(Verbo intransitivo. Del latín pro = en favor de y veritas = verdad. Adjetivo: proveritador o proverador)
Ofrecer innecesarias pruebas para demostrar que no se está mintiendo.
Algunas personas temen que otro crea que están mintiendo, aun en contextos en los que la exageración o incluso la falsedad no tienen importancia. Por eso, se esfuerzan en demostrar a cada instante que sus palabras son ciertas o que, si no lo son, fue por desconocimiento y no por malicia.
"Mirá, mirá el precio, ¿ves que no te mentí", dice el proveritador, forzándonos a corroborar algo que nunca nos interesó. Pero si el precio no era el que él había dicho, su discurso será largo, trabajoso y lleno de culpa y disculpas: "Ayer te dije que el kilo de pulpa estaba diez pesos. Me equivoqué. Lo que pasa es que vi el cartel que decía 'diez pesos' y no me di cuenta de que era la carnaza, no la pulpa picada.Vi mal, eso es todo. En realidad el kilo de pulpa está once, no diez. Mil disculpas por favor."
Es probable que el proveritador haya sido, en otra época de su vida, un mentiroso a quien le descubrieron de forma flagrante una enorme mentira.
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