jueves, 10 de septiembre de 2009

Noctifremio

(Sustantivo. Del latín nox = noche y fremitus = vibración palpable y audible)

Crujido espontáneo que suelen hacer los muebles y, en general, los objetos inanimados.

Las cosas que en apariencia están quietas y mudas de vez en cuando nos recuerdan que en verdad todo se mueve y nos sorprenden con su curiosa y perpetua dinámica. Las maderas, los plásticos y los metales se retuercen, se contraen, se tensan y cada tanto dejan oir su queja espectral en la oscuridad.

Es frecuente que escuchemos los noctifremios en el silencio sombrío de la noche, y de esa circunstancia se deriva su nombre. Sin embargo, todo el tiempo las cosas están crujiendo, rechinando y chirriando, sólo que esos agónicos resuellos quedan opacados por los ruidos habituales del día.

En momentos de silencio absoluto, un placard o una alacena crujen una o varias veces, de manera irregular y discontinua, y nos sobresaltamos por un segundo. Luego recordamos que los placares también tienen alma: un alma hecha de moléculas inquietas, de electrones frenéticos y de asombrosos quarks. Toda estructura quieta, doblemente quieta por el silencio y por la noche, tiene sin embargo una existencia extenuante y revolucionada como el centro ígneo de una estrella.

Existen noctifremios irregulares y poco marcados; hay otros rítmicos y claramente perceptibles. A veces el noctifremio parece una voz, y a veces la voz dice cosas coherentes. A veces no es el alma del placard la que habla; a veces es un alma humana o demoníaca que vaga por la casa y se vale de noctifremios y de placares para comunicarse o para atormentarnos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Noctifremios, builgoñas, kiliópsicos y otros entes resectantes... la noche en su casa debe de ser una experiencia temible...

eli dijo...

Una compañera de la primaria sostenía que esos ruidos se debían a que, al igual que las personas, los muebles se relajaban durante la noche. Los noctifremios me parecen algo menos inquietantes.

Martín Bolívar dijo...

Interesante. En mi casa me pasa que se corta la luz cada dos o tres meses. ¿Puede que sea bajo la influencia de algún noctifremio? je :)

Silvana Muzzopappa dijo...

Esos malditos noctifremios me mandaban a la cama antes de tiempo de tanto miedo que me daban. Un buen día resolví que si quería quedarme hasta tarde, mejor la dejaba cerca a mi gata. Si ella no reaccionaba, era que estaba todo bien.

(oh, sí. creía/¿creo? o en las capacidades extrasensoriales de los felinos)

Anónimamente cagón... dijo...

Teno miedo....

Raskólnikov dijo...

Todos tenemos al menos un noctifremio memorable por lo atroz; uno de los míos, el más abominable -a causa de lo atemorizante y falto de poesía- fue el escuchar que por la noche y en la oscuridad, alguien se servía un vaso de soda...hasta el día de hoy recuerdo ese maldito ruido de sifón, como un corto resoplido, en un departamento en el que vivía solo.
Ahora comprendo.
Saludos

Carlos Lucero dijo...

esprendido hasta la naufragancia trecómeno y bulrreptado, apósitenio por las malaconías...
usted sí, usted frecundantemente, obsecrista sobre la marteronia hiperfróxita no detiene en alcarrobas finas y agüitas seleptadas.
pero printibistando mejor, no. así no, que figurellas cómo la martesopia no alcarrabian para deshogijar la falta de compromiso.

salú

Abrujandra dijo...

¿Se durmió X que no hizo correcciones a los comentaristas?

«—x—« dijo...

no me dormí, estaba pasándole el corrector ortográfico del word al comentario de allá y se me tildó la máquina.

Abrujandra dijo...

X debe estar rabioso porque olvidó la mayúscula al empezar su comentario. Eso le pasa por usar word.

Abrujandra dijo...

Y no le creo, para que vea que aún conservo una pizca de ingenuidad.