viernes, 31 de octubre de 2008

Metaneuma

(Sust. masculino. Del griego metá = más allá y pnéuma = aire, soplo, respiración)

Suspiro que realizan los muertos.

Como el mortiloquio, el metaneuma es un fenómeno infrecuente, desconcertante y sombrío. A veces los muertos -los muertos recientes y con muertes no cruentas, no las momias o los cadáveres corroídos y despedazados- pueden hacer una pequeña y última exhalación de aire, o bien pueden realizar un largo y prolongado suspiro acompañado de un ligero llanto o gritos aterradores.

Estas manifestaciones llenan de falsas esperanzas a los deudos. El metaneuma surge de gases acumulados en el pulmón o en otras partes del cuerpo, los cuales, por algún fenómeno puramente fisiológico, son liberados de manera repentina y a veces estruendosa.

Normalmente, el metaneuma consiste en una única exhalación. Pero, en casos muy curiosos, esta exhalación imita perfectamente a la completa acción de respirar, y se produce de manera alternada (exhalación, inhalación), como si los pulmones y los músculos funcionaran. Cuando esto ocurre, se puede sospechar un peranimismo. Sin embargo, la mayoría de las veces el aire exhalado es frío y evidencia que en el interior de ese cuerpo no hay vida: apenas una sucesión mecánica de escapes gaseosos.

jueves, 30 de octubre de 2008

Peranimismo

(Sust. Del latín per = con insistencia y anima = alma)

Fenómeno según el cual el alma permanece en el cuerpo aun después de la muerte.

Es común la creencia de que, con la última exhalación, el alma se aleja del cuerpo. Sin embargo, puede hablarse de algún caso en el cual, a pesar de esa exhalación, el alma permanezca y se empeñe en seguir habitando un cuerpo muerto. Por definición, el cuerpo muerto no puede moverse y, sin embargo, el alma le otorga movimiento. Este conflicto entre la imposibilidad de movimiento y la presencia del elemento activo puede desencadenar en dos hechos: o bien el cuerpo sigue moviéndose por dictamen del alma -aunque ya no respire-, o bien el alma se vuelve impotente para mover un cuerpo corrompido.

El peranimismo es un fenómeno curioso: normalmente, se entiende que los muertos vivientes, gólems o zombis son seres sin alma. El peranimismo afirmaría que, además de esos casos en los que el alma no es el principio activo de su movimiento, hay otros casos en los cuales sí hay un espíritu. A pesar de que no sea fácil distinguir a un zombi de un peranimado (pues en prinicipo podrían tener el mismo comportamiento post mortem) , deberíamos poder establecer si el sujeto que camina con rigor mortis es un zombi (es decir: un ser sin alma) o un peranimado.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Preforinquia

(Sust. Del latín pre = antes, foris = puerta e inquies = inquietud)

Sobresalto, temor o fastidio que provocan el sonido del timbre o del teléfono.

Un llamado sorpresivo a la madrugada nos induce a las más horrendas conjeturas: alguien necesita ayuda; alguien ha muerto. La mente elabora una seguidilla de hipótesis espantosas desde el primer ring hasta el momento de levantar el tubo. Esa premonición negativa es la preforinquia.

Pero el término no se refiere a estos casos en particular, los cuales, dado lo inesperado de un llamado a la madrugada, podrían inducir sin problemas a sospechar algo malo: la preforinquia se extiende a cualquier llamado o a cualquier timbrazo a toda hora. Quien padece de preforinquia está esperando una mala noticia o una visita imprevista que arruine los planes de su día. Desde el momento en que tocan el timbre, y durante el trayecto para abrir la puerta, el preforínquico se dice a sí mismo: "Debe ser Marcos; si es Marcos le digo que no puedo atenderlo; pero si es Carla, bueno, a Carla le tengo que inventar una historia de por qué no hice el otro día tal o cual cosa. Espero que no sea Alicia. Alicia viene de visita y se queda todo el día. ¿O vendrán a traerme un telegrama de despido? ¿O querrán, otra vez, que vaya a la oficina para avisarme que llené mal los papeles?"

Llega el alivio de la preforinquia cuando comprobamos que tras la puerta sólo hay un vendedor, o un repartidor que nos deja la pizza y sigue su viaje, o un empleado de correos que nos trae un telegrama de despido, o la mismísima muerte.

martes, 28 de octubre de 2008

Occiducia

(Sust. Del latín occido = morir y ducere = conducir)

Trayecto que realiza un vehículo cuando su conductor ha muerto.

Si al conductor de un automóvil lo sorprende la muerte mientras está manejando, el automóvil realizará una errática trayectoria hasta detenerse por completo. Esa trayectoria ciega y acéfala que nace de un movimiento sin objetivos es la occiducia.

Por extensión, se denomina así a los breves y espasmódicas corridas de un animal o persona degollados quienes, a pesar de estar muertos, conservan en el cuerpo un reflejo nervioso que los incita a escapar sin cabeza, como si todavía tuviesen una oportunidad.

lunes, 27 de octubre de 2008

Mensultar

(Verbo. Del latín mendosus = incorrecto y saltare = saltar, ir contra)

Aplicar mal un insulto.

Dada la circunstancia en que queremos insultar a alguien, elegiremos cuál de las formas insultantes se aplican mejor al hecho por el cual queremos insultar. El insulto puede estar mal aplicado de dos formas: o bien el tenor del insulto es demasiado alto (o demasiado bajo) para la situación, o bien el insulto no se aplica a la situación por la cual se lo insulta.

Un ejemplo del primer caso (insulto con tenor desproporcionado) es el siguiente: si una persona mata a otra por una acción irresponsable, sería un mensulto si los parientes del muerto se acercaran al asesino y le dijeran: "Sos un loco", en lugar de proferirle imprecaciones más apasionadas. Por el contrario, si una cajera de supermercado nos devuelve cinco centavos en caramelos, será desproporcionado gritarle "Sos una yegua malparida".

Ejemplos del segundo caso: si le decimos "forro" a alguien que en verdad es "estúpido"; si le decimos "grasa" a quien tan solo es "timorato", si calificamos de "conchudo" a quien es un "hijo de puta", o si le decimos "zagunfio" a quien simplemente tiene mala leche: en todos estos casos, estaremos mensultando.

Conviene aclarar que el mensulto es parte del juego de insultar: a veces, cuando verdaderamente se desea ofender a alguien, se le acusa de cosas que no ha hecho, o se magnifica alguna nimiedad para mensultarlo.

sábado, 25 de octubre de 2008

Ficionunciar

(Palabra y definición enviadas por Pablo Macias)

(Verbo. Del latín affectum = afectado y nuntio = anunciar)

Tendencia de un hispanohablante a pronunciar extraña y erróneamente palabras en un idioma extranjero que desconoce.

De todas maneras se caracterizan por poseer coherencia convencional en las tonalidades y desinencias de las palabras. En el caso del ingles se distingue el agregado de una sibilante al final de una dental o un diptongo "ou, au" inventado. Ejemplos: la voz inglesa "I'm in home" se ficionuncia "amimjóum"; la francesa "bonjour" se ficionuncia "bonshúrr".

viernes, 24 de octubre de 2008

Mortiloquio

(Sust. De mortuus = muerto y loquor = hablar)

Habla de un muerto.

El mortiloquio más común es el que en la quiniela se representa con el número "48": la figura de un muerto se aparece en sueños y dice algo, muchas veces profético.

Pero la acepción se refiere, más bien, a un hecho poco frecuente pero bien documentado: un muerto que habla mientras está siendo velado, o mientras es enterrado. Lo curioso de este hecho es que -si hemos de fiarnos por los documentos- la persona está efectivamente muerta mientras profiere una seguidilla de palabras (pues podría sospecharse un fraude o una catalepsia). Luego de eso, se calla para siempre.

Hay quienes interpretan, a través de los mortiloquios, que la muerte es como un profundo sueño. Una persona que duerme y sueña, cada tanto balbucea. El mortiloquio es el balbucear del sueño de la muerte.

Según un poco fiable documento necrológico de la ciudad de Bahía Blanca, en el año 1987 un muerto dijo, mientras era velado: "Juéguenle al 48"

jueves, 23 de octubre de 2008

cocaje

(Sustantivo colectivo. Del francés coq = gallo, de donde deriva la expresión "coqueto")

Conjunto de personas que ante cualquier evento se arregla y se pone la mejor ropa.

Mientras el trusaje sale a la calle sin importarle su apariencia de entrecasa, el cocaje elige cuidadosamente su vestimenta y pasa horas frente al espejo para ir hasta la esquina a comprar lechuga. El cocaje no entiende el concepto de vestimenta informal. Con su temor a parecer desharrapado, muchas veces peca de incongruente: va a un pic nic con mocasines, traje y corbata (si es hombre), o a la playa ardiente con tacos y vestido de noche (si es mujer).

miércoles, 22 de octubre de 2008

Contravocar

(Verbo. Del latín contra = contra y vocare = invitar. Sustantivo: contravocación)

Invitar a alguien para algún evento y recibir como respuesta una invitación a un evento similar.

Las contravocaciones pueden tener dos efectos: o bien alivio, o bien la pesada sensación de compromiso. Pongamos ejemplos:

- A no tiene deseos de salir de su casa. Llama a B para invitarlo a cenar. Pero B (quien tampoco desea salir) le pide -le contravoca- a A que sea él quien vaya a su casa. Con lo cual, A se verá comprometido a aceptar la invitación -puesto que él fue quien llamó en primer lugar para pedirle a B que cenaran juntos. En este caso, la contravocación tiene un efecto negativo.

- A no tiene deseos de invitar a B para su cumpleaños. Pero se ve en el compromiso de hacerlo, dado que B es su amigo. Sin embargo, B se excusa diciendo que ya ha sido invitado a un cumpleaños, o que él mismo está festejando el cumpleaños de algún pariente en su propia casa, para lo cual contravoca a A a ese festejo. A, sin embargo, puede excusarse diciendo que sus parientes y amigos irán a visitarlo a su casa, con lo cual puede rechazar sin problemas la contravocación de B. Este es un caso de contravocación positiva.

Las contravocaciones son una negociación en la que se ponen en juego apenas dos factores: la necesidad de compañía y la comodidad.

martes, 21 de octubre de 2008

Himenizar

(Sust. De himen)

Sellar envases de manufactura con algún material envolvente y difícil de quitar.

Los productos manufacturados vienen en complicados embalajes externos e internos, los cuales -muchas veces- es necesario romper en lugar de quitar de manera trabajosa.
Muchos productos vienen con un plástico alrededor de su tapa: es un precinto de seguridad que suele tener la leyenda: "no consuma si el precinto ha sido violado". El precinto resguarda y testifica la virginidad del producto, como el himen de una mujer.

Por extensión, se llama himenizar a la acción de embalar excesivamente a algún objeto, como ocurre en este ejemplo.

lunes, 20 de octubre de 2008

Terroahorrismo

(Sust. De terror y ahorro)

Sensación de incertidumbre y temor por perder el valor del dinero ahorrado.

Las personas que ahorran dinero tienen varios tipos de temores con respecto a sus ahorros: el lógico temor a una continua y aplastante devaluación o la incertidumbre de que lo roben -sean ladrones que ingresan a la casa, o bancos que confiscan capitales- antes de que se pueda tener lo suficiente para hacer una compra importante. A estos temores se le debe sumar una desazón por tener que apartar regularmente una porción del sueldo para un destino incierto.

Los prestamistas se aprovechan del terroahorrismo. Le hacen creer a sus víctimas que es mejor un crédito ya -con intereses usurarios- antes que un paciente ahorro a conciencia.

sábado, 18 de octubre de 2008

Beneviolencia

(Término y definición enviados por Pablo Conte)

Dícese de una particular forma de buena voluntad hacia las personas, que se manifiesta en forma agresiva.

Por ejemplo, una persona que agarra a un famélico, lo ata a una columna, le pone un caño en la boca para mantenérsela abierta y le introduce por ella su dosis necesaria de nutrientes, vitaminas, proteínas y minerales, está ejerciendo la beneviolencia.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Trofofrénico, a

(Sust. Del griego trépho = alimentarse y frené = frente, mente)

Dícese de quien sólo piensa en los preparativos para la comida.

Se debe hacer una advertencia: el trofofrénico no es una persona que siempre tiene hambre ni que necesariamente desee comer. Su interés por la comida no pasa, necesariamente, por el hecho de comer, sino mas bien por organizar cómo será su alimentación el resto del día.

El tropofrénico, cuando desayuna, piensa en las compras y preparativos para el almuerzo. Durante el almuerzo, está haciendo planes para la merienda. Cuando llega la merienda, prepara mentalmente la picada de las siete de la tarde. A las siete, comienza a visualizar qué va a preparar para la cena.

No debe confundirse el trofofrénico con el goloso. El trofofrénico no necesariamente come mucho, ni tiene una gran ansiedad por la comida.

martes, 14 de octubre de 2008

Discontrar / Discuentro

(Sust. Del latín dis = partícula que denota separación y contrariedad, y contra = contra)

Encontrar cosas que no se sabía que estaban perdidas.

Si el verbo "encontrar" se forma con "in" y "contra", y su etimología mienta una relación en la cual algo aparece enfrentado (como cuando uno se encuentra con un tigre en la selva), el verbo discontrar supone un encuentro sorpresivo, pero en el cual la sorpresa no deriva de lo impredecible e inesperado del encuentro, sino de la certeza de que ese objeto repentinamente encontrado no debería estar allí.

El caso más común del discuentro es el de un objeto que se nos ha caído y fue a parar debajo de un mueble o en los intersticios de una rejilla. Un buen día, limpiando, lo encontramos sin saber que lo habíamos perdido.

Los niños pequeños en casas ajenas suelen provocar discuentros. Si juegan con algún adorno o si se meten en un ropero, pueden sacar de allí algún objeto para dejarlo en algún lugar incongruente.

Ahora bien, si han andado niños o animales por la casa, es posible sospechar el origen del discuentro. El problema se vuelve más macabro cuando ninguno de ellos ha estado promoviendo desorden y, a pesar de ello, un buen día encontramos una estatuilla del juego de porcelanas escondida en la baulera superior del placard, envuelta en la tela verde para cortinas que habíamos dejado en el costurero. En ese caso, hay que tejer elaboradas hipótesis para decidir por qué eso está allí.

Incluso pueden darse discuentros metafísicos, pero ya esta clase de sucesos juegan con los límites de la definición dada. Pongamos dos ejemplos:
- Un niño deja un juguete en casa de sus abuelos. Los abuelos mueren, la casa se vende. El niño se vuelve adulto. Un día, ese adulto abre el cajón de su mesa de luz y encuentra allí el juguete.
- Un hombre sueña con que el dinero de la caja fuerte está en la cajonera de un ropero. Alguien imposible ha encontrado la clave de la caja y, tomando una extraña decisión, ha dejado el dinero en una cajonera -en vez de llevárselo. El hombre se levanta pensando que se trata sólo de un sueño. He aquí que, cuando revisa la caja fuerte, no encuentra el dinero. Al principio pensará que ha sido robado. Esa misma tarde, luego de realizar la denuncia y de alertar a toda la familia, decide mirar la cajonera del ropero, y por supuesto no hay dinero. Ahora bien, al rato, mientras mira desconsolado la vitrina de las copas, descubre que una de las copas de cristal tiene un fajo de billetes. Revisa la copa y allí discuentra no sólo el dinero desaparecido, sino también un anillo de oro con un pequeño diamante que pertenecía a su abuela y del cual no tenía noticia de su desaparición.

lunes, 13 de octubre de 2008

Circunviar

(Verbo. Del latín circum = alrededor y via = camino)

Perder cosas en un lugar pequeño y accesible a la vista.

Si "extraviar" es, de acuerdo a su etimología, "dejar algo fuera (extra) del camino (via)", la palabra "circunviar" recoge la acepción que se mienta cuando se dice que un objeto tiene que estar en ese mismo lugar en el que precisamente no se lo encuentra.

Un botón puede perderse en una caja de botones. Camuflado con otros botones, el botón que estamos buscando es difícil de encontrar. Imagínese, ahora, que en la caja hay sólo tres botones y que, a pesar de ello, no podemos encontrar al botón que queremos, aun cuando tenemos la certeza de que el que buscamos es alguno de esos tres. Esta certeza viene acompañada con la sospecha de que estamos siendo engañados por alguna espontánea prestidigitación sensorial. ¿Cómo puede ser que no reconozcamos lo que está allí si lo estamos mirando?.

Se suele circunviar con toda clase de objetos domésticos. El que busca la gorra que tiene puesta está circunviando. El que no encuentra la llave en una mesa -en la que sólo hay un vaso y una llave- también circunvía. El que busca un papel en el portafolios, o un libro en la biblioteca y a pesar de la certeza de que el papel y el libro deben estar exactamente ahí, no lo puede encontrar, son otros casos de circunviación.

Esta palabra está estrictamente relacionada con el dicondalio.

domingo, 12 de octubre de 2008

Dicondalio / Dicondálico

(Sust. Del latín dis = partícula negativa; abscondo = esconder y alio = genitivo de otro. Literalmente, "desescondido por otro")

Objeto que no puede ser encontrado después de búsquedas exhaustivas y que, finalmente, es encontrado por casualidad por quien no lo estaba buscando.

Cuando perdemos algo, solemos sistematizar la búsqueda de acuerdo a una jerarquía de posibles lugares en los que puede estar el objeto. Si se pierde un cepillo de dientes, comenzamos buscando por el botiquín. Luego por el resto del baño; tal vez luego por la cocina o el lavadero y finalmente por cualquier otro lugar de la casa. Cuando el objeto perdido no aparece por los ámbitos más probables, nuestra búsqueda se vuelve errática y debemos apelar a estrategias más sofisticadas o menos predecibles.

A veces ocurre el hecho insólito de que el objeto perdido estaba en uno de los lugares probables, pero -por alguna razón desconocida- no pudimos hallarlo allí. El cepillo de dientes estaba, finalmente, en el botiquín, pero a pesar de las sucesivas observaciones no pudimos verlo. Es necesario que aparezca un tercero quien, con una mirada rápida y casual, pueda visualizar aquel objeto que nuestra puntillosa investigación pasó por alto de manera sorprendente. Ese objeto extraordinariamente escondido -escondido en un escondite que no lo esconde- es un dicondalio.

También -más de acuerdo con la definición- se llama dicondalio a aquel objeto que, efectivamente, estaba perdido en algún lugar improbable pero, gracias a la tentativa asistemática de quien llega por casualidad y levanta la tapa de un frasco o mueve un poco la alfombra, logra encontrarlo. En esta acepción se cargan las tintas no tanto en el objeto, sino en quien lo encuentra por casualidad. A esta persona que aparece de manera circunstancial y nos encuentra algo, se lo llama dicondálico. El dicondálico a veces utiliza una espontánea estrategia de pensamiento lateral y con ello logra lo que la búsqueda sistemática no pudo realizar. Otras veces el dicondálico encuentra por pura casualidad.

Por extensión, se llama dicondálico a quien aparece de repente y resuelve algún acertijo o problema que parecía insoluble.

Cinco personas quieren pasar una mesa por una puerta. La mesa es demasiado grande. Llega el dicondálico, intenta pasar la mesa de formas que los demás miran con escepticismo. Finalmente, la mesa pasa por el marco. Un hombre quiere arrancar el motor de su auto, pero este se niega. Alguien que jamás anduvo en automóvil hace la prueba y el motor arranca. He aquí dos ejemplos de dicondálico.

jueves, 9 de octubre de 2008

Fobapodio


(Sust. Del griego phóbos = odio, temor; apó- = lejos, a lo lejos y hódos = camino. Literalmente: "Odio al camino que se extiende a lo lejos")

Sensación de impotencia, incomodidad y asfixia que se tiene durante un viaje largo en micro.

Los micros de larga distancia pueden ser cómodos y confortables para realizar una travesía prolongada. Pero muchas veces existen pequeños detalles que empañan la queviateria: puede haber un niño llorón o un roncador; la temperatura puede ser muy alta o muy baja; puede haber una maratón de películas a alto volumeny nuestro compañero puede ser gordo, sudoroso, suspirador y charlatán, como en esta maravillosa canción de Zambayonny.

Otras veces no ocurren percances externos y sin embargo no podemos disfrutar plácidamente del viaje: el fobapodio nos invade como una desesperación por escapar de esa prisión cuyas rejas son las rayas de la ruta infinita y sus paredes son los mullidos asientos con olor a náusea de café recalentado.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Queviateria

(Sust. Del latín quiesco = descansar, relajarse; via = camino y ater = oscuro. Literalmente: "descansar en el camino oscuro")

Sensación de placidez y confortabilidad que da el viaje en ómnibus a larga distancia durante la noche.

La queviateria no es una simple modorra nocturna; a la comodidad y relajación propias de la posición del asiento reclinable, hay que sumarle el monótono zumbido del motor, el aroma a alfombra y el suave bamboleo del ómnibus en movimiento.

Para que la queviateria sea completa es necesario no conocer exactamente cuál es la trayectoria que sigue el vehículo, no saber cuándo amanece ni cuándo se llega a destino.

martes, 7 de octubre de 2008

Paratero,a



(Adjetivo. Del imperativo del dialecto español bonaerense pará: "detente")

Persona que antepone la directiva: "pará, pará" antes de que otro realice alguna acción.

Pongamos un contexto de uso para explicar esta definición: dos personas deciden preparar una comida. Una de ellas (llamémosla A) organiza el proceso y la otra (B) decide acatar lo organizado por A. Cuando comienza la ejecución de la comida, se encuentran con algunas dificultades (por ejemplo, una olla sucia o ingredientes en mal estado) y B, en vez de dar lugar a una solución conjunta, antepone la directiva "pará, pará", y no deja que A intervenga a menos que B se lo requiera. Es altamente probable que B no pueda solucionar el inconveniente, por lo que solicitará la ayuda de A. Pero cuando A decide encaminarse a dar una solución, el paratero lo detendrá con otro "pará", y ensayará alguna bizarra pseudosolución con la cual detiene o empeora el proceso.

Lo curioso es que los sucesivos "pará" del paratero no pretenden que el interlocutor se inmovilice; los "pará" son una muletilla para señalar la voluntad de decidir unilateral y arbitrariamente cómo proceder ante un problema. Es muy probable que si -en el caso del ejemplo- la comida sale mal, el paratero diga "nos equivocamos con esto", como si todo el error fuera una obra conjunta.

lunes, 6 de octubre de 2008

Equinvocación

(Sust. Del latín aequus = igual e invoco = invocar)

Invocación de la misma entidad por parte de muchas personas a la vez.

La equinvocación puede generar conflictos si se trata de una entidad trascendental que no posee avatares. Si dos personas invocan a la entidad X, y esta entidad no puede hacerse presente en dos lugares a la vez, la invocación sólo funcionará en un único caso. Para invocar a alguna entidad que no tenga avatares, es necesario ser el único que la invoca en ese momento.

Muchas personas se volvieron escépticas por culpa de invocar entidades que ya estaban siendo invocadas por otros: dado que la entidad jamás respondió a la invocación, los equinvocadores creyeron -erróneamente- que la entidad no existía.

Por el contrario, una entidad con avatares puede responder a las invocaciones simultáneas de muchos invocadores. Dependerá, desde luego, de la cantidad de avatares de que disponga la entidad, y de la cantidad de personas que realicen la invocación.

domingo, 5 de octubre de 2008

Telefagia

(Sust. Del griego téle = lejos y fago = comer)

1. Alimentarse a distancia.

En esta primera acepción etimológicamente literal, el término posee una referencia imposible. La acción de comer implica un contacto entre el alimento y el comensal, por lo cual el término "telefagia" es semánticamente inaplicable.

Existe otra acepción no muy distante de la original, pero que toma en sentido metafórico a la definición anterior:

2. Sentir el estómago lleno por el solo hecho de ver u oler alimentos.

El heladero, después de cierto tiempo de trabajar en la heladería, siente hartazgo por los helados. Lo mismo le ocurre al chef con las comidas que prepara habitualmente. Esa sensación -a veces repugnante- de que ya se está satisfecho de ciertos alimentos por el simple hecho de haberlos manipulado, olido o visto, es la telefagia.

El dicho "comer con los ojos" rescata otro matiz de esta segunda definición de la telefagia.

Existe una tercera acepción que circula (aunque no mucho) por la red:

3. Consumición de programas televisivos de baja calidad.

Esta definición es criticable por al menos dos motivos. En primer lugar, no está justificada etimológicamente: "Tele" es un apócope de "televisión". En segundo lugar, en ninguno de los términos que se utiliza se encuentra la noción de "baja calidad".

Deuteroebullente

(Palabra y definición enviadas por Julio David Auster)

(Adj. m. y f., u.t.c. sust; del griego deuterós, segundo, y del part. pres. del verbo hipotético ebulllir, hervir):

Dícese de la persona que ya tiene sus (más bien muchos) años encima, por lo que no se cocina al primer hervor.
Los/las deuteroebullentes forman la mayor parte de la clientela de los cirujanos plásticos y de los que siguen con desesperación los últimos dictados de la moda, para no dejar de estar al día, a pesar de todo.

sábado, 4 de octubre de 2008

Sabequencia

(Término y definición enviados por Julio David Auster)

(de sabé(s) qué y sufijo -encia, propio de doctrinas científicas)
:

Dícese del conocimiento que algunos creen tener sobre todos los fenómenos que son capaces de observar y sobre los cuales nadie podría actuar mejor que ellos.

"La selección está jugando como la mona y la culpa la tiene el técnico. Sabé qué, si me la dieran a mí, otra sería la historia". Expresiones de este tipo, referidas a cualquier campo, se escuchan todo el tiempo. Los sabequentes son seres omnipotentes, que no se arredran ante nada. A diferencia de los repretongos, que critican en persona al que hace las cosas, los sabequentes operan a la distancia y se oponen a cualquiera. Ellos serían capaces de hacer cualquier cosa mejor que los otros: educar mejor a los hijos, llevarse mejor con el cónyuge, manejar mejor un negocio, gobernar mejor la economía, etc.

viernes, 3 de octubre de 2008

Poligenar

(Adj. del griego polys = mucho y gené = nacimiento)

Nacer muchas veces.

Tal como el término polión, el verbo poligenar tiene una referencia imposible.
Los poliones pueden tener muchas edades porque han nacido muchas veces, y pueden contar sus edades de acuerdo a cada nacimiento.
La mayoría de los seres humanos somos monogénitos, pero hay casos de personas que dicen haber nacido muchas veces. Existe otra acepción de este término, un tanto más trabajosa desde el punto de vista conceptual:

Nacer de diferentes madres y padres.

El concepto aquí es difícil de entender, pues debemos suponer una de dos cosas o ambas: que quien ha poligenado según esta segunda acepción, ha nacido por partes (una madre parió una pierna, otra madre un brazo, etcétera), o bien ha nacido completo pero del vientre de varias madres a la vez; como si su nacimiento y gestación hubieran sido el producto conjunto del embarazo de varias mujeres. Con lo cual, en esta última interpretación, deberíamos agregar el concepto de embarazo colectivo.

jueves, 2 de octubre de 2008

Polión, a

(Adjetivo. De polys = mucho y aion = edad)

Persona que tiene muchas edades.

Enseguida se entenderá que este es un concepto de referencia imposible, al menos en lo que respecta a la temporalidad humana. Una persona es poliona si, ante la pregunta de "¿Cuántos años tiene?", puede responder algo como esto: "Tengo treinta y cuatro, cuarenta y dos y cuarenta y siete". El polión tiene simultáneamente las tres edades, presumiblemente porque nació tres veces (en ese caso se dice que ha poligenado) o por algún fenómeno de trasvasamiento temporal y de conciencia difícil de entender.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Etrobio

(Sust. Del griego aither = éter [Elemento del espacio supralunar] y bios = vida)

Ser que se gesta y vive en el espacio.

El etrobio es un tipo de extraterrestre que no ha nacido en la superficie (o el interior) de un planeta, sino en el espacio interplanetario. Un etrobio puede estar hecho de gases y puede haber nacido entre los gases y el polvo estelar. Sus constitución química ha de ser muy diferente a la de los seres vivos de la Tierra, teniendo en cuenta las rigurosas condiciones del espacio.

No cuenta como etrobio un ser que ha nacido en una nave o cualquier otro dispositivo para habitar o viajar por el cosmos. El etrobio debe ser una raza nativa del espacio, una especie desde el principio huérfana de astros.

No es imposible que la vida en la Tierra haya surgido de protoetrobios que fueron arrastrados por un meteorito, el cual luego cayó a nuestro planeta.

Un supuesto resto fosilizado de etrobio se encuentra en el único exotario chino del mundo. Su apariencia es idéntica a la de un tejido petrificado y nada hay, ni siquiera en su estructura química, que indique su pretendido origen extraterrestre.