lunes, 21 de abril de 2008

Peraltriz

(Sustantivo femenino. Del latín per = con insistencia y altrix = madre, nodriza.)

Mujer que exhibe ruidosamente su rol de madre para reclamar supuestos derechos o para dar consejos.

La peraltriz hace valer a los gritos los derechos que le corresponden como madre: prioridad en las colas de los bancos, en las cajas de supermercado, en las guardias médicas. Pero, si bien esos derechos son legítimos, ella cree que -por el solo hecho de llevar un par de niños pequeños en sus brazos- se ha ganado la atención prioritaria de todo el mundo. Cruza la calle con el semáforo en rojo, con el carrito de su bebé y sin mirar a los costados, porque cree que todos se van a dar cuenta de que va con un bebé; pero si un automovilista osa siquiera tocarle bocina, ella es capaz de llamar a los medios para contar la barbaridad de que "un loco casi atropella a mi hijo". Si en una aglomeración, alguien involuntariamente la empuja, ella no dudará en apelar a su único e infalible recurso: gritar con furia "¿no ves que tengo un bebé, animal?".

La peraltriz no está especialmente preocupada por el bienestar de sus hijos; sólo le importa que los demás la reconozcan como madre y, con ello, le puedan otorgar alguna ventaja por encima de los demás. Por eso expone a sus niños a riesgos innecesarios; para poner a prueba el reconocimiento y la solidaridad ajenas. No le importa saber que la insensibilidad que ella encuentra en los demás, en realidad es un espejo de su propia imprudencia. Ella es capaz de llevar a su bebé a la Montaña Rusa; y si el bebé se descompone, gritará que por favor detengan el juego, que todos son unos desalmados y que llamará a la policía. Es importante aclarar que la peraltriz jamás sale a la calle sin alguno de sus hijos pequeños, pues estos le sirven de escudo ante circunstancias que ella pudiera considerar injustas o insolidarias. Las frases favoritas de la peraltriz son: "yo, antes que mujer, soy madre" y "a mí esto me lo tienen que solucionar, yo tengo hijos"

Por alguna razón, la peraltriz considera que, dado que tiene hijos, puede dar consejos y convertirse en autoridad de vida e incluso académica. "Claro, vos porque no sos madre... Si tuvieras hijos lo entenderías". "Sí, podés aprender muchas cosas estudiando, pero te lo digo yo que soy madre: nada te da más experiencia que un hijo". "¿Cómo podés dar clase a niños si no sabés lo que es criar a un chico?"; "Si sos madre, entendés lo que es el sacrificio. Pero si no lo sos, nunca lo sabrás". Es curioso cómo muchas mujeres cuyo único gran acontecimiento en la vida ha sido tener un hijo, a veces se transforman en peraltrices soberbias capaces de dar los más indiscutibles consejos acerca de cómo se debe vivir la vida. Sorprende más, aun, el caso de la mujer de vida disipada y despreocupada que un día queda embarazada sin desearlo y, una vez con su hijo a cuestas, se transforma en una sabia mujer que da consejos inapelables y exige derechos a los gritos.

La peraltriz no siempre es histrópada. De hecho, puede muy bien no importarle los niños. Sin embargo, cada tanto puede soltar un gritito histrópada como este: "¿Alguien por favor quiere pensar en los niños?"

Las mujeres pueden convertirse en peraltrices ya desde el embarazo.

5 comentarios:

Lambda dijo...

Sr. Mux, la hora de la transhumanidad se acerca y sus exologismos serán utilizados por la humanidad celícola del porvenir.

The Bug dijo...

¡Pues esto no es más que la palabra precisa para describir el "Síndrome Susanita"!

Soy yo dijo...

Muy buena palabra y excelente su definición.
Saludos,

Anónimo dijo...

La palabra está perfecta. Sería deseable (entiendo que este aspecto no se considera en las definiciones) reconocer el carácter de constructo de "ser madre". La maternidad suma puntos, eleva el status, sino, míreme a mí, desde que entré en esa categoría me cuesta menos trabajo conseguir trabajo, gano más plata, amplié mis red de lazos sociales (porque hablo con más mujeres-madres), etc....

Una madre que no hace valer sus derechos

Anónimo dijo...

excelente definicion, creo que solo falta hablar de las peraltrices que portan siempre en sus carteras un album con las fotos de "mis nenes" y obligan a sus compañeras de trabajo a soltar expresiones como "que grandes que estan", "que lindos" aunque no los hayan visto personalmente jamas en su vida. generalmente alientan con este gesto a que las demas peraltrices presentes hablen "del mayor" o "de la nena" propios y fastidian terriblemente a las solteronas resentidas como yo que piensan "que carajo me importan tus hijos?"