(Sustantivo y adjetivo. Del griego ékei = allí y stásis = detenimiento, cualidad de estar todavía en pie)
Objeto que alguien dejó en un lugar de la casa y que nadie se atreve a tirar o cambiar de lugar.
A diferencia de los planelocios, los equestos han sido puestos en ese lugar por alguna razón específica, pero desconocemos cuál es, y rara vez tenemos la posibilidad de preguntarle a quien lo dejó allí. La madre dejó una cajita de plástico junto a la bacha de la cocina. La cajita molesta, ocupa lugar y no parece tener utilidad. Sin embargo, por algo está allí y nadie se decide a tirarla, o a preguntar para qué sirve.
En las casas donde conviven dos o más personas, hay equestos. El envoltorio de un juguete sobre el canasto de la ropa sucia; los cepillos usados a un costado de la bañera, la pala sin mango al lado de la cama o ese frasco misterioso con un líquido celeste en la alacena junto a las latas de tomate. Si un día quisiéramos disponer esos objetos en el lugar que le correspondiera (lugar que, muchas veces, es la basura), deberíamos preguntar a todos los que contribuyeron a dejarlos por la casa. Si no hacemos esto, llegará un día en el cual alguien nos reprochará no haberle consultado. "Yo había dejado ese bracito de muñeca ahí, al costado de la jabonera, para cortar el jabón de glicerina. Vos me lo tiraste sin consultar", podrán decirnos.
Los equestos son parte de las idionidias.
¿Son equestos los objetos que guarda un cenotímico?
1 comentario:
Sin duda, ya que el cenotímico no suele revelar la verdadera naturaleza de los envoltorios vacíos, por lo tanto, todos la ignoran.
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