(Sustantivo. Del griego eiréne = paz y fágo = comer)
Capacidad de arrebatar la paz ajena.
Muchísimas personas son incapaces de entender que otro esté en silencio y en estado de contemplación. Necesitan irrumpir, interpelar, interrumpir e intimidar. Si por casualidad un irenófago nos encuentra en un restaurante, con los ojos cerrados, disfrutando del olor del café, del murmullo y de la música ambiente, no dudará en sacudirnos y hacer una broma chusca sobre nuestro estado de arrobamiento. Si estamos en la cama, boca arriba mirando el techo y pensando, el irenófago nos preguntará qué nos pasa, por qué no nos levantamos, o por qué no dormimos, o por qué no vamos a comprar carne para el asado. Si nos asomamos por la ventana a observar el amanecer, allí aparecerá él, dispuesto a romper el silencio majestuoso, requiriendo nuestra atención para escuchar cuánto le gustan las telenovelas o cómo hizo para operarse de una verruga. No lo hace por maldad ni por pragmatismo: sencillamente no tiene la mínima sensibilidad para disfrutar de los momentos de paz, silencio y soledad.
5 comentarios:
Definitivamente el irenófago va a pasar a formar parte de mis categorías para analizar tipos humanos, junto al cronocléptico. Genial como siempre :)
Impresionante: eso es así, tal cual! Gracias por este lugar maravilloso, juas!
Nunca había escuchado una definición tan pero tan exacta de mi madre. Gracias. Me encantó el blog...
Irene
Nunca había escuchado una definición tan pero tan exacta de mi novia....
estaba buscando una palabra para este comportamiento que detesto... anotada
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