en ver cómo sus sobrinos nietos degustan sus abundantes, variadas y empalagosas tortas caseras; un cocinero amateur que está esperando la aprobación de sus amigos por su último experimento culinario o un hombre que goza viendo a su amante comer el plato que él preparó: todos ellos son fagópteros.

El fagóptero es una clase especial de voyeurista. Las diferencias entre uno y otro observador no son tan grandes: la comida y el sexo poseen un ingrediente de enorme seducción. La única diferencia notable entre el fagóptero y el voyeur es que mientras el voyeurista se solaza observando sin participar, el fagóptero espera una reacción por algo que él mismo ha preparado.

El fagóptero puede estar al límite entre lo puramente culinario y lo lúbrico. Algunos fagópteros, cuando ven a alguien probando sus platos, puede murmurar por lo bajo: "Así, así me gusta, cómo te comés la patita de pollo... Sí, cómo te tragás la salsita de roquefort que te preparó papito". Este último tipo de fagóptero se excita conjugando la observación del disfrute de sus comensales con el recuerdo de cómo preparó cada bocado.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Parifungio

(Sust. Del latín paries = pared, muro y fungi = hongos)

Dibujo que forman las manchas de humedad en una pared.

La humedad puede tener una variedad de efectos en las construcciones. Uno de ellos es el simple descasacaramiento de la pintura y el revoque. El resultado de ese proceso es un dibujo irregular de contornos bien definidos al cual, como a las nubídeas, se le puede dar una interpretación muy detallada.
Otro proceso no lleva al descascaramiento de la pared, sino a una lenta y progresiva diferenciación de matices sin bordes definidos. Los parifungios formados de este modo son figuras fantasmales cuya presencia a veces ha sido interpretada como el escaso medio de comunicación de un muerto. Abonan notablemente a esta interpretación, sin duda, los parifungios que surgen de manera rápida y espontánea -es decir, sin que se pueda corroborar la presencia de una fuente de humedad- para formar el rostro de un pariente muerto o el mapa del lugar donde quedó guardada la herencia desaparecida.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Incalizar

(Verbo. Del latín in = dentro y calix = vaso, cálice. Sustantivo: incalización)

No terminar el contenido de los vasos.

En las fiestas y reuniones es común que los invitados dejen vasos por la mitad o que se sirvan, sólo beban un trago y luego abandonen la copa. El contenido de los vasos incalizados suele tener un único destino: ser desechado.
Una variante de la incalización -no necesariamente relacionada con los ágapes- consiste en no beber el fondo del líquido de los vasos y copas. Como si ese fondo contuviera algún residuo o borra que podría afectar a quien lo bebe, el partidario de la incalización toma una de dos decisiones: cuando su vaso está a punto de vaciarse, o bien lo llena nuevamente, o bien deja de beber. Su actitud puede entenderse como un "horror al vaso vacío".

martes, 16 de diciembre de 2008

Ectosomático,a

(Adj. Del griego ecto = por fuera y soma = cuerpo. Sustantivo: ectosomatosis)

Dícese del espíritu que está presente a la vez en varios cuerpos.

El alma de los ectosomáticos es capaz de mover y dar vida a cuerpos de diferentes géneros y especies. Desde un punto de vista metafísico, el ectosomático tiene "demasiado espíritu" para un solo cuerpo, y por ello le es asignado más de uno.
El ectosomático puede controlar, simultáneamente a su propio cuerpo y al cuerpo de otras personas (pueden ser una o dos, o miles). No es necesario que el ectosomático sea consciente del control que tiene sobre esos cuerpos, y puede desconocer individualmente a cada uno de sus avatares. Desde luego, un espíritu humano puede controlar a las millones de hormigas de un hormiguero, o a una manada de ciervos en el Africa, o a una especie de seres viboroides de un planeta en la galaxia de Andrómeda. También -siguiendo el mismo razonamiento- nosotros podemos ser, en verdad, las pálidas manifestaciones de otros seres ectosomáticos. La letra de una canción de Enigma dice: "Recuerda el Chamán cuando dijo: el hombre es el sueño del delfín". Si esto fuera cierto, y si el delfín nos sustentara de vida incluso cuando está despierto, nosotros somos las manifestaciones ectosomáticas del delfín.

Las teorías ectosomáticas han resultado plausibles a muchas religiones y filosofías. Después de todo, ¿es racional pensar que cada uno está encerrado en su propia, íntima e inaccesible individualidad? ¿O más bien compartimos con el resto de los mortales algo que nos hermana mucho más allá que un simple contacto corporal?

La tesis de la ectosomatosis, sin embargo, posee componentes metafísicos sumamente discutibles. La incorroborabilidad no es su mayor debilidad: quizás, lo más flagrantemente inaceptable es la asunción injustificada de que los espíritus pueden tener "grados ontológicos": habrá espíritus cuyo grado ontológico es suficiente para sostener a un único cuerpo, y otros, de grado ontológico superior, podrán sostener a varios. Es este punto, particularmente, el que debe ser argumentado. Por supuesto, para escuchar el argumento, hay que aceptar previamente que existe algo así como el espíritu o el alma.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Anomachar

(Verbo. Del griego a = partícula negativa; mnéme = memoria y matháno = aprender. Sustantivo: anomacia)

No entender algo que anteriormente se entendía a la perfección.

Uno puede aprender a la perfección las reglas del tute cabrero, las declinaciones del idioma latino, la exacta secuencia de pasos para desarmar un reloj a cuerda o la lista completa de reyes de la dinastía borbónica. Sin embargo, al poco tiempo esos recuerdos comienzan a entrar en un olvido sistemático: llega un día (tal vez no muy lejano) en el que apenas podemos dar una imprecisa pista de aquello que antes sabíamos con tanta claridad. Del tute cabrero, sólo podremos decir que es algo que se juega con naipes y de a tres. De la dinastía borbónica, apenas si seremos capaces de ubicar temporalmente algún suceso que fuera contemporáneo a alguno de sus más famosos reyes -ni por asomo recordaremos sin vacilación el nombre de uno de los reyes.

La anomacia nos debería hacer desconfiar de aquellas personas que nos dicen: "yo sé cómo hacerlo, con todos los detalles" o "yo recuerdo la lista completa". Quizás cree que la recuerda; quizás tiene el espejismo de que todavía conserva esa sucesión de pasos o de nombres en su mente. Suele ser una sorpresa que quien nos dice que tiene esa capacidad realmente demuestre que la tiene.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Calsulecia

(Sust. Del latín calceus = zapato; sub = debajo y lectus = lecho)

Tendencia de los zapatos, sandalias, botas y zapatillas a perderse debajo de la cama.

Por alguna razón, el calzado que queda al pie de la cama suele desaparecer en ese entorno oscuro, hostil e inaccesible. Lo curioso de la calsulecia es que, a pesar de que sospechamos que los zapatos extraviados tienen que estar ahí, no podemos encontrarlos con facilidad: la calsulecia es un caso de circunviación.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Melanémera

(Sust. Del griego mélan = negro y hémera = día)

Día en la superficie de los planetas con atmósfera muy delgada, sin atmósfera y / o muy alejados del sol, en los cuales el cielo se ve de color negro.

Desde la Tierra, podemos reconocer al día no sólo por la presencia del Sol, sino también por el característico color celeste del cielo. Pero en un planeta como Plutón, a pesar de que el Sol pueda estar presente, el cielo se ve negro (pues el Sol está tan alejado que se visualiza como una estrella más), de igual modo a como se ve la noche en la Tierra. En la Luna, a pesar de que el sol se encuentra prácticamente a la misma distancia que la Tierra, se produce el mismo fenómeno de melanémera debido a la delgada atmósfera.

Debe ser sobrecogedor observar al Sol en el cénit, rodeado de un cielo totalmente negro.

martes, 9 de diciembre de 2008

Vocefalizar

(Verbo. Del portugués "vocé fala" = tú hablas. Sustantivo: vocefalidad. Adjetivo: vocéfalo,a)

Creer que se tiene la capacidad de hablar un idioma desconocido.

El vocéfalo imagina que puede entender y ser entendido por hablantes de idiomas que tienen cierta proximidad fonética con el suyo. En el caso de un hablante cuya lengua original es el español, se incurre en vocefalidad cuando se cree que por el cambio de unas pocas desinencias o acentuaciones se puede hablar portugués o italiano, sin jamás haber escuchado esos idiomas.

Otros casos de vocefalidad se dan con idiomas que no comparten una misma historia y una fonética parecida; se puede ser vocéfalo por el simple hecho de haber estudiado un poco de chino o de alemán y, llegada la circunstancia, creerse capaz de lograr una comunicación satisfactoria. Quizás, gracias al principio de caridad comunicativa, los chinos y los alemanes hagan un gran esfuerzo por entender al vocéfalo y, efectivamente, la comunicación se logre sin problemas. Pero el vocéfalo tiene la errada creencia de que él es sumamente competente en ese idioma, y que su "capacidad de aprender lenguajes" y su "capacidad de sociabilizar" con extranjeros es un don natural.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Cacarolo, a

(Adj. De cacareo)

1. Persona que ríe de forma semejante a como cacarean las gallinas.

2. Persona que expresa su sorpresa o su espanto con un prolongado y teatral grito en falsete.

El cacarolo puede ser un mojigato (o un cuchiperro) que se escandaliza por cualquier cosa. Habitualmente, es una señora mayor que, cuando se entera de algo ligeramente disgustante a través de los noticieros, emite un "Aaaaaahhh" de compromiso.

3. Ruido que emite el agua al pasar a través de una canilla, que parece el grito en falsete de una mujer.

El agua, al fluir por las cañerías puede emitir distintos tipos de sonido. A veces, cuando la canilla es vieja y los vástagos están oxidados, el agua hace un ruido parecido al grito asombrado de una mujer mayor.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Isabelinguis

(Palabra enviada por Pablo Conte, Unservidor, como "homenaje del e-lectorado al creador del Exonario")

(Del latín elinguis (enmudecer, perder la palabra o la elocuencia) e Isabella, hija de Jorge Mux.)

Fenómeno por el cual un respetado blogger de admirable prosa pierde la capacidad de decir cosas coherentes, ante el nacimiento de su hija.

Como el término no tiene equivalente, aplica también a otros similares casos ajenos, bajo el nombre de Síndrome de Isabellinguis (nazca varón o con otro nombre).


(Gracias, Unser)

viernes, 5 de diciembre de 2008

Desenchangado,a

(Adjetivo. De chango = niño)

Niño que tiene gestos o aspecto de adulto.

El niño desenchangado no tiene el encanto infantil; es como un adulto en un cuerpo pequeño. Su rostro y su actitud expresan ecuanimidad. Su lenguaje es certero, sus palabras exactas y con la mirada provoca temor e incomodidad en la gente.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Guelogio

(Sust. Del griego geláo = reír y lógos = discurso)

Querer hablar en serio mientras se tiene un acceso de risa.

Quien sufre de un guelogio, debe detenerse muchas veces durante su anuncio para decir: "esto que digo es en serio". Lo cual, por supuesto, le provocará aun más risa.

Etimológicamente, guelogio y ridiloquio significan exactamente lo mismo. Sin embargo, como "guelogio" es palabra de origen griego, y "ridiloquio" es de origen latino, podemos utilizar ambos términos con acepciones diferentes, tal como ocurre con los términos "ética" ("costumbre" en griego) y "moral" ("costumbre", en latín).

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Cenitalizar

(Sust. Del árabe assumut, de donde deriva "cénit", y del latín -izare = terminación verbal que significa "dejar en cierto estado")

Poner un objeto o un grupo de objetos de la manera más vertical posible.

Existen objetos como las botellas, los vasos, los jarrones, las lámparas, la CPU de las computadoras, cuya forma habitual de estar puestos es, justamente, de manera cenital (lo más vertical posible). Pero otras cosas, como televisores, impresoras, escáneres, camas y mesas, suelen estar apoyados del lado más extenso. La cenitalización se utiliza, a veces, para aprovechar mejor el espacio y para que las cosas más extensas ocupen menos lugar.

El término "cenitalizar" se aplica con propiedad a aquellos objetos que no suelen estar en forma vertical.

Algunas veces, la cenitalización genera un innecesario equilibrio inestable, pues la verticalidad creada se apoya en un lado sumamente pequeño del objeto, y de ese modo se convierte en una forma de promarginia.
La cenitalización muchas veces implica la pérdida momentánea de la funcionalidad del objeto cenitalizado. Una cama puesta de manera vertical no sirve para dormir.

¿No habría bastado con la palabra "verticalizar" para referirse a este fenómeno? No: la verticalización no presupone la máxima verticalización posible. La cenitalización, sí. Hay objetos que pueden ponerse de manera vertical (es decir: pueden apoyarse en uno de sus lados poco extensos), pero que no pueden cenitalizarse (es decir: apoyarse en el lado menos extenso). Los objetos que tienen alguno de sus lados demasiado pequeños no pueden cenitalizarse.

martes, 2 de diciembre de 2008

Promarginia

(Sust. Del latín pro= partícula que indica impulso o movimiento hacia adelante y margen = margen, límite. Adjetivo: promargínico)

Tendencia a dejar objetos en los bordes de algo.

Los afectados de promarginia pueden tener una gran superficie donde apoyar objetos, pero -quizás por descuido- los dejan mas bien en los bordes y extremos, poniendo siempre en peligro la integridad de las cosas.
A veces, la promarginia se realiza intencionadamente, solo para molestar a otras personas, o para hacer pruebas de equilibrio. ¿Qué tan al borde puede quedar un vaso o un jarrón de cristal? ¿Cuál es el límite físico después del cual una cosa, inevitablemente, se cae?

Un objeto muy al borde es visualmente molesto, pues sentimos y presentimos la inminencia de su caída. ¿Cuánto podemos aguantar -psicológicamente- viendo a los anteojos en el filo de la mesada? ¿Qué tan preparados estamos para soportar ver a nuestro hijo recién nacido con medio cuerpo afuera de la cama?

Al igual que la morifendia y la moricasia , la promarginia es una mala costumbre que puede atentar contra la paciencia de quienes nos rodean.

Una variante de la promarginia es la tendencia a dejar cosas en un cierto equilibrio inestable, independientemente de si están o no al borde de algo. Los objetos en equilibrio inestable sufren de una promarginia intrínseca, pues continuamente están a punto de romper ese equilibrio, y esa es una manera de estar al borde.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Parifar

(Verbo. Del latín par = igual y for = hablar. Sustantivo: parifacia [par, fatum])

Decir algo en el mismo instante en el que otra persona está hablando.

Para que se esté parifando, es necesario que las dos personas hablen al unísono y las emisiones tengan la misma duración, de modo que se logre el efecto de que ninguna de las dos pueda escuchar ningún fragmento de lo que dijo el otro.

La parifacia es perfecta cuando no sólo no pueden oírse, sino que ninguno de los dos se dio cuenta de que el otro estaba hablando. Estos casos ocurren cuando los parifantes hablan sin mirarse. Puede ocurrir que una cajera de supermercado nos dé el ticket de compra mirando el vuelto y diciendo "su ticket" en el mismo instante en que le decimos "hasta luego". Luego nos retiramos, y la cajera pensará que somos maleducados por no haberla saludado.

La parifacia es una de las mayores fuentes de malentendidos, y puede provocar que la gente se ofenda sin motivo. "Yo le hice una pregunta, pero no me contestó"; "Lo saludé y se hizo el sota". En verdad hubo respuesta y hubo saludo, pero seguramente fue tapado por otra emisión y no pudimos oírla.

Conviene aclarar que la parifacia sólo se da en el contexto de dos emisiones propiamente humanas. Si la emisión de una persona no se oye por algún ruido (un automóvil que pasa, un serrucho), necesitaremos de otro nombre para referirnos a ello.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Nacimiento

Hoy, a las 00:52 minutos nació mi hija, Isabella Mux.
Nació sanita, de parto natural.
Pesó tres kilos y trescientos veinte gramos.

(Me gustaría agregar algo más, pero no tengo palabras. Curioso, porque este es un blog que se jacta de poner palabras allí donde no las hay. Supongo que la palabra con la que identificaré este día [el taxonario] será, para siempre, "Isabella" )

Comenzal

(De comienzo)

Esta palabra no define algo nuevo; define algo viejo de una manera diferente y, por ese motivo, rompe con la propuesta de Exonario.
Las estaciones de ómnibus son llamadas terminales. Pero la noción de terminal pone el acento en el que llega, en lugar de ponerlo en quien parte. Además, la palabra misma "terminal" tiene una connotación negativa: usualmente, se la utiliza como lúgubre adjetivo para "enfermo": "enfermo terminal". (Curiosamente, el diccionario de la RAE tiene definición para el adjetivo que acompaña a "enfermo", pero no para el sustantivo con el que se denominan las estaciones)

Por ello, la propuesta de Exonario es cambiar el nombre de las terminales por el de comenzales.

La definición podría ser como sigue:

Estación de la que parten ómnibus con pasajeros.

Una propuesta similar puede hacerse con los ascensores: cuando el ascensor asciende, es correcto ponerle ese nombre. Pero cuando nuestro interés es descender, el ascensor debería llamarse descensor. Descender por un ascensor es un oxímoron rayano con la paradoja.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Argicronía

(Sust. Del griego argía = pereza y chrónos = tiempo)

Sensación de que algo ocurrió hace muy poco tiempo.

A veces rememoramos un suceso que nos parece cercano en el tiempo y nos preguntamos, con cierta inocencia, cuánto hace que ocurrió. De inmediato sentimos una enorme perplejidad: el suceso no ocurrió el año pasado. Tampoco el año anterior. Así, vamos haciendo una retrospectiva mnémica para ubicar el recuerdo en el momento que le corresponde. ¿Cuándo fuimos a veranear a Pinamar? ¿El anteaño? No, porque el anteaño nació la bebé y ese año nos quedamos en casa. ¿El año anterior al nacimiento? No, porque fuimos a Mar del Plata. ¿El otro, entonces? No, porque tuve el accidente y estuve todo el verano en cama. El recuerdo se va retrotrayendo hasta encontrar su fecha en algún lejano momento, hace ocho o diez años.

Para que exista la argicronía, no es necesario que el suceso haya ocurrido muchos años atrás. Podemos creer que anoche cenamos ravioles, pero luego descubrimos que los ravioles, en realidad, fueron la cena de hace dos noches.

Por lo general, la argicronía se desata a partir de ciertas inconsistencias en los recuerdos, o porque existe más de un recuerdo que podría ocupar la fecha que inicialmente damos por supuesta. Un ejemplo: supóngase que tomamos el recuerdo "El año pasado me hice una operación de hernias durante la primera semana de enero". Este recuerdo se convierte en inconsistente, si recordamos, además, que durante esa semana fuimos a la pileta o a la playa. Por lo tanto, uno de los dos recuerdos no corresponde al del año pasado.
La argicronía nace del desconcierto que nos producen esas inconsistencias mnémicas.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Una nota

El genial Julián Gallo -consultor de medios interactivos y autor del blog Mirá!- hizo una nota sobre Exonario.

Es uno de los mejores regalos de cumpleaños que podía tener este blog.
Aquí la nota.

martes, 25 de noviembre de 2008

Felicitaciones

Bien, no había un premio, pero tres personas acertaron la clave del acertijo.

Elizabeth Auster, autora de Textualidea, fue la primera persona en enviarme un mail con la palabra que está oculta en la definición Xxxxxxxxxx.

Pocas horas después, Unservidor, autor de Seleccione, también dejó un link a la palabra correcta.

(El señor X, autor del blog Xenecorp dijo que "se moría por decir cuál era la palabra" pero no la dijo. En el post anterior me amenazó con un juicio. ¿Habrá acertado, o será puro resentimiento?)

La palabra oculta tras el manto de X es : FORTANASIA.

No hay premio, al menos por ahora.
Pero los ganadores se merecen felicitaciones y aplausos.
Después de todo, tuvieron que revisar uno por uno los archivos de Exonario del año 2007

Pista número 1

La palabra publicada ayer es, en realidad, una vieja palabra de Exonario que está en clave.

Como primera ayuda: la palabra pertenece al año 2007

lunes, 24 de noviembre de 2008

Xxxxxxxxxx

(Xxx xxxxx xxxx = xxxxxx x xxx xxxxxx xxxxxxxx = xxxxxx)

X. Xxxxx xxx palabra xxxxxx. Xxxxxxxx x xxxxxxxxxx xx xxxxxx xxx xxx palabra.

Xxxxxxx xx xxxx xxxxx x xxxxx xx xx xxxxxxxxxx xx xxxxx xxxxxxxxxxxxxxxx xxx xxx xxx palabra x xxx xxxxxxxxx xx palabras xxx xxxxxxxxxx xx xxxxxx. Xxx xxxx xx xx xxxxxx xx xxxxxx x xx xxxxxxxx xx xxxx xxxxxxxxx, xxx xxxxxxxx xxxxxxxxxx. Xx Xxxxxxx, xxxxxxx xx xxxxx Xxx, xxx xxxxxxxxxx xxxxxxxx xx xxxxxxxx xxxxxxx xx xxxxxxxxxx xx palabra "xxxxxxxxxx", xx xxx x xxxxxxx xxx xxxxx x xxxxx xxx xxx xxx xx palabra xxxxxxxxxxx. xxx palabra (xxxxx xxx xxx xxxxxxxx xx xxxxxxxx xxx, xxxxxxxxxxxxx, xxxxxxxxx xxxxxxxxxxxx xx xxxxxxx xxx xxxxxxxxxxxx) xxx xxxxxxxxxxx xxxxxxx xxxxxx xxxxxx, xxxxx xxx xx Xxxxxxx Xxxxxxxx, xx xxx xxxxxxx xxx xxxxxxxxxx xxx xxxxxxxxxx xxxxxxxx, xxxxxxx x xxx xxxxxxx xxxxxxxxx xxx x xxxxxxx xxxxxxxxxxxx. Xx xxxx xx xxxxxx xxx x xx xxxxxx xx xx xxxxxxxx "xxxxxxxx" x "xxxxxxxxx", x "xxxxxxx" xx xxxx. Xx xxx xxxxxxxx xxxxxxxx xxxxx xxxxxx xxxxxx x xxx xxxxxx, xxxxxxxxxxxxx xxxxxxxx sin querer xx alguna xx xxx palabras xxxxxxxxxx x xxxxxxx xx xxxxxx xx xxxxx x xxxxxxxxxx xxxxxxxxxx.

X. Xxxxxx xxx xxxxxx xxxxx.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Cumpleaños


HOY EXONARIO CUMPLE DOS AÑOS


Seiscientas sesenta y dos palabras nuevas para el idioma español.

Tengo mucha alegría.
¿Qué más puedo decir?


[El año pasado, como festejo, propuse un concurso exonario: invente su propia palabra. Este año voy a posponer el concurso, porque muy pronto nacerá mi primera hija y (supongo) no tendré tiempo para dedicarle al blog, al menos por unos días.

De todas maneras, en estos días aparecerá una palabra y una definición muy extrañas cuyo entendimiento estará reservado a quienes puedan resolver un evidente acertijo.

Gracias por acompañar este esfuerzo por acrecentar el caudal semántico de la lengua española. ¡Salud
!]

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Matasaje

(De matar y masaje)

Masaje que provoca la muerte.

Existen masajistas que despliegan tal violencia en el cuerpo de sus masajeados, que pueden provocarle una lesión grave, la cual, de manera indirecta, podría conducirlos a la muerte. Sin embargo, la noción de matasaje tiene en cuenta otra idea: un masaje sumamente sutil, casi imperceptible, pero que es aplicado de manera tan certera que conduce a la muerte de forma directa e instantánea.

El concepto de "masaje" está vinculado a un tipo de contacto externo. Sin embargo, se puede considerar que una puñalada es un tipo de masaje que hace contacto con las entrañas del apuñalado y, a raíz de ello, le provoca la muerte. En este sentido, un puñal es un instrumento de matasaje.

Sin duda, ahorcar a alguien con las manos es propinarle un matasaje.

martes, 18 de noviembre de 2008

Plodir

(Verbo. Tercera conjugación. Del latín ploro = llorar y ridere = reír)

Tener un llanto que parece risa o viceversa.

Si fuera por los gestos y los sonidos, en algunas personas es muy difícil distinguir cuál es la emoción que los embarga. Quienes ploden realizan simultáneamente una profusión de gestos: ululan espasmódicamente, se llevan las manos a la cara, lagrimean y se revuelcan por el piso. Cuesta saber si están desconsolados por una noticia horrible o si les han contado el mejor chiste de su vida. Sólo podemos tener esa certeza cuando se termina la acción de plodir, y el mismo afectado, ya repuesto, nos hace partícipes de su vivencia.

Otra personas ploden sin tanto escándalo: simplemente, tienen una risa que mas bien parece un lamento, y tienen un llanto que semeja el repiqueteo de una carcajada. Las personas que ploden en este último sentido suelen ser acusadas de poco genuinas, pues sus gestos parecen exagerados o incongruentes.

Un fenómeno curioso: el que plode genera en los demás un efecto inverso. Si él llora, quienes los rodean se ven tentados a reír. Si él ríe, los demás se preocupan o tienen miedo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Derrepencio,a

(Adj. De de y repente)

Dícese de quien utiliza la expresión "de repente" de manera errónea y abusiva.

Uno puede decir "de repente" en el siguiente caso: "Usted de repente se quiere ir de vacaciones", si se refiere a una decisión súbita e inesperada. El derrepencio, sin embargo, utiliza esa expresión en contextos en los que no existe tal impredecible providencia.

De manera abusiva (e igualmente errónea) se puede aplicar como muletilla: "Yo de repente quise estar tranquila y de repente me metí en la bañera y, mientras me bañaba, de repente me empecé a sentir mejor". Nótese el uso del último "de repente": a pesar de que la expresión parece hablar de un sentimiento precipitado y súbito, el resto de la construcción se refiere sin duda a un proceso paulatino, por lo que la expresión "de repente" contiene un claro oxímoron: "repentinamente de a poco".

viernes, 14 de noviembre de 2008

Penestal

(Sust. Del latín penis = pene)

Si un capitel o un cabezal son la parte superior de algo y semejan una cabeza (capitel proviene de caput = cabeza); y un pedestal es la parte inferior semejante a los pies (pedestal proviene de pes = pie), el penestal es un objeto sobresaliente que se ubica a la mitad de algo, aproximadamente como el pene en el cuerpo masculino.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Escualiforme

(Adj. Del latín squaleo = estar sucio y forma = forma. No confundir con escualiforme = con forma de escualo [pez] )

1. Dícese del objeto que posee recovecos y no puede ser limpiado con facilidad y, consecuentemente, está siempre sucio.

Uno de los problemas que conlleva el limpiar una casa consiste en estipular de antemano dónde detenerse. En principio, es posible limpiar eternamente una misma cosa. Toda limpieza, para que pueda considerarse como tal, necesita tener cierto grado de detalle: las cosas no deben parecer sucias. Desde luego, el parecer varía de acuerdo a la puntillosidad del observador. Sin embargo, aun en la limpieza más superficial, uno se encuentra con objetos más sucios que otros, y allí surge un dilema: o se invierte una buena cantidad de tiempo limpiando sólo esos (o uno de esos) objetos, o se continúa con la limpieza general. Esos objetos a los que se identifica por su mayor dificultad para limpiar, son los objetos escualiformes.

Debajo de algunos muebles difíciles de mover o entre los detalles de un adorno con meandros, volutas y ángulos, suele acumularse una mugre pegajosa que sólo puede quitarse con un trabajo paciente y esforzado.

Sin embargo, el trabajo con los objetos escualiformes nunca es completo. En la coyuntura entre la sartén y su manija, en la parte de abajo, siempre se acumula una cantidad de grasa con propiedades casi mágicas: no importa el tiempo que se invierta en quitarla; siempre hay más.

Si uno se detiene demasiado limpiando un objeto escualiforme, se verá luego en la obligación de limpiarlos a todos con el mismo detenimiento, pues el contraste entre la limpieza acentuada de uno y la mugre del otro será demasiado evidente. ¿Qué sentido tiene limpiar una única taza, si las otras once lucen descoloridas y pegajosas?

2. Dícese de la persona que siempre tiene algún detalle de desaliño o de suciedad.

Hay personas que, por más que se bañen, se arreglen, se pongan desodorante y se cambien de ropa, siguen teniendo olor apestoso, orejas sucias, pelo mal enjuagado y sombra de barba o de bozo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Protóporo

(Sust. Del griego prótos = primero y póros = paso)

Programa o serie que está en sus inicios y que todavía no tiene definido el rumbo ni el formato.

En los protóporos se revela una gran frescura y entusiasmo. Sin embargo, las reglas que definen el programa se van replanteando y, al poco tiempo, algunas se vuelven más rígidas y otras se descartan. La frescura se va acomodando a un sistema de rutinas productivas y funcionales. A veces, toda la espontaneidad se va subsumiendo bajo las reglas y el producto se anquilosa. Otras veces, un producto amateur puede convertirse en algo mucho más profesional gracias al equilibrio entre la creatividad y las rígidas reglas autoimpuestas.

Exonario nació como un protóporo (seguramente, la única manera de nacer de las cosas que se hacen con ánimo de que duren). En las primeras entradas, no se buscaba la etimología de los términos y se publicaban varias palabras en un día. Se llegaron a publicar vocablos cuyas definiciones ya existían, pero que eran raras (como la palabra "pica", ya eliminada del blog) y se publicaron definiciones para construcciones de dos palabras (mano molleja, pierna manteca) en lugar de una, como se hizo con las seiscientas cincuenta y cinco palabras restantes.

martes, 11 de noviembre de 2008

Conmendable / comendable

(Adjetivo. Del latín cum = prefijo que significa reunión, agregación o cooperación y emmendabilis = reparable, ajustable)

Objeto para cuya manipulación es necesario ajustar al unísono un conjunto de partes.

Dado que la definición es un tanto árida, será necesario aclararla mediante un ejemplo. Hay ciertos frascos y latas de pintura que sólo pueden cerrarse o abrirse si se hace fuerza, simultáneamente, en muchos puntos del perímetro de la tapa. No es suficiente con golpear o hacer palanca en un lugar; se necesitan de varias manos para rodear el perímetro y golpear o tironear al unísono.

Existen objetos tales que, cuando se rompen, no se pueden reparar por partes, pues la reparación de una pequeña porción conlleva el desarreglo de otra (ocurre con frecuencia en los mecanismos barílatos). Un ejemplo de ello está dado por cierta clase de desperfectos en una casa: si se descascara la pared por la humedad, no sirve arreglar únicamente el sector descascarado; será necesario hacer un trabajo conmendable y reparar la pared entera, o bien derribarla y construirla de nuevo.

Es menester que un objeto conmendable no sea un demendo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Pronodia

(Sust. Del latín pro- = prefijo que indica impulso o movimiento hacia adelante y nodus = nudo, nodo, enredo)

1. Tendencia a enredarse o atascarse de algunos objetos, preferentente flexibles, alargados y finos.

Dos cables o dos hilos pueden enredarse entre sí. Pero incluso un cable por sí solo puede quedar prendido o atascado con otros objetos. Si tiramos de la manguera con la que regamos el jardín, ésta puede quedar enredada con ella misma, o bien puede atascarse con las piedras del patio. La pronodia es esta curiosa capacidad que poseen algunos objetos de volverse una madeja rebelde e insoluble.

No todo objeto alargado es pronódico. A veces, por alguna extraña razón, dados dos objetos finos y flexibles de la misma calidad, uno de ellos es pronódico y el otro no lo es. Las sogas y los cables suelen ser menos pronódicos que los hilos y las mangueras.

Es importante destacar que la pronodia no nace de una naturaleza pegajosa de los objetos que se enredan. En ese sentido, una telaraña no es pronódica.

Según algunos pensadores, el lenguaje es una continua fuente de pronodia. El lenguaje es una madeja y sólo un arduo trabajo lógico puede ayudarnos a desenredarla. Una vez que hayamos desenredado el lenguaje, según el filósofo Ludwig Wittgenstein (1889 - 1951), desaparecerán todos los problemas filosóficos. Este sería un buen augurio, de no ser porque el lenguaje mismo tiende a enredarse: dada su naturaleza pronódica, aun cuando se hubieran solucionado todos los problemas, el lenguaje, por sí solo, se anudaría sobre sí mismo y nos devolvería una multitud de viejos problemas, ahora disfrazados con un ropaje nuevo.

Es tentador pensar que cualquier dificultad en la expresión de una frase o un texto no tiene su causa en la impericia de quien la profiere, sino en el trabajoso lienzo de lenguaje con el que construimos los pensamientos. (Cualquier oscuridad en este mismo texto, acháquese a la pronodia)

Este término posee una segunda acepción:

2. Tendencia a establecer relaciones complicadas y trabajosas.

Los chapalocas y las chapalocos sufren de pronodia.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Previloquio

(Palabra y definición enviadas por Julio David Auster)

(sust. m.; de previo y lat. loqui, hablar):

Expresión oral caracterizada por no usar las palabras que corresponden, sino aquellas que se encuentran respectivamente antes en el lexicón de la RAE.

Esto requiere una memoria superlativa por parte del previlocuente (porque se supone que se conoce de memoria todo el diccionario) y exige que sus interlocutores poseen la misma habilidad, por lo menos pasivamente, para poder interpretar sus dichos; ergo, estas pobres personas no pueden comunicarse con nadie.
Análogamente existe el postloquio, donde se adopta el vocablo que sigue en el Diccionario.

Cada nueva edición de la RAE exige que los previlocuentes o los postlocuentes tengan que actualizarse.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Tercioloquio

(Palabra y definición enviadas por Julio David Auster)

(sust. de tercio, tercero y del latín loqui, hablar):

Habilidad que tienen algunas personas de armar sus oraciones mediante saltos, como si fueran pianistas que tocan intervalos de terceras (do mi, re fa, mi sol, etc.)

Mozart, además de ser un gran músico, era sumamente creativo en su correspondencia, en particular con la que mantenía con su primita Bäsle; usaba este artificio de la escritura para confundirla, como si la frase: "Hace mucho que no me escribís" se transformara en "Hace que mucho no que me no escribís". A él, por supuesto, le salía con mucha mayor gracia.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Tocacio

(Adj. De tocar. Úsase casi con exclusividad en masculino)

Dícese de quien exhibe ciertas partes de su cuerpo y pide que lo toquen.

El tocacio suele ser un hombre que presume de sus músculos o de la tersura de su piel. Pero no le basta con generar un discurso repugnante y ególatra; sospecha que -por alguna razón- no le creemos lo que dice y nos insta a corroborarlo personalmente. "Mirá qué duros que tengo los bíceps... tocá, tocá", insiste.

Otra clase más morbosa es la de quien exhibe operaciones, heridas o inflamaciones y pide que le toquen para confirmar que sus tejidos no están bien o que se le descosió la herida. Ya bastante desagradable resulta ver los eccemas y los ganglios abultados: él, además de ofrecernos un innecesario y nauseabundo espectáculo a la vista, insiste en que comprobemos las purulencias de su desagradable cuerpo a través de otros sentidos.

En general, los tocacios suelen ser hombres. El hombre es tocacio ante mujeres y ante otros hombres. Sin embargo, la mujer -en caso de ser tocacia-, sólo lo es ante mujeres. La mujer aprende bastante temprano que no debe incitar a que los hombres la toquen, a menos que desee tener sexo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Teratopsia

(Sust. Del gr. teratos = monstruo y -ópter = que ve)

Sensación de que los rostros de las personas se han vuelto monstruosos.

La teratopsia puede deberse a un desorden neurológico que hace ver a los objetos de manera deforme, irregular o incompleta. Pero, en su acepción original, no es necesario apelar a una patología. A veces puede ocurrir que un rostro familiar se nos vuelva extraño porque lo estamos viendo desde ángulos inusuales, o simplemente porque lo miramos demasiado: cuando alguien nos habla y, mientras escuchamos, recorremos cada detalle de su cara, nos puede dar la impresión de que ese rostro es desconocido, o hace gestos que nos son extraños, o no podemos asociar ciertas muecas o tics con la voz que oímos. A veces, de tanto mirar a los ojos, podemos pensar que su boca está como dislocada, como partida. A veces, si sólo miramos su boca o un pómulo, nos puede parecer que el pelo está muy revuelto, o muy separado del resto de los rasgos, o que su cara es demasiado grande para esa nariz tan pequeña, o que un par de granos y una manchita en la mejilla forman otra pequeña cara, triste y diabólica.

A veces, la teratopsia es la capacidad de visualizar la gran mueca, la mueca universal que se esconde detrás de cada gesto, como en este cuento.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Unanosca

(Sust femenino. Del griego = no, agnorisis = reconocimiento y tnésko = morir)

Tiempo después de la muerte en el cual el muerto todavía piensa que está vivo.

Quien sufre de unanosca no sabe que ha muerto. Prosigue con sus rutinas diarias sin notar mayores cambios que una acentuada indiferencia por parte de quienes habitualmente lo rodean. Tarde o temprano, sin embargo, debe caer en la cuenta de que la indiferencia es sólo un mínimo factor, porque -presumiblemente- también deberían modificarse la posibilidad de asir objetos o de cualquier mínimo intercambio verbal con otras personas.

La unanosca es familiar por películas como Ghost, Sexto Sentido y Los Otros. Sin embargo, en todas estas películas se revela que la ananosca nace de una multitud de inconsistencias inverosímiles. En Ghost, el alma del muerto puede caminar por el piso, como si éste todavía pudiera ofrecerle alguna resistencia. En Sexto Sentido, Bruce Willis -el muerto que padece unanosca- habla con quien fuera su mujer y reinterpreta sus silencios y sus lágrimas como una forma de problema conyugal. Es palmario que la unanosca sólo es posible si la muerte no cambiara demasiado los entornos; si en verdad se puede morir sin que se vea siquiera modificada la percepción. Pero podemos legítimamente dudar de la muerte si, en verdad, aun estando muertos podemos tropezarnos con las mismas piedras con las que nos habíamos matado por tropezarnos y rompernos el cráneo.

La creencia en la unanosca nace de la añoranza por creer que el mundo del muerto es muy parecido al de los vivos. Quienes piensan esto, son incapaces de imaginar que el infierno (el lugar que nos espera a todos) es infinitamente peor de lo que podemos conjeturar.

martes, 4 de noviembre de 2008

Gravisomnio

(Sust. Del latín gravis = pesado y somnus = sueño, ensoñación)

Soñar que se está faltando a alguna responsabilidad importante.

Usted está haciendo un plácido viaje de vacaciones. Mientras disfruta del paisaje que observa a través del ómnibus, recuerda que en cinco minutos debe presentarse al trabajo. No entiende cómo se le pudo olvidar una cosa así. Inmediatamente, el viaje se convierte en un infierno; usted se recrimina a sí mismo su torpeza, su inexplicable olvido . Sabe que está muy lejos del trabajo y que no podrá poner ninguna excusa razonable. Sin embargo, se esfuerza por inventar algo. Hace cálculos imposibles: si se baja del micro y hace dedo, tal vez llegue con media hora de atraso, si tiene la suerte de que alguien lo levante en mitad de la ruta. Pero no está vestido para trabajar; lleva pantalones cortos, ojotas y una gorra roja. Como en el final de una mala película, se despierta. Ha sufrido un gravisomnio, una pesadilla bastarda, cuyo único componente inquietante es el temor a convertirse en una persona irresponsable y poco digna de fiar.

No debe confundirse el gravisomnio con el pundisomnio (de pudor y somnus): sueño en el cual ocurre algo vergonzoso, como el descubrimiento de que se está dando una conferencia totalmente desnudo.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Logorexia

(Sust. Del griego logos = discurso, texto, razón y orexis = apetito)

Necesidad imperiosa de encontrarse con una buena narración.

A pesar de las recomendaciones, es difícil encontrar un buen libro o una buena película. Para el asiduo lector o cinéfilo, no es frecuente dar con una narrativa satisfactoria. El repertorio de historias que lo impresionaron a uno parece reducirse a un pequeño puñado. El logoréxico, sin embargo, encara un nuevo libro o va al cine no ya con la esperanza de conseguir un estremecimiento maravilloso, angustiante, y único, sino con el resignado sabor de que todo lo que vea u oiga, será aburrido, repetido y anodino.

El logoréxico no puede calmar su apetito: ninguna película supera a Vanilla Sky; ningún libro supera a Hacedor de Estrellas, La Broma o Viaje a un Planeta Wu - Wei.

Pero la desazón del logoréxico es peor cuando relee esas obras y ya no le despiertan sensaciones fantásticas y abrumadoras; apenas si siente un ligero temblor. Eso le lleva a sospechar que ha sido engañado por su propia memoria, o que el tiempo en el que la lectura comportaba placeres inconmensurables se ha terminado.

Su única salida es apelar a su propia imaginación y crear él mismo una narración que sacie su apetito. Pero la propia imaginación es un sucedáneo pobre: el logoréxico quiere sorprenderse. Quiere sentir la carne de gallina al dar vuelta una página. Y la imaginación propia rara vez da sorpresas, excepto en las pesadillas.

Por suerte está Borges. Borges es el mar infinito donde calmar la sed logoréxica; el mar a cuyas aguas se puede acudir miles de veces durante muchas vidas. Quienes no conocen a Borges permanecen siempres sedientos.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Ficionuncopiar

(Palabra y definición enviadas por Vachi Gutiérrez)

(Verbo. Derivado de ficionunciar)

Tendencia de una persona a adoptar rápidamente los acentos de un lugar extranjero.

Puede suceder por ejemplo que durante una excursión de una semana a España, el ciudadano vuelva hablando con términos como "venga, vale, coño", o más común aún, que reciba en su casa a agún amigo porteño y a las 24 hs hable con cantito o se dirija a alguien diciéndole pelotudo o forro.

viernes, 31 de octubre de 2008

Metaneuma

(Sust. masculino. Del griego metá = más allá y pnéuma = aire, soplo, respiración)

Suspiro que realizan los muertos.

Como el mortiloquio, el metaneuma es un fenómeno infrecuente, desconcertante y sombrío. A veces los muertos -los muertos recientes y con muertes no cruentas, no las momias o los cadáveres corroídos y despedazados- pueden hacer una pequeña y última exhalación de aire, o bien pueden realizar un largo y prolongado suspiro acompañado de un ligero llanto o gritos aterradores.

Estas manifestaciones llenan de falsas esperanzas a los deudos. El metaneuma surge de gases acumulados en el pulmón o en otras partes del cuerpo, los cuales, por algún fenómeno puramente fisiológico, son liberados de manera repentina y a veces estruendosa.

Normalmente, el metaneuma consiste en una única exhalación. Pero, en casos muy curiosos, esta exhalación imita perfectamente a la completa acción de respirar, y se produce de manera alternada (exhalación, inhalación), como si los pulmones y los músculos funcionaran. Cuando esto ocurre, se puede sospechar un peranimismo. Sin embargo, la mayoría de las veces el aire exhalado es frío y evidencia que en el interior de ese cuerpo no hay vida: apenas una sucesión mecánica de escapes gaseosos.