(Sustantivo masculino. Del latín diruptio = explosión y linteum = sábana)
Desprendimiento de las sábanas y cobijas de su sujeción a la cama.
A causa de los movimientos que realizamos mientras dormimos, los vértices superiores del colchón suelen quedar desnudos y la tersura de las sábanas se convierte en una incómoda amalgama de arrugas. La tensión de fuerzas entre las sábanas, el colchón, las frazadas y el cubrecamas, sumados a nuestras prequiversas, pueden provocar un pequeño caos en la mansedumbre y molicie de una cama bien tendida.
Existen camas más dirilínticas que otras. Se necesita de un determinado tipo de colchón, en conjunción armónica con determinada calidad de sábanas y cobijas para que el dirilincio no se produzca. A veces, una frazada muy pesada, un colchón muy bajo o una sábana con elásticos flojos producen una mala combinación que provocan el dirilincio con apenas una vuelta en la cama.
3 comentarios:
Me encanta este blog!
Las palabras que encontras son maravillosas. Ni sabía que existían.
Flor: ¡No existían, son inventadas!
sufro de dirilinciofobia!
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