miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ergomorfizar (se)

(Verbo. Del griego ergon = trabajo y morphé = forma)

Adquirir la personalidad típica y esperable de acuerdo al empleo o actividad que se realiza.

Cada ámbito de trabajo impone una serie de pautas de conducta. Con el tiempo, esas conductas se internalizan y en la personalidad del trabajador se genera una mímesis con su actividad. Si, además de esas pautas de conducta, el trabajador adquiere opiniones, gustos e ideologías que son típicamente esperables por su actividad laboral, decimos que el trabajador se ha ergomorfizado: ya no puede ver el mundo desde otra perspectiva que no sea la relacionada con el trabajo.
Si el empleado burocrático entiende que debe maltratar a los que hacen cola para pedir un sello; si piensa que todos los que hacen trámites son idiotas; si está convencido de la utilidad y grandeza de su actividad laboral; si cree que los sellos, los formularios, las formas y los artículos son de vital importancia no sólo para su desempeño, sino para la vida humana en general; si pasa el día sentado y se va enchuleguizando, el empleado se ha ergomorfizado.
Si el maestro se ensarmienta, compra revistas de actividades prácticas para recortar, tiene ideas ingenuas y fascistoides acerca de los alumnos y la educación, habla mal de otros docentes, utiliza con sus alumnos un puñado de estrategias y actividades fosilizadas que ha conservado a lo largo de las décadas y cree que su trabajo es el más importante del mundo, este docente se ha ergomorfizado.
Si el disc jockey cree que los enganches de música y las luces son de vital importancia; si escucha los rankings musicales, si está atento al tema del momento, si entabla disputas musicales con otros disc jockeys, si usa vestimenta típica, si tiene una postura tomada acerca de cuál música se debe bailar y cuál no; si no puede entender que otros desconozcan (o no les importe) último tema de Thalía o el nuevo paso de baile, este disc jockey se ha ergomorfizado.

La sensación de que el propio trabajo tiene una importancia trascendente es propia de quien ha sido ergomorfizado: ya se es incapaz de tomar distancia de la propia actividad, y se mira con un dejo de desprecio a otros gremios. Según el taxista ergomorfizado, los docentes son vagos y su trabajo es denigrante. Según el almacenero ergomorfizado, el taxista es un demente enloquecido que corre por la calles atropellando peatones. Según el docente ergomorfizado, el almacenero es un pobre tipo mediocre, codicioso e inflacionista que vive encerrado en un lugar lleno de latas y fideos. Cada trabajador ergomorfizado, desde su lugar alienado, piensa que los alienados son los demás.

No todo trabajador se ergomorfiza. Sin embargo, la presión de los patrones, del entorno y de los compañeros que en muchos casos es efectiva, sistemática y masiva, genera una fuerte tendencia a la ergomorfización.

Existen trabajos que generan mayor propensión a la ergomorfización.

12 comentarios:

LALE dijo...

Si ya no tenés voz,
y la poca que te queda la usás para hablar las 24hs de lo que te pasó en el laburo,
y te estás quedando medio sordo,
te duele la columna y los dedos se te endurecieron por el mouse...

...compañero de call center, te has ergomorfizado...

Nati Alabel dijo...

Qué definición brillante, me saco el sombrero. Existe la ergomorfización positiva?

el infografistico dijo...

Gran definición.
Mis "maestros" en este metié que ahora ejerzo eran un poco talibanes de lo suyo, y yo no podía dejar de distanciarme mascullando "qué boludos!".Estaban ergomorfizados 100% con lo suyo, hasta que cambiaron de rubro.
Ahora ejerzo esto, y se que lo que hago son dibujitos con texto que suplen a una foto o a una ilustración.
Espero no estar ergomorfizándome...

«—x—« dijo...

un gremio que suele ergomorfizarse mucho es el de los sicólogos.

Raskólnikov dijo...

¡Pero qué gran hallazgo!
Indudablemente estaba faltando este término.
Como muy bien dice "x", entre los psicoanalistas se produce una mimesis con la figura de Freud avejentado, aún cuando no se la intente adrede: yo me quedé pelado al poco tiempo de recibirme.
No uso ni barba ni pipa porque soy lacaniano y porque me daría pudor tanta ergomorfización, pero la calva- que porto con resignación e hidalguía- y mis "ajás!" son parte de mi trabajo cotidiano.
Entre el empleo y los agentes particulares, podría existir la misma relación que hay entre las ideas platónicas y las cosas: una gradual pero inexorable transformación del ente en el prototipo.
Saludos y gracias por el blog!

Abrujandra dijo...

Yo también fui ergomorfizada y qué.
¿Algún grupo de autoayuda? De esos en los que uno dice "soy Ale" y te contestan "bienvenida Ale".

Silvana Muzzopappa dijo...

Debiera haber tenido a mano esta palabra cuando una vez, haciendo un trámite en la obra social, la que me atendía me pidió el número de asociado (como de 8 dígitos) y cuando le dije que no lo sabía me miró con cara de odio o asombro por encontrarse frente a alguien tan ignorante que no supiera su número de afiliado. Podría haberle gritado "¡Andá, ergomorfizada!" desde la puerta, pero me faltaba la palabrita. ¡Qué pena!

Yo también estoy sufriendo la metamorfosis. Aunque le sigo batallando.

bienvenida, Ale.

«—x—« dijo...

Yo lucho denodadamente por no ergomorfizarme. Por eso procuro evitar a toda costa la legoptería, que sería una de sus posibles manifestaciones en mi caso. Pero aunque procuro mantenerlo en privado, el ergomorfismo (también llamado, «deformación profesional») está. Cada vez que algún texto nuevo se me cruza en el campo visual, lo primero que veo (tardo uno o dos segundos a lo sumo) son los errores ortográficos. Y no puedo ver una película en idioma conocido sin comparar mentalmente el subtitulado con el parlamento. Me doy asco.

«—x—« dijo...

Y por supuesto... releo todos mis comentarios en los blogs y les encuentro posibles correcciones. No quiero, no quiero...

Manón dijo...

Un gremio cuya ergomorfización física es asombrosa, es el de los empleados de las funerarias, todos van adquiriendo siniestras fisonomías de cadáver, cara de circunstancia permanente y ojeras marrones.

Anónimo dijo...

Este concepto ya existe y se utiliza ampliamente. La expresión para referirse a eso es "desviación profesional".

ChatNoir dijo...

¿Esto también aplica para los cambios físicos que aplican sobre el empleado? Por ejemplo, los porteros de las discos suelen vovlerse (más) malcarados y fornidos, los raperos adquieren más tatuajes, los prostitutas más silicona y los oficinistas más barriga.
Sería esto una especie de experiencia intexterna, ¿no?