(Término y definición enviados por Julio David Auster)
(de bolero, con terminación verbal -izar)
Bregar insistemente para obtener algo de alguien, utilizando una y otra vez argumentos muy parecidos entre sí, hasta lograr que el destinatario de la súplica acceda a los deseos del suplicante.
No estamos hablando de bolero al estilo del Trío Los Panchos, sino de boléro (en francés, con acento prosódico en la o final), o más específicamente de Boléro, la gran creación de Maurice Ravel (estrenada en 1928), en la que un par de frases musicales se repiten insistentemente, cambiando únicamente la instrumentación, hasta llegar a los compases finales donde se produce la única modulación de toda la obra, dando un sentido de cambio drástico de la situación.
Definiciones y términos que no figuran en el diccionario ("Exonario" no figura en el diccionario, pero sí figura en Exonario)
sábado, 31 de mayo de 2008
viernes, 30 de mayo de 2008
Calopónimo,a
(Adj. . Del gr. kalós = bello; póiesis = artesanía y ónoma = nombre)
Dícese de la palabra que ha sido bien construida a partir de la etimología.
Existen palabras cuya etimología tiene una belleza poética insuperable: "nostalgia" proviene de "nostos" (regreso) y "algéo" (dolor), y podría traducirse como "viaje de regreso con dolor". "Melancolía" proviene del griego "mélan" (negro) y "Jólos" (bilis), por una laberíntica asociación histórico-poética entre el color de la secreción biliar y las facultades que, en la antigüedad, se le atribuían al hígado en la conformación de la personalidad: literalmente, un melancólico es aquel que "piensa con el hígado", siendo el hígado una especie de "segundo cerebro" del cuerpo que actuaba por impulsos inconscientes: Platón, por ejemplo, pensaba que los sueños no se soñaban con el cerebro, sin con el hígado.
Por ello, por el intrincado meandro de involuntaria poesía que conforman ciertas ascendencias etimológicas, palabras como "Nostalgia" y "Melancolía" son calopónimas. Es posible rastrear una infinidad de calopónimos en la historia de cada lengua.
Sin embargo, en nuestro idioma también tenemos palabras que parecen construidas a las apuradas por personas incompetentes y torpes. Una de esas palabras es "agflación". Otra, "perfoverificación". Cuando, por razones de economía verbal o con objetivos prácticos a corto plazo se introducen neologismos sin el mínimo ánimo de contribuir a la carga poética de un idioma, estamos ante un caso de cacoponimia (justamente, lo contrario de la caloponimia).
¿Es el término "calopónimo" un calopónimo? ¿O mas bien se trata de un cacopónimo? ¿Cuáles palabras de este blog son calopónimas, y cuáles merecerían jamás ser pronunciadas?
Dícese de la palabra que ha sido bien construida a partir de la etimología.
Existen palabras cuya etimología tiene una belleza poética insuperable: "nostalgia" proviene de "nostos" (regreso) y "algéo" (dolor), y podría traducirse como "viaje de regreso con dolor". "Melancolía" proviene del griego "mélan" (negro) y "Jólos" (bilis), por una laberíntica asociación histórico-poética entre el color de la secreción biliar y las facultades que, en la antigüedad, se le atribuían al hígado en la conformación de la personalidad: literalmente, un melancólico es aquel que "piensa con el hígado", siendo el hígado una especie de "segundo cerebro" del cuerpo que actuaba por impulsos inconscientes: Platón, por ejemplo, pensaba que los sueños no se soñaban con el cerebro, sin con el hígado.
Por ello, por el intrincado meandro de involuntaria poesía que conforman ciertas ascendencias etimológicas, palabras como "Nostalgia" y "Melancolía" son calopónimas. Es posible rastrear una infinidad de calopónimos en la historia de cada lengua.
Sin embargo, en nuestro idioma también tenemos palabras que parecen construidas a las apuradas por personas incompetentes y torpes. Una de esas palabras es "agflación". Otra, "perfoverificación". Cuando, por razones de economía verbal o con objetivos prácticos a corto plazo se introducen neologismos sin el mínimo ánimo de contribuir a la carga poética de un idioma, estamos ante un caso de cacoponimia (justamente, lo contrario de la caloponimia).
¿Es el término "calopónimo" un calopónimo? ¿O mas bien se trata de un cacopónimo? ¿Cuáles palabras de este blog son calopónimas, y cuáles merecerían jamás ser pronunciadas?
jueves, 29 de mayo de 2008
Asuciar
(Verbo intr. Juego de palabras entre "asociar" y "ensuciar")
Quitar de contexto palabras y dichos, interpretándolos como si formaran parte de una situación bizarra o grotesca
Si una mujer harapienta pide a los gritos frente a la municipalidad: "Quiero que me den lo que merezco", un asuciador puede intepretar ese pedido como un desesperado clamor por conseguir relaciones carnales. Si un hombre le dice a otro: "Ayer encontré por fin la cacerola que se le había perdido a mi mujer", este último puede imaginarse una retorcida y cómica situación de desencuentro sexual. Si un aficionado a las armas dice: "Hoy arreglé el caño del lavadero y después me fui a hacer fierros al gimnasio", uno puede asuciar que arregló el revólver que tiene escondido en el lavadero y luego se fue a fabricar escopetas al gimnasio. Si un grupo de jóvenes de un frente cívico progresista sale a la calle con carteles que dicen "No a las drogas", se puede asuciar que los manifestantes se oponen a la utilización de aspirinas, de antibióticos o de tecitos Vick.
El poder de asuciación es infinito, y suelen sorprendernos las retorcidas fantasías que son capaces de imaginar nuestras personas más cercanas. "Cómo, ¿no te habías muerto? Si tu amigo dijo que estabas enterrado hasta el cuello". La asuciación suele ser gratuita y ofensiva, y solemos ser especialmente asuciadores cuando la persona que habla es muy inocente o tiene un gran poder sobre nosotros. En este último caso, el acto de asuciar es una manera de ridiculizar a los poderosos, de rebajarlos hasta lo grotesco en el único espacio donde los tenemos en nuestras manos: en la imaginación.
Quitar de contexto palabras y dichos, interpretándolos como si formaran parte de una situación bizarra o grotesca
Si una mujer harapienta pide a los gritos frente a la municipalidad: "Quiero que me den lo que merezco", un asuciador puede intepretar ese pedido como un desesperado clamor por conseguir relaciones carnales. Si un hombre le dice a otro: "Ayer encontré por fin la cacerola que se le había perdido a mi mujer", este último puede imaginarse una retorcida y cómica situación de desencuentro sexual. Si un aficionado a las armas dice: "Hoy arreglé el caño del lavadero y después me fui a hacer fierros al gimnasio", uno puede asuciar que arregló el revólver que tiene escondido en el lavadero y luego se fue a fabricar escopetas al gimnasio. Si un grupo de jóvenes de un frente cívico progresista sale a la calle con carteles que dicen "No a las drogas", se puede asuciar que los manifestantes se oponen a la utilización de aspirinas, de antibióticos o de tecitos Vick.
El poder de asuciación es infinito, y suelen sorprendernos las retorcidas fantasías que son capaces de imaginar nuestras personas más cercanas. "Cómo, ¿no te habías muerto? Si tu amigo dijo que estabas enterrado hasta el cuello". La asuciación suele ser gratuita y ofensiva, y solemos ser especialmente asuciadores cuando la persona que habla es muy inocente o tiene un gran poder sobre nosotros. En este último caso, el acto de asuciar es una manera de ridiculizar a los poderosos, de rebajarlos hasta lo grotesco en el único espacio donde los tenemos en nuestras manos: en la imaginación.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Agorinema
(Sust. Del gr. ágora = plaza pública y noéma = intuición intelectual)
Revelación dada a muchas personas a la vez y que puede corroborarse por cualquiera que no haya tenido la revelación inicial.
El gran problema con las revelaciones es que, por lo general, son intuiciones metafísicas que se dan a una sola persona y suelen ser incorroborables. En otros casos, como el de la Virgen de Fátima, la manifestación se da a un grupo pequeño, y al resto del mundo sólo le queda confiar en la palabra de ese grupo. Para decirlo en términos con fuerte carga política: las revelaciones son elitistas, no democráticas.
Si pudiera haber una revelación múltiplemente corroborable, estaríamos ante un agorinema. Si la Virgen se apareciese de manera continua, en un determinado lugar, y cualquiera que se acercara a ese lugar pudiese corroborarlo, eso sería un agorinema. Si Dios enviara un mensaje directamente a la conciencia de cada ser humano, ahí tendríamos una revelación evidente para todos. Aun cuando no fuese corroborable -cada uno tendría su propia representación del mensaje divino-, al menos cada persona tendrá la certeza de que esa revelación es cierta.
(De todas maneras, subsistiría una duda existencialista ante cada revelación. Parafraseando las palabras de Jean Paul Sartre: si veo a la Virgen, o si escucho a Dios, de todos modos soy yo quien decide que eso que veo es la Virgen [y no, por ejemplo, un holograma o una alucinación], y soy yo quien decide que las voces que hablan en mi cabeza pertenecen a Dios.
Que todos escuchemos la voz de Dios no nos sirve para deducir que Dios existe: apenas podemos afirmar que hemos tenido una alucinación acústica colectiva.)
Revelación dada a muchas personas a la vez y que puede corroborarse por cualquiera que no haya tenido la revelación inicial.
El gran problema con las revelaciones es que, por lo general, son intuiciones metafísicas que se dan a una sola persona y suelen ser incorroborables. En otros casos, como el de la Virgen de Fátima, la manifestación se da a un grupo pequeño, y al resto del mundo sólo le queda confiar en la palabra de ese grupo. Para decirlo en términos con fuerte carga política: las revelaciones son elitistas, no democráticas.
Si pudiera haber una revelación múltiplemente corroborable, estaríamos ante un agorinema. Si la Virgen se apareciese de manera continua, en un determinado lugar, y cualquiera que se acercara a ese lugar pudiese corroborarlo, eso sería un agorinema. Si Dios enviara un mensaje directamente a la conciencia de cada ser humano, ahí tendríamos una revelación evidente para todos. Aun cuando no fuese corroborable -cada uno tendría su propia representación del mensaje divino-, al menos cada persona tendrá la certeza de que esa revelación es cierta.
(De todas maneras, subsistiría una duda existencialista ante cada revelación. Parafraseando las palabras de Jean Paul Sartre: si veo a la Virgen, o si escucho a Dios, de todos modos soy yo quien decide que eso que veo es la Virgen [y no, por ejemplo, un holograma o una alucinación], y soy yo quien decide que las voces que hablan en mi cabeza pertenecen a Dios.
Que todos escuchemos la voz de Dios no nos sirve para deducir que Dios existe: apenas podemos afirmar que hemos tenido una alucinación acústica colectiva.)
martes, 27 de mayo de 2008
Paramismo / Paramicismo
(Sust. De la expresión "para mí")
1. Tendencia a opinar cuando no se tienen fundamentos o apartándose de ellos aun en el caso en que se los tuviera.
La opinión sin fundamentos se basa sólo en dudosas intuiciones y razonamientos arbitrarios. Doxafórico y dianogrécico, el paramicista expone sus más terribles apreciaciones sin mucho análisis, anteponiendo la expresión "para mí", con la cual quiere dar a entender que su intención no es influir en los demás, sino expresar un pensamiento apenas conjetural : "Para mí que esta mujer engaña a su marido", "Para mí que estás embarazada". Sin embargo, los tímidos "para mí" que antepone el paramicista ante cada discurso son marcadores fuertes: no expresan una duda, o una hipótesis, sino una certeza interna del hablante.
El paramicismo es mucho más insólito y arbitrario cuando, aun con ciertas pruebas a mano una persona decide desconocerlas:
Un médico podría decir: "Los síntomas y los análisis nos indican que usted tiene fibrosis quística, pero para mí que en realidad es hipocondría"
Un docente podría decirle a un alumno: "Si tengo que atenerme a sus exámenes y a su participación en clase, usted está aprobado. Pero para mí que no sabe nada, así que nos vemos en marzo"
Un patrón podría decirle a su empleado: "Veo que el trabajo está terminado y bien hecho, pero para mí que usted es un chanta, así que si quiere cobrar vaya a pedirle a Magoya"
En estos casos, el paramicista se siente una persona de sagacidad superior. Al desconocer la evidencia y al anteponer el "para mí", pretende destacar su costado intuitivo y su capacidad detectivesca. Suele decir para si mismo: "Hay pruebas de que está ocurriendo X, pero yo soy más vivo y puedo ver que, por encima de las pruebas, en realidad ocurre Y"
Habitualmente, este segundo caso de paramicistas está equivocado. Pero, como por lo general este paramicismo se exhibe en una situación de asimetría de poderes, tales errores no salen a la luz.
2. Tendencia a creer que a uno le deben un regalo o un recuerdo.
Esta clase de paramicista considera que quienes lo rodean le deben algo, y espera ansiosamente que se lo den. Si unos parientes se fueron de vacaciones, espera que le traigan alfajores. Si un amigo visitó un viñedo, espera que le traigan vino. Si alguien va al supermercado o al kiosco, espera que le traigan alguna sorpresita -salamines o bocaditos cabsha-.
1. Tendencia a opinar cuando no se tienen fundamentos o apartándose de ellos aun en el caso en que se los tuviera.
La opinión sin fundamentos se basa sólo en dudosas intuiciones y razonamientos arbitrarios. Doxafórico y dianogrécico, el paramicista expone sus más terribles apreciaciones sin mucho análisis, anteponiendo la expresión "para mí", con la cual quiere dar a entender que su intención no es influir en los demás, sino expresar un pensamiento apenas conjetural : "Para mí que esta mujer engaña a su marido", "Para mí que estás embarazada". Sin embargo, los tímidos "para mí" que antepone el paramicista ante cada discurso son marcadores fuertes: no expresan una duda, o una hipótesis, sino una certeza interna del hablante.
El paramicismo es mucho más insólito y arbitrario cuando, aun con ciertas pruebas a mano una persona decide desconocerlas:
Un médico podría decir: "Los síntomas y los análisis nos indican que usted tiene fibrosis quística, pero para mí que en realidad es hipocondría"
Un docente podría decirle a un alumno: "Si tengo que atenerme a sus exámenes y a su participación en clase, usted está aprobado. Pero para mí que no sabe nada, así que nos vemos en marzo"
Un patrón podría decirle a su empleado: "Veo que el trabajo está terminado y bien hecho, pero para mí que usted es un chanta, así que si quiere cobrar vaya a pedirle a Magoya"
En estos casos, el paramicista se siente una persona de sagacidad superior. Al desconocer la evidencia y al anteponer el "para mí", pretende destacar su costado intuitivo y su capacidad detectivesca. Suele decir para si mismo: "Hay pruebas de que está ocurriendo X, pero yo soy más vivo y puedo ver que, por encima de las pruebas, en realidad ocurre Y"
Habitualmente, este segundo caso de paramicistas está equivocado. Pero, como por lo general este paramicismo se exhibe en una situación de asimetría de poderes, tales errores no salen a la luz.
2. Tendencia a creer que a uno le deben un regalo o un recuerdo.
Esta clase de paramicista considera que quienes lo rodean le deben algo, y espera ansiosamente que se lo den. Si unos parientes se fueron de vacaciones, espera que le traigan alfajores. Si un amigo visitó un viñedo, espera que le traigan vino. Si alguien va al supermercado o al kiosco, espera que le traigan alguna sorpresita -salamines o bocaditos cabsha-.
lunes, 26 de mayo de 2008
Ducción
(Del latín duco = conducir)
Operación que realiza el intelecto desde las premisas de un razonamiento hasta su conclusión.
Dado que muchos razonamientos son inductivos, deductivos y abductivos; y dado que no siempre sabemos exactamente cuál fue la operación específica que se ha realizado, podemos clasificar a estos tres tipos de operaciones bajo la etiqueta de "ducciones".
Muchas veces razonamos acerca de alguna cuestión específica y, cuando comentamos nuestro razonamiento, decimos: "Deduje tal o cual cosa", aun cuando no fue propiamente una deducción, sino -tal vez- una inducción. Ejemplo: "Vi tres latas de tomate, las tres estaban podridas. Deduje, por lo tanto, que las quinientas latas de tomate de la alacena también están podridas". Como se verá, aquí se utiliza impropiamente la palabra "deducir", pues debería haber dicho "inducir". La palabra "ducir" o "ducción", sin embargo, nos salva de cometer ese error: podemos no saber si hubo deducción o inducción; lo que sí sabemos es que hubo algún tipo de ducción.
"Ducir", "razonar", "discurrir" e "inferir" son palabras casi sinónimas. "Ducir", sin embargo, tiene un matiz muy preciso: indica alguna de las tres operaciones listadas más arriba.
"Razonar", "discurrir" e "inferir" pueden contener otros matices, no asociados directamente con esas cuatro operaciones. A veces utilizamos "razonar" o "inferir" para asociar prejuicios y preconceptos de una manera no ductiva: "eres negro, infiero que eres estúpido". Y "discurrir" podemos utilizarlo para una concatenación arbitraria de ideas.
Operación que realiza el intelecto desde las premisas de un razonamiento hasta su conclusión.
Dado que muchos razonamientos son inductivos, deductivos y abductivos; y dado que no siempre sabemos exactamente cuál fue la operación específica que se ha realizado, podemos clasificar a estos tres tipos de operaciones bajo la etiqueta de "ducciones".
Muchas veces razonamos acerca de alguna cuestión específica y, cuando comentamos nuestro razonamiento, decimos: "Deduje tal o cual cosa", aun cuando no fue propiamente una deducción, sino -tal vez- una inducción. Ejemplo: "Vi tres latas de tomate, las tres estaban podridas. Deduje, por lo tanto, que las quinientas latas de tomate de la alacena también están podridas". Como se verá, aquí se utiliza impropiamente la palabra "deducir", pues debería haber dicho "inducir". La palabra "ducir" o "ducción", sin embargo, nos salva de cometer ese error: podemos no saber si hubo deducción o inducción; lo que sí sabemos es que hubo algún tipo de ducción.
"Ducir", "razonar", "discurrir" e "inferir" son palabras casi sinónimas. "Ducir", sin embargo, tiene un matiz muy preciso: indica alguna de las tres operaciones listadas más arriba.
"Razonar", "discurrir" e "inferir" pueden contener otros matices, no asociados directamente con esas cuatro operaciones. A veces utilizamos "razonar" o "inferir" para asociar prejuicios y preconceptos de una manera no ductiva: "eres negro, infiero que eres estúpido". Y "discurrir" podemos utilizarlo para una concatenación arbitraria de ideas.
sábado, 24 de mayo de 2008
Caprichoversario
(Palabra y definición enviadas por Elizabeth Auster)
(de la superposición de capricho y aniversario):
Dícese del festejo de fechas y/o acontecimientos no convencionales.
Ejemplos: es un caprichoversario el festejo, por parte de una pareja, de sus 19 meses y medio de noviazgo (fecha no convencional), así como el de la familia que recuerda el lustro exacto del último arreglo de la heladera (acontecimiento no convencional).
Puede aplicarse también al blogger entusiasmado, que ante tantas buenas noticias derivadas de su blog, considera que festejar los 18 meses de la creación del mismo, es justo, necesario y posible.
(El mail que contenía esta palabra terminaba así: Felicitaciones por tooooodas las novedades, y por este caprichoversario, de parte de
Elizabeth Auster y Julio David Auster.
Muchas gracias a ellos por las felicitaciones)
(de la superposición de capricho y aniversario):
Dícese del festejo de fechas y/o acontecimientos no convencionales.
Ejemplos: es un caprichoversario el festejo, por parte de una pareja, de sus 19 meses y medio de noviazgo (fecha no convencional), así como el de la familia que recuerda el lustro exacto del último arreglo de la heladera (acontecimiento no convencional).
Puede aplicarse también al blogger entusiasmado, que ante tantas buenas noticias derivadas de su blog, considera que festejar los 18 meses de la creación del mismo, es justo, necesario y posible.
(El mail que contenía esta palabra terminaba así: Felicitaciones por tooooodas las novedades, y por este caprichoversario, de parte de
Elizabeth Auster y Julio David Auster.
Muchas gracias a ellos por las felicitaciones)
martes, 20 de mayo de 2008
Exonario cumple un año y medio
Hoy, veinte de mayo, este blog cumple dieciocho meses de vida.
Durante este corto tiempo han ocurrido muchos sucesos memorables:
- Hace exactamente un año hicimos, para festejar, el concurso "cree su propia palabra"
- Hace seis meses lanzamos otro más, como celebración del primer aniversario.
- El diario Clarín me hizo una nota.
- Radio Caracol (de Colombia) también me hizo otra nota (el audio de la entrevista está a la derecha)
- Una radio de Costa Rica se puso en contacto conmigo para hablar sobre este blog. (No tengo más información que esta; ni siquiera tengo una copia de la entrevista)
- Exonario comenzó a publicarse en papel.
- Hay propuestas para que, en un futuro no lejano, muchas acepciones de este blog sean publicadas en un libro.
Nada de esto habría sido posible si no fuera por ustedes, queridos lectores.
También, en este tiempo, han ocurrido sucesos divertidos y curiosos:
- Una participante del primer concurso exonario pidió que cambiara su nombre porque había enviado una palabra ligeramente malsonante que le dificultaba conseguir trabajo: cada vez que se presentaba en una entrevista laboral, sus potenciales jefes buscaban en Google su nombre y aparecía este post encabezando la lista (No damos el verdadero nombre de esta persona por razones obvias).
- Una lectora (tampoco es conveniente decir su nombre) pidió que le creáramos una palabra específica para referirse a una mujer, licenciada en sociología, de unos treinta años, de parloteo impreciso, vago y grandilocuente, de nula sapiencia académica. Después de muchas cavilaciones, pude elaborar esta palabra (aunque tengo ciertas reservas sobre mi interpretación de algunas partículas que la conforman) : Ginecanamatabhipocléptica.
(Gyné, Gynaicós = mujer; an = sin; mathos = conocimiento, ab = separada de, hipo [por "hipótesis"= base, fundamento]; klepto = robar) [Literalmente: mujer que roba con ciertas opiniones sin fundamento, que está alejada de un verdadero conocimiento]
- El lector Julio David Auster se convirtió en un colaborador entusiasta de este blog y no ha cesado de enviarme palabras cuyas definiciones derrochan ingenio, creatividad y humor. No las he contado, pero sus colaboraciones (calculando las que todavía no fueron publicadas) ya deben rondar los cincuenta términos.
- En este año y medio se han publicado quinientas veinte palabras, a razón de casi una por día -excepto algunos fin de semana-. De esas quinientas veinte, al menos cien pertenecen a colaboraciones de lectores.
- Hay palabras publicadas que tarde o temprano se irán de este blog porque no cumplen con los requisitos de originalidad o de novedad en la acepción: se trata (entre otras) de las palabras antropía, pigra y mónago. Aunque por ahora van a quedar allí, como un testimonio de palabras inapropiadas, deben leerse como si estuviesen en una virtual cuarentena semántica. "Antropía" es un término que ya existía. "Pigra", según un fiel lector, es una palabra que se utiliza -incluso con la misma acepción que le dimos aquí- en el idioma italiano (lo cual no la invalida, pero al menos le resta puntos), y "Mónago" nació como un chiste que, al final, resultó que tenía una referencia real: yo había pensado que, si un monaguillo es un niño asistente del párroco, un mónago podía ser un adulto, cuarentón, soltero, desocupado, que vive con su madre, que continúa desde niño siendo asistente. ¡Pero resulta que la figura del asistente adulto, en España, parece que existe, y se llama justamente monago, sin acento!
- La palabra "Pragcepto" me ha servido como término teórico para realizar un trabajo que envié a un congreso de filosofía (El título del trabajo es: "Los conceptos del concepto: ¿es usted un zagunfio?") Es posible que en parte de mi tesis doctoral utilice ese término y, dado que la tesis es una investigación sobre la intensionalidad (sí, con "s") en el lenguaje, es altamente probable que Exonario me sirva de continuo ejemplo testigo de ciertos juegos con el lenguaje.
- Casi todos los días se me ocurren dos o tres palabras nuevas, de modo que publicando a razón de una por día, el blog tendrá una reserva de términos por cierto tiempo, aun si dejaran de ocurrírseme acepciones. Algunas de las palabras que están en lista de espera son: holomiasma, zoolexia, lexozoísmo, fitolexia, usolexia, telóptero, hpnoleucia, intraviarse, chonguismo, dormidero, cuico, ultrafacto, pocholear, gregorinicia, amefacto, coprocinético, cosolo, paratrofia, altrafaz, eumecanocosmia, helichula, paraverso, trochemochista, acongotar, replosión, electroma, epistemometría, codividuo, encamamarse, vercesi, goloncho, intraceptar, panfronismo, engrotar, descopetar, guiñeñe, acrocracia, matungo, holemia, opismo, prostulticia, antícono, dopesismo. Dado que las palabras y las definiciones se me ocurren -a veces- en momentos y lugares inoportunos, muchas de ellas están anotadas en papelitos arrugados con la incomprensible letra de la tambaleante escritura en la oscuridad luego del súbito despertar a la madrugada.
- Este blog me ha servido de una inesperada terapia intelectual. Gracias a Exonario he logrado detener la gregocronía: la sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido. Desde el día 20 de noviembre de 2006, fecha de creación de este blog, los días han pasado sin prisa, sin esa sensación de que el tiempo vuela. ¿A qué se debe esto? Una especulación posible es que cada jornada se convierte en algo especial: cada día lleva la marca de la palabra que fue publicada, y eso lo hace relevante y no simplemente un día más. Por eso he publicado la palabra taxonario, para hacer notar que -al menos desde mi subjetividad- los días ya no se marcan con fecha, sino con la palabra que fue publicada. El 31 de diciembre de 2006 no fue fin de año: fue el día pisodiadroma. Y el miércoles 6 de febrero de 2008 fue inolvidable por muchas razones, pero sobre todo por la palabra navidar.
Todavía hay infinitos campos semánticos que no tienen nombre. Descubrirles el correcto es una maravillosa tarea que no pienso abandonar, y en la que espero que me acompañen.
Salud y saludos.
Durante este corto tiempo han ocurrido muchos sucesos memorables:
- Hace exactamente un año hicimos, para festejar, el concurso "cree su propia palabra"
- Hace seis meses lanzamos otro más, como celebración del primer aniversario.
- El diario Clarín me hizo una nota.
- Radio Caracol (de Colombia) también me hizo otra nota (el audio de la entrevista está a la derecha)
- Una radio de Costa Rica se puso en contacto conmigo para hablar sobre este blog. (No tengo más información que esta; ni siquiera tengo una copia de la entrevista)
- Exonario comenzó a publicarse en papel.
- Hay propuestas para que, en un futuro no lejano, muchas acepciones de este blog sean publicadas en un libro.
Nada de esto habría sido posible si no fuera por ustedes, queridos lectores.
También, en este tiempo, han ocurrido sucesos divertidos y curiosos:
- Una participante del primer concurso exonario pidió que cambiara su nombre porque había enviado una palabra ligeramente malsonante que le dificultaba conseguir trabajo: cada vez que se presentaba en una entrevista laboral, sus potenciales jefes buscaban en Google su nombre y aparecía este post encabezando la lista (No damos el verdadero nombre de esta persona por razones obvias).
- Una lectora (tampoco es conveniente decir su nombre) pidió que le creáramos una palabra específica para referirse a una mujer, licenciada en sociología, de unos treinta años, de parloteo impreciso, vago y grandilocuente, de nula sapiencia académica. Después de muchas cavilaciones, pude elaborar esta palabra (aunque tengo ciertas reservas sobre mi interpretación de algunas partículas que la conforman) : Ginecanamatabhipocléptica.
(Gyné, Gynaicós = mujer; an = sin; mathos = conocimiento, ab = separada de, hipo [por "hipótesis"= base, fundamento]; klepto = robar) [Literalmente: mujer que roba con ciertas opiniones sin fundamento, que está alejada de un verdadero conocimiento]
- El lector Julio David Auster se convirtió en un colaborador entusiasta de este blog y no ha cesado de enviarme palabras cuyas definiciones derrochan ingenio, creatividad y humor. No las he contado, pero sus colaboraciones (calculando las que todavía no fueron publicadas) ya deben rondar los cincuenta términos.
- En este año y medio se han publicado quinientas veinte palabras, a razón de casi una por día -excepto algunos fin de semana-. De esas quinientas veinte, al menos cien pertenecen a colaboraciones de lectores.
- Hay palabras publicadas que tarde o temprano se irán de este blog porque no cumplen con los requisitos de originalidad o de novedad en la acepción: se trata (entre otras) de las palabras antropía, pigra y mónago. Aunque por ahora van a quedar allí, como un testimonio de palabras inapropiadas, deben leerse como si estuviesen en una virtual cuarentena semántica. "Antropía" es un término que ya existía. "Pigra", según un fiel lector, es una palabra que se utiliza -incluso con la misma acepción que le dimos aquí- en el idioma italiano (lo cual no la invalida, pero al menos le resta puntos), y "Mónago" nació como un chiste que, al final, resultó que tenía una referencia real: yo había pensado que, si un monaguillo es un niño asistente del párroco, un mónago podía ser un adulto, cuarentón, soltero, desocupado, que vive con su madre, que continúa desde niño siendo asistente. ¡Pero resulta que la figura del asistente adulto, en España, parece que existe, y se llama justamente monago, sin acento!
- La palabra "Pragcepto" me ha servido como término teórico para realizar un trabajo que envié a un congreso de filosofía (El título del trabajo es: "Los conceptos del concepto: ¿es usted un zagunfio?") Es posible que en parte de mi tesis doctoral utilice ese término y, dado que la tesis es una investigación sobre la intensionalidad (sí, con "s") en el lenguaje, es altamente probable que Exonario me sirva de continuo ejemplo testigo de ciertos juegos con el lenguaje.
- Casi todos los días se me ocurren dos o tres palabras nuevas, de modo que publicando a razón de una por día, el blog tendrá una reserva de términos por cierto tiempo, aun si dejaran de ocurrírseme acepciones. Algunas de las palabras que están en lista de espera son: holomiasma, zoolexia, lexozoísmo, fitolexia, usolexia, telóptero, hpnoleucia, intraviarse, chonguismo, dormidero, cuico, ultrafacto, pocholear, gregorinicia, amefacto, coprocinético, cosolo, paratrofia, altrafaz, eumecanocosmia, helichula, paraverso, trochemochista, acongotar, replosión, electroma, epistemometría, codividuo, encamamarse, vercesi, goloncho, intraceptar, panfronismo, engrotar, descopetar, guiñeñe, acrocracia, matungo, holemia, opismo, prostulticia, antícono, dopesismo. Dado que las palabras y las definiciones se me ocurren -a veces- en momentos y lugares inoportunos, muchas de ellas están anotadas en papelitos arrugados con la incomprensible letra de la tambaleante escritura en la oscuridad luego del súbito despertar a la madrugada.
- Este blog me ha servido de una inesperada terapia intelectual. Gracias a Exonario he logrado detener la gregocronía: la sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido. Desde el día 20 de noviembre de 2006, fecha de creación de este blog, los días han pasado sin prisa, sin esa sensación de que el tiempo vuela. ¿A qué se debe esto? Una especulación posible es que cada jornada se convierte en algo especial: cada día lleva la marca de la palabra que fue publicada, y eso lo hace relevante y no simplemente un día más. Por eso he publicado la palabra taxonario, para hacer notar que -al menos desde mi subjetividad- los días ya no se marcan con fecha, sino con la palabra que fue publicada. El 31 de diciembre de 2006 no fue fin de año: fue el día pisodiadroma. Y el miércoles 6 de febrero de 2008 fue inolvidable por muchas razones, pero sobre todo por la palabra navidar.
Todavía hay infinitos campos semánticos que no tienen nombre. Descubrirles el correcto es una maravillosa tarea que no pienso abandonar, y en la que espero que me acompañen.
Salud y saludos.
lunes, 19 de mayo de 2008
Exonario se publica en papel
La revista Ecodías, de edición semanal, ha comenzado a publicar palabras de Exonario en su suplemento de arte, cultura y sociedad (El nombre del suplemento es "Línea de Fuga")
Se trata de una revista de la ciudad de Bahía Blanca, de distribución gratuita y con muy buena difusión. Sus notas no son meramente informativas; hay muchas veces un trabajo de reflexión y de denuncia sobre hechos nacionales e internacionales, aunque el foco de atención está puesto sobre casos a nivel local.
El profesor Marcelo Díaz, encargado de la redacción del suplemento, escogió la palabra "Cronoclepsia" para inaugurar las publicaciones. No sé cuántas ni cuáles palabras publicarán (En las próximas ediciones se publicarán "Cachipirrosa" y "Epistecripticismo", pero no sé qué otras están en lista de espera, si es que hubiera una lista tal). Supongo que será una sorpresa abrir la revista y ver allí una acepción -al azar- tomada -con mi consentimiento, claro- de este blog.
(En las fotos muestro la tapa de la revista y la página donde aparece la palabra. No se ve bien porque están fotografiadas, pues no tengo escáner)
Se trata de una revista de la ciudad de Bahía Blanca, de distribución gratuita y con muy buena difusión. Sus notas no son meramente informativas; hay muchas veces un trabajo de reflexión y de denuncia sobre hechos nacionales e internacionales, aunque el foco de atención está puesto sobre casos a nivel local.
El profesor Marcelo Díaz, encargado de la redacción del suplemento, escogió la palabra "Cronoclepsia" para inaugurar las publicaciones. No sé cuántas ni cuáles palabras publicarán (En las próximas ediciones se publicarán "Cachipirrosa" y "Epistecripticismo", pero no sé qué otras están en lista de espera, si es que hubiera una lista tal). Supongo que será una sorpresa abrir la revista y ver allí una acepción -al azar- tomada -con mi consentimiento, claro- de este blog.
(En las fotos muestro la tapa de la revista y la página donde aparece la palabra. No se ve bien porque están fotografiadas, pues no tengo escáner)
viernes, 16 de mayo de 2008
Antonómata
(Adj. Del gr. anthos = flor y mathos = conocimiento)
Persona que se jacta de haber aprendido con los mejores maestros, o de haber estudiado a los mejores en su género.
El antómata no es un especialista y no tiene -tal vez- un gran conocimiento. Pero aprovecha cualquier ocasión para hacer notar su cercanía con figuras de gran renombre: "Aaaaah, ¿vos estudiás letras? Yo estuve en Francia hace unos años e hice un curso con Noam Chomsky". "Bueno, si hablamos de hermenéutica, ya lo dijo mi maestro una vez que nos juntamos a tomar un café en Viena, allá en 1969: 'la hermenéutica es como el fuego: si la tocás te quemás'". (El antómata siempre cae en la tentación de mostrar una relación especial e incluso íntima con su maestro)
Puede ocurrir que el antómata haya sido un autodidacta y no quiera perder la ocasión de demostrarlo. Para ello, recurrirá a citas de obras de difícil acceso o de lectura complicada. "No, claro, vos te metiste en eso de la neurología... Pero, como dice Patrick Churchland, 'el cerebro tiene muchas sorpresas'".
No parece necesario aclarar que el antómata elabora -e incluso inventa- sus citas de acuerdo a su escasa memoria, pero lo relevante no es lo que cita de su maestro, sino el autor o maestro de quien toma la apócrifa cita prestada.
El antómata es un esnob intelectual.
Persona que se jacta de haber aprendido con los mejores maestros, o de haber estudiado a los mejores en su género.
El antómata no es un especialista y no tiene -tal vez- un gran conocimiento. Pero aprovecha cualquier ocasión para hacer notar su cercanía con figuras de gran renombre: "Aaaaah, ¿vos estudiás letras? Yo estuve en Francia hace unos años e hice un curso con Noam Chomsky". "Bueno, si hablamos de hermenéutica, ya lo dijo mi maestro una vez que nos juntamos a tomar un café en Viena, allá en 1969: 'la hermenéutica es como el fuego: si la tocás te quemás'". (El antómata siempre cae en la tentación de mostrar una relación especial e incluso íntima con su maestro)
Puede ocurrir que el antómata haya sido un autodidacta y no quiera perder la ocasión de demostrarlo. Para ello, recurrirá a citas de obras de difícil acceso o de lectura complicada. "No, claro, vos te metiste en eso de la neurología... Pero, como dice Patrick Churchland, 'el cerebro tiene muchas sorpresas'".
No parece necesario aclarar que el antómata elabora -e incluso inventa- sus citas de acuerdo a su escasa memoria, pero lo relevante no es lo que cita de su maestro, sino el autor o maestro de quien toma la apócrifa cita prestada.
El antómata es un esnob intelectual.
jueves, 15 de mayo de 2008
Bulóbalo,a
(Adj. Del greigo boulé = voluntad y ballo = arrojar)
Persona que responde a una pregunta devolviendo al interrogador la responsabilidad de responderla.
La definición no parece muy clara, pero se verá con ejemplos:
- Si un hombre que fue engañado por su mujer pide consejo a un amigo, y el amigo le responde con un lacónico "manejalo como puedas", entonces el amigo es un bulóbalo.
- Si un docente le pregunta a un especialista en ciencias de la educación: ¿Cómo debemos trabajar de manera integrada cuando en un aula de escuela hay niños con capacidades especiales?, y el especialista responde: "Usted debe tratar de integrar a esos niños aplicando estrategias novedosas", debemos decir que este especialista es un bulóbalo.
- Si en un curso básico de enfermería se nos da una actividad práctica cuya consigna es "busque en internet cómo realizar un curso de enfermería", diremos que ese curso es un fiasco y que es bulóbalo, o que sus pícaros gestores son bulóbalos.
Los bulóbalas utilizan ciertas palabras o frases comodín: "No te puedo dar recetas", "Hacé lo que puedas", "La respuesta está en tu interior". Son peligrosos los bulóbalas con título profesional. Se los suele encontrar entre los especialistas en carreras humanísticas como la psicología, la filosofía y la pedagogía, y también entre médicos: "Sólo usted puede determinar cuánto dolor siente", "Usted no puede dormir, bueno, yo le recomiendo que haga un esfuercito y se duerma". El bulóbalo profesional es peligroso porque -supuestamente- es el único legalmente autorizado para darnos una respuesta, pero se rehúsa a hacerlo mediante la estrategia argumentativa conocida como "devolver la pelota". El peligro reside en que, si el interrogador acepta esa respuesta circular e insuficiente y se hace cargo de lo que le dice el bulóbala, es posible que siga cometiendo graves errores, de los cuales el bulóbala no será responsable, pues él no dio indicaciones concretas para actuar.
Persona que responde a una pregunta devolviendo al interrogador la responsabilidad de responderla.
La definición no parece muy clara, pero se verá con ejemplos:
- Si un hombre que fue engañado por su mujer pide consejo a un amigo, y el amigo le responde con un lacónico "manejalo como puedas", entonces el amigo es un bulóbalo.
- Si un docente le pregunta a un especialista en ciencias de la educación: ¿Cómo debemos trabajar de manera integrada cuando en un aula de escuela hay niños con capacidades especiales?, y el especialista responde: "Usted debe tratar de integrar a esos niños aplicando estrategias novedosas", debemos decir que este especialista es un bulóbalo.
- Si en un curso básico de enfermería se nos da una actividad práctica cuya consigna es "busque en internet cómo realizar un curso de enfermería", diremos que ese curso es un fiasco y que es bulóbalo, o que sus pícaros gestores son bulóbalos.
Los bulóbalas utilizan ciertas palabras o frases comodín: "No te puedo dar recetas", "Hacé lo que puedas", "La respuesta está en tu interior". Son peligrosos los bulóbalas con título profesional. Se los suele encontrar entre los especialistas en carreras humanísticas como la psicología, la filosofía y la pedagogía, y también entre médicos: "Sólo usted puede determinar cuánto dolor siente", "Usted no puede dormir, bueno, yo le recomiendo que haga un esfuercito y se duerma". El bulóbalo profesional es peligroso porque -supuestamente- es el único legalmente autorizado para darnos una respuesta, pero se rehúsa a hacerlo mediante la estrategia argumentativa conocida como "devolver la pelota". El peligro reside en que, si el interrogador acepta esa respuesta circular e insuficiente y se hace cargo de lo que le dice el bulóbala, es posible que siga cometiendo graves errores, de los cuales el bulóbala no será responsable, pues él no dio indicaciones concretas para actuar.
miércoles, 14 de mayo de 2008
Ginodermo
(Adj. Del griego gyné = mujer y derma = piel. Se utiliza únicamente en género masculino)
Hombre de piel suave, tersa, frágil y con poco vello.
Un ginodermo no es necesariamente un afeminado, aunque lo parece. Por lo general tiene manos de dedos largos, piernas esbeltas, no se le nota la nuez de adán y en ciertas circunstancias puede ser confundido -muy a su pesar- con una mujer.
Por extensión, un ginodermo es cualquier hombre que tiene un excesivo cuidado por su piel. El ginodermo no toma sol (o, por el contrario, quiere estar siempre bronceado), usa guantes para tareas domésticas, se pone cremas en la cara, manteca de cacao para los labios y atiende con exceso cualquier grano o pequeña lastimadura. Entre las palabras que más utiliza el ginodermo, está "humectación".
Hombre de piel suave, tersa, frágil y con poco vello.
Un ginodermo no es necesariamente un afeminado, aunque lo parece. Por lo general tiene manos de dedos largos, piernas esbeltas, no se le nota la nuez de adán y en ciertas circunstancias puede ser confundido -muy a su pesar- con una mujer.
Por extensión, un ginodermo es cualquier hombre que tiene un excesivo cuidado por su piel. El ginodermo no toma sol (o, por el contrario, quiere estar siempre bronceado), usa guantes para tareas domésticas, se pone cremas en la cara, manteca de cacao para los labios y atiende con exceso cualquier grano o pequeña lastimadura. Entre las palabras que más utiliza el ginodermo, está "humectación".
martes, 13 de mayo de 2008
Presordia / posordia
(Sust. Del latín pre- y sordes = suciedad)
Sensación de suciedad que transmite un objeto por el solo hecho de que en el futuro servirá como instrumento para hacer una tarea sucia.
Podemos tener reparos en limpiarnos la boca con un repasador sucio, y ese reparo es razonable. Pero si el repasador aun no está sucio -porque fue recién comprado- y aun así no queremos limpiarnos con él porque sentimos que tiene algo así como una "esencia sucia", estamos padeciendo de presordia.
El frasco en el que vertiremos el orín para el análisis, el cuchillo con el que mataremos a nuestro enemigo, el trapo con el que limpiaremos la sangre: aunque estén limpios y relucientes, y todavía no hayan tenido su primer contacto con una actividad cruenta, no los usaríamos para otros menesteres excepto aquellos para los cuales el objeto está destinado.
La presordia se complementa con la posordia, la cual puede definirse como la sensación de suciedad que transmite un objeto por el hecho de que, alguna vez, tuvo contacto con alguna tarea sucia. La presordia encuentra hoy la suciedad del futuro. La posordia, sigue encontrando una suciedad pasada que ya ha sido limpiada. Por culpa de la posordia, la ropa de personas asesinadas y las casas en las que se han cometido asesinatos son difíciles de vender: por más que los vendedores aseguren que todo ha sido limpiado, las manchas parecen persistir más allá de toda evidencia.
lunes, 12 de mayo de 2008
Palhipno (o palipno)
(Sust. Del griego palín = otra vez e hypnos = sueño)
Sueño que se repite.
Los palipnos pueden darse en una misma noche, en noches sucesivas o con diferencia de años o décadas.
Si atendemos a la hipótesis según la cual las almas reencarnan, es posible que haya palipnos en vidas diferentes. Incluso, el palipno puede darse entre varias personas. Como si los sueños tuvieran una entidad independiente que se conserva a través de las centurias y se transfiere entre las distintas personas que somos a lo largo del tiempo y las diversas identidades que no somos.
Sueño que se repite.
Los palipnos pueden darse en una misma noche, en noches sucesivas o con diferencia de años o décadas.
Si atendemos a la hipótesis según la cual las almas reencarnan, es posible que haya palipnos en vidas diferentes. Incluso, el palipno puede darse entre varias personas. Como si los sueños tuvieran una entidad independiente que se conserva a través de las centurias y se transfiere entre las distintas personas que somos a lo largo del tiempo y las diversas identidades que no somos.
sábado, 10 de mayo de 2008
Infimidad
(Término y definición enviados por Julio David Auster)
(Sust. f., de ínfimo e intimidad. No confundir con el sustantivo formado a partir del solo adjetivo ínfimo)
Dícese de aquella amistad que, por mutuo acuerdo, se reduce a su mínima expresión.
La infimidad es un signo de poco compromiso afectivo. Los amigos ínfimos tratan de verse lo menos posible, no intentan entenderse ni respetarse y reducen todo lo posible las muestras de afecto: "Fulana y Mengano son amigos ínfimos. A veces, cuando no les queda más remedio, van al mismo cine, pero se sientan en ubicaciones separadas; cuando salen del cine, a veces comen pizza en un mismo lugar, pero sin compartir. Si alguna vez el encuentro se hace más cálido, hacen lo suyo con las luces apagadas y en absoluto silencio"
(Sust. f., de ínfimo e intimidad. No confundir con el sustantivo formado a partir del solo adjetivo ínfimo)
Dícese de aquella amistad que, por mutuo acuerdo, se reduce a su mínima expresión.
La infimidad es un signo de poco compromiso afectivo. Los amigos ínfimos tratan de verse lo menos posible, no intentan entenderse ni respetarse y reducen todo lo posible las muestras de afecto: "Fulana y Mengano son amigos ínfimos. A veces, cuando no les queda más remedio, van al mismo cine, pero se sientan en ubicaciones separadas; cuando salen del cine, a veces comen pizza en un mismo lugar, pero sin compartir. Si alguna vez el encuentro se hace más cálido, hacen lo suyo con las luces apagadas y en absoluto silencio"
jueves, 8 de mayo de 2008
Pragcepto
(Sust. Del griego pragma = acción y capio = captar)
*Término técnico de filosofía del lenguaje*
Concepto que sólo se reduce a un acto ilocutivo, pero que no posee significado.
Los conceptos tienen un componente semántico (a grandes rasgos, un significado) y un componente pragmático (un contexto de uso). Sin embargo, existen algunos conceptos que no poseen significado intrínseco, y que toda su naturaleza conceptual se agota en el contexto de uso. A esos conceptos los denominamos pragceptos.
En el habla coloquial nos encontramos con pocos pragceptos. Cuando saludamos y decimos "hola", ese concepto se agota en su función pragmática ("hola" no tiene significado, pero pragmáticamente debe entenderse como "lo estoy saludando"). En Exonario hemos tenido al menos tres: zagunfio (que no tiene significado, pero su pronunciación equivale al acto de decir "lo estoy insultando gravemente"; frenchubifrén (que tiene un pequeño componente semántico, pero su carga más fuerte es el aspecto pragmático: al pronunciarla se está diciendo "no pretendo hacerte daño, puesto que somos amigos") y omnibusalve (que equivale al acto de habla de saludar)
[Con un poco de suerte, este exologismo me puede servir para mi tesis doctoral; ya he hecho un pequeño trabajito para un congreso en el cual hice esa acuñación y puse como ejemplos dos de las tres palabras aquí ejemplificadas.]
miércoles, 7 de mayo de 2008
Frostíbulo
(Sust. Conjunción de los términos frost [en inglés = congelado] y prostíbulo)
1. Prostíbulo en el cual las prostitutas son frígidas, malhumoradas y poco erotizantes.
2. Reunión o fiesta cuyos invitados apenas hablan, no sonríen, comen poco y se van temprano. Ejemplo de uso: "Ayer fui al cumpleaños de Alberto. ¿Sabés qué había para comer? Galletas de arroz. Y los invitados hablaban del karma, de la purificación del alma y el nirvana. Y no tomaban alcohol. Eso más que una fiesta era un frostíbulo".
3. Recinto mal calefaccionado en el cual ocurren cosas que, de no ser por el frío, podrían ser divertidas e incluso excitantes.
1. Prostíbulo en el cual las prostitutas son frígidas, malhumoradas y poco erotizantes.
2. Reunión o fiesta cuyos invitados apenas hablan, no sonríen, comen poco y se van temprano. Ejemplo de uso: "Ayer fui al cumpleaños de Alberto. ¿Sabés qué había para comer? Galletas de arroz. Y los invitados hablaban del karma, de la purificación del alma y el nirvana. Y no tomaban alcohol. Eso más que una fiesta era un frostíbulo".
3. Recinto mal calefaccionado en el cual ocurren cosas que, de no ser por el frío, podrían ser divertidas e incluso excitantes.
martes, 6 de mayo de 2008
Omnibusalve
(Sustantivo. Del latin omnibus [dativo de omnis] = para todos y salve = salud)
Saludo generalizado a todos los presentes en una reunión.
En las reuniones de gran concurrencia puede ser trabajoso, incómodo y prolongado el acto de saludar uno por uno a los presentes. Si no se saluda a todos, se corre el riesgo de que haya ofendidos. La expresión "omnibusalve", sin embargo, emitida tanto al llegar como al irse de una reunión (aunque para despedirse se utiliza el coloquial "multichau") es la coartada perfecta para que ningún presente se sienta fuera del saludo.
Los saludados deben responder, pero no con un "omnibusalve" -pues ellos no saludan a todos, sino a quien recién llega o se va. La respuesta de los saludados debe ser un clásico "hola", "buenos días/tardes/noches" o "adiós".
Como puede apreciarse, el término se destaca por su función pragmática, ya que todo su contenido se agota en el acto de habla: decir "omnibusalve" equivale al acto ilocutivo de saludar, pero la palabra por sí misma no tiene significado propio.
Saludo generalizado a todos los presentes en una reunión.
En las reuniones de gran concurrencia puede ser trabajoso, incómodo y prolongado el acto de saludar uno por uno a los presentes. Si no se saluda a todos, se corre el riesgo de que haya ofendidos. La expresión "omnibusalve", sin embargo, emitida tanto al llegar como al irse de una reunión (aunque para despedirse se utiliza el coloquial "multichau") es la coartada perfecta para que ningún presente se sienta fuera del saludo.
Los saludados deben responder, pero no con un "omnibusalve" -pues ellos no saludan a todos, sino a quien recién llega o se va. La respuesta de los saludados debe ser un clásico "hola", "buenos días/tardes/noches" o "adiós".
Como puede apreciarse, el término se destaca por su función pragmática, ya que todo su contenido se agota en el acto de habla: decir "omnibusalve" equivale al acto ilocutivo de saludar, pero la palabra por sí misma no tiene significado propio.
lunes, 5 de mayo de 2008
Matipunga
(Adj. Del griego mathos = conocimiento, sabiduría y punga = americanismo para referirse a la persona que no oculta su condición de ladrón)
Persona que se aprovecha de la vaguedad de su título terciario para dar conferencias acerca de cualquier cosa.
Existen títulos terciarios y universitarios que declaran abiertamente la incumbencia y el tipo de conocimiento de su portador: médico, ingeniero agrónomo, licenciado en historia. Pero la oferta de carreras y especializaciones (particularmente en el ámbito humanístico) nos ha dado una proliferación de títulos cuya incumbencia y alcances no quedan claros: licenciado en psicohermenéutica trascendental, especialista en pedagogía de las emociones, profesor de epistemología hindú, diplomado en metacognición analítica, master en anatosofía del porvenir. A esta proliferación de nombres engañosos hay que agregarle la lista de títulos que adjudican universidades dudosas o apócrifas: doctor en felicidad, master en metafísica, licenciado en parapsicología, diplomado en psicología del iris ocular, experto en niños índigo. El matipunga no es tal por el título que posee, sino por el uso que hace de ese título. Si el título es apócrifo, o es expedido por una universidad dudosa, entonces estamos ante un estafador. El matipunga normalmente no llega a tanto: mas bien juega con el engañoso nombre de su título para hablar acerca de casi cualquier cosa. Dado que nadie sabe muy bien en qué consiste el título de licenciado en psicosofía transanalítica, el matipunga portador de tan grandilocuente diploma habla acerca de los griegos de la antigüedad, incluye a Nietzsche, se mete con la ecología y los niños índigo, y asume como dado el hecho de que el alma reencarna hasta purificarse. No contento con esta ensalada new age místico-popular, el matipunga de vez en cuando utiliza conceptos vagos tomados de ciencias prestigiosas: por ejemplo, cuando habla sobre ecología y sobre "el mal que le hace el hombre al mundo", utiliza conceptos como "biotipo" o "análisis componencial", sin tener la menor idea del verdadero significado de esos términos.
Los matipungas por lo general tienen títulos o (supuestas) especializaciones cuyos nombres se forman con los prefijos: "psico-" y "socio-". Para componer el nombre de sus estrambóticos títulos, suelen utilizar palabras como "pedagogía", "filosofía", "hermenéutica" y "trascendental". Que el lector pruebe a combinar estos elementos, y obtendrá nombres grandilocuentes de dudosa referencia.
Persona que se aprovecha de la vaguedad de su título terciario para dar conferencias acerca de cualquier cosa.
Existen títulos terciarios y universitarios que declaran abiertamente la incumbencia y el tipo de conocimiento de su portador: médico, ingeniero agrónomo, licenciado en historia. Pero la oferta de carreras y especializaciones (particularmente en el ámbito humanístico) nos ha dado una proliferación de títulos cuya incumbencia y alcances no quedan claros: licenciado en psicohermenéutica trascendental, especialista en pedagogía de las emociones, profesor de epistemología hindú, diplomado en metacognición analítica, master en anatosofía del porvenir. A esta proliferación de nombres engañosos hay que agregarle la lista de títulos que adjudican universidades dudosas o apócrifas: doctor en felicidad, master en metafísica, licenciado en parapsicología, diplomado en psicología del iris ocular, experto en niños índigo. El matipunga no es tal por el título que posee, sino por el uso que hace de ese título. Si el título es apócrifo, o es expedido por una universidad dudosa, entonces estamos ante un estafador. El matipunga normalmente no llega a tanto: mas bien juega con el engañoso nombre de su título para hablar acerca de casi cualquier cosa. Dado que nadie sabe muy bien en qué consiste el título de licenciado en psicosofía transanalítica, el matipunga portador de tan grandilocuente diploma habla acerca de los griegos de la antigüedad, incluye a Nietzsche, se mete con la ecología y los niños índigo, y asume como dado el hecho de que el alma reencarna hasta purificarse. No contento con esta ensalada new age místico-popular, el matipunga de vez en cuando utiliza conceptos vagos tomados de ciencias prestigiosas: por ejemplo, cuando habla sobre ecología y sobre "el mal que le hace el hombre al mundo", utiliza conceptos como "biotipo" o "análisis componencial", sin tener la menor idea del verdadero significado de esos términos.
Los matipungas por lo general tienen títulos o (supuestas) especializaciones cuyos nombres se forman con los prefijos: "psico-" y "socio-". Para componer el nombre de sus estrambóticos títulos, suelen utilizar palabras como "pedagogía", "filosofía", "hermenéutica" y "trascendental". Que el lector pruebe a combinar estos elementos, y obtendrá nombres grandilocuentes de dudosa referencia.
viernes, 2 de mayo de 2008
Hipoplo,a
(Adj. Del griego hypo = por lo bajo y hoplon = arma. También se puede encontrar este término bajo la forma "hifoplo,a")
1. Persona que esconde un arma entre sus ropas o entre sus pertenencias inmediatas.
2. Persona que sabe un secreto incriminante y puede utilizarlo para extorsionar a alguien. (acepción poco usual)
3. Persona que tiene un gran poder pero lo disimula. Un ejemplo de este uso: un juez podría mezclarse con una multitud de presidiarios, un profesor puede sentarse entre los alumnos o un ingeniero podría trabajar mano a mano con los albañiles. Pero si ni el juez ni el profesor ni el ingeniero revelan su condición, entonces se comportan como hipoplos. Si por alguna razón estos hipoplos se encuentran en problemas, pueden apelar a su condición especial como arma para disuadir a los problemáticos. "Yo soy juez, si quiero te mando a Alcatraz". "Soy tu profesor; después de lo que dijiste no vas a aprobar mi materia". El hipoplo, en realidad, disimula su poder sólo para poder desplegarlo con toda su fuerza. Le parece maravilloso que la gente a su alrededor se sorpenda y diga: "Así que vos sos el [juez, profesor, ingeniero]", para poder asentir con una poderosa sonrisa.
El hipoplo jamás delata la presencia de su arma, de su condición o el conocimiento de su secreto, hasta el momento en que indefectiblemente decide utilizarlos.
1. Persona que esconde un arma entre sus ropas o entre sus pertenencias inmediatas.
2. Persona que sabe un secreto incriminante y puede utilizarlo para extorsionar a alguien. (acepción poco usual)
3. Persona que tiene un gran poder pero lo disimula. Un ejemplo de este uso: un juez podría mezclarse con una multitud de presidiarios, un profesor puede sentarse entre los alumnos o un ingeniero podría trabajar mano a mano con los albañiles. Pero si ni el juez ni el profesor ni el ingeniero revelan su condición, entonces se comportan como hipoplos. Si por alguna razón estos hipoplos se encuentran en problemas, pueden apelar a su condición especial como arma para disuadir a los problemáticos. "Yo soy juez, si quiero te mando a Alcatraz". "Soy tu profesor; después de lo que dijiste no vas a aprobar mi materia". El hipoplo, en realidad, disimula su poder sólo para poder desplegarlo con toda su fuerza. Le parece maravilloso que la gente a su alrededor se sorpenda y diga: "Así que vos sos el [juez, profesor, ingeniero]", para poder asentir con una poderosa sonrisa.
El hipoplo jamás delata la presencia de su arma, de su condición o el conocimiento de su secreto, hasta el momento en que indefectiblemente decide utilizarlos.
jueves, 1 de mayo de 2008
Agritreto,a
(Adj. Del latín ager = campo, del campo y el italiano tretto = criado)
Persona de carácter hosco e ingenuo, con escasos conocimientos de la vida de ciudad, porque ha sido criada en el campo sin contacto con la vida urbana.
Es un lugar común creer que el agritreto se asombra al ver teléfonos, automóviles y aviones -como si él desconociera ese mundo-; sin embargo, el término sólo se refiere a cierta hosquedad en las relaciones humanas y no a los conocimientos tecnológicos, científicos o de supervivencia.
Existe un término complementario al agritreto: urbitreto. El urbitreto es aquel habitante de ciudad que desconoce por completo la vida de campo. Sin embargo, "urbitreto" es un término sofisticado que al agritreto no se le ocurriría emplear. De hecho, la denominación "agritreto" sólo se le podía ocurrir a un timorato habitante de ciudad.
Persona de carácter hosco e ingenuo, con escasos conocimientos de la vida de ciudad, porque ha sido criada en el campo sin contacto con la vida urbana.
Es un lugar común creer que el agritreto se asombra al ver teléfonos, automóviles y aviones -como si él desconociera ese mundo-; sin embargo, el término sólo se refiere a cierta hosquedad en las relaciones humanas y no a los conocimientos tecnológicos, científicos o de supervivencia.
Existe un término complementario al agritreto: urbitreto. El urbitreto es aquel habitante de ciudad que desconoce por completo la vida de campo. Sin embargo, "urbitreto" es un término sofisticado que al agritreto no se le ocurriría emplear. De hecho, la denominación "agritreto" sólo se le podía ocurrir a un timorato habitante de ciudad.
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