(Sust. Del griego argía = pereza y chrónos = tiempo)
Sensación de que algo ocurrió hace muy poco tiempo.
A veces rememoramos un suceso que nos parece cercano en el tiempo y nos preguntamos, con cierta inocencia, cuánto hace que ocurrió. De inmediato sentimos una enorme perplejidad: el suceso no ocurrió el año pasado. Tampoco el año anterior. Así, vamos haciendo una retrospectiva mnémica para ubicar el recuerdo en el momento que le corresponde. ¿Cuándo fuimos a veranear a Pinamar? ¿El anteaño? No, porque el anteaño nació la bebé y ese año nos quedamos en casa. ¿El año anterior al nacimiento? No, porque fuimos a Mar del Plata. ¿El otro, entonces? No, porque tuve el accidente y estuve todo el verano en cama. El recuerdo se va retrotrayendo hasta encontrar su fecha en algún lejano momento, hace ocho o diez años.
Para que exista la argicronía, no es necesario que el suceso haya ocurrido muchos años atrás. Podemos creer que anoche cenamos ravioles, pero luego descubrimos que los ravioles, en realidad, fueron la cena de hace dos noches.
Por lo general, la argicronía se desata a partir de ciertas inconsistencias en los recuerdos, o porque existe más de un recuerdo que podría ocupar la fecha que inicialmente damos por supuesta. Un ejemplo: supóngase que tomamos el recuerdo "El año pasado me hice una operación de hernias durante la primera semana de enero". Este recuerdo se convierte en inconsistente, si recordamos, además, que durante esa semana fuimos a la pileta o a la playa. Por lo tanto, uno de los dos recuerdos no corresponde al del año pasado.
La argicronía nace del desconcierto que nos producen esas inconsistencias mnémicas.
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