(De comienzo)
Esta palabra no define algo nuevo; define algo viejo de una manera diferente y, por ese motivo, rompe con la propuesta de Exonario.
Las estaciones de ómnibus son llamadas terminales. Pero la noción de terminal pone el acento en el que llega, en lugar de ponerlo en quien parte. Además, la palabra misma "terminal" tiene una connotación negativa: usualmente, se la utiliza como lúgubre adjetivo para "enfermo": "enfermo terminal". (Curiosamente, el diccionario de la RAE tiene definición para el adjetivo que acompaña a "enfermo", pero no para el sustantivo con el que se denominan las estaciones)
Por ello, la propuesta de Exonario es cambiar el nombre de las terminales por el de comenzales.
La definición podría ser como sigue:
Estación de la que parten ómnibus con pasajeros.
Una propuesta similar puede hacerse con los ascensores: cuando el ascensor asciende, es correcto ponerle ese nombre. Pero cuando nuestro interés es descender, el ascensor debería llamarse descensor. Descender por un ascensor es un oxímoron rayano con la paradoja.
1 comentario:
Sr. Mux, ¡no podría estar más de acuerdo con esta definición! Hay una canción hermosísima de Milton Nascimento —si no ando errado— que habla de las estaciones de trenes como lugares donde coinciden encuentros y despedidas, llegadas y partidas... si Nascimento hubiera tenido esta palabra, hubiera podido decir «la estación terminal también es la estación comenzal».
Y hablando de llegadas, aprovecho para felicitarlo nuevamente por el reciente acontecimiento comenzal...
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