(Verbo. Del griego planetés = errante)
Caminar haciendo trayectorias inesperadas y arbitrarias.
Un día cualquiera, una persona que era puntillosa y estricta con sus horarios y objetivos en la vida, decide salir a la calle sin rumbo para ya no volver a sus rutinas anteriores. El emplanetado sale de su casa con el firme propósito de ir al trabajo o hacer compras, pero por alguna circunstancia -quizás la intención de dar un paseo- toma por un camino inusual y luego se pierde para siempre en calles que no lo conducen a un lugar determinado. Existen casos sobrecogedores de emplanetamiento: una persona que camina bordeando un río decide abandonar su trayecto y se pierde en medio de un desierto. Otra que bordea una montaña un buen día escala la montaña y ya no vuelve a descender.
Algunas personas creen que el emplanetamiento es producto de un hechizo. En verdad, el emplanetado se comporta de una manera tan repentinamente extraña a su proceder habitual, que su actitud parece producto de una decisión ajena a su voluntad.
1 comentario:
Amo emplanetarme,aunque no me quede en la montaña ni en el desierto... Lo bueno, es que gracias a no quedarme, decido emplanetarme otra vez, otra vez y otra vez...
Publicar un comentario