(Palabra y definición enviadas por Julio David Auster)
(Adj. Del griego psittakós: loro; chascarrillo y terminación -dor, agente. También se la encuentra en la forma "sitacochascador" e incluso "sitacochascor")
Dícese de quien es capaz de contar cuentos de loros con singular pericia.
La presencia de loros como aves de cautiverio está atestiguada desde hace unos tres mil años entre los antiguos asirios; a partir de allí se los encuentra en todas las culturas de Asia y de Europa. Siempre causó asombro su capacidad de reproducir el lenguaje humano; algunos ejemplares logran, además, imitar el timbre de voz de sus dueños o de otras personas con quienes tiene trato frecuente, sin dejar de lado a los locutores de televisión con los que se va familiarizando con el tiempo, confundiendo a los que no los conocen, o no están enterados de su presencia en un hogar.
Avanzando hasta nuestros días, por ejemplo, existen testimonios de un loro que, al escuchar el sonido del teléfono de su casa, advertía a su dueño sobre esa circunstancia imitando a la perfección la voz de la madre de este: "Fulano (no es del caso revelar su nombre, N. del T.), ¡teléfono!"
Pero también debe tenerse en cuenta el hecho de que los loros tienen una gran habilidad para intervenir en las conversaciones humanas aportando datos que no solo son inoportunos en determinadas circunstancias, sino que llegan a abochornar a los presentes. No olvidemos también que las cacatúas, que son parte del mismo orden de los Psittaciformes, agregan a la capacidad de fonación la forma burlona que tienen de moverse: mantienen fijas sus patitas mientras mueven su cuerpo de derecha a izquierda, junto con el movimiento de la cabeza de arriba abajo, lo cual para una persona muy susceptible puede dar la idea de que "este pajarraco me está gastando".
De ahí el surgimiento de toda una categoría de chistes que reflejan esta capacidad de los loros de hacer pasar un mal rato a alguien. Una prestigiosísima enciclopedia internacional recoge en su 11a. edición (de principios del siglo pasado) una colección de chistes de loros que incluyen muestras milenarias, provenientes de las más distintas culturas.
Hay humoristas que se especializan en esta clase de cuentos, porque es necesario poder imitar la propia voz del loro, en toda su animalidad, sin estropearse la garganta, cosa que no está al alcance de cualquiera.
3 comentarios:
Jorge: entonces usted es un psitacochascador. Recuerda su historia dividida en tres o cuatro partes en monstruosyberejenas, referida a este hombre que guiaba su vida a través de los clasificados y su extraño loro? Bueno, esa historia tenía a un loro como protagonista y, además usted la contó con singular pericia.
Corríjame Jorge si me equivoco, tampoco sé tanto de griego, pero me parece que la sílaba CO debería tornar en CI para este caso. Sólo me sostengo en la conversión de la letra K a nuestro habla, pues así como de KINES (can en griego) viene CÍNICO, también los loros son psitáCIdos. Desde luego, pueden estar erradas mi sugerencia y mi metichez (cualidad o característica de quien no puede evitar la compulsión de opinar sobre lo que no le preguntan e ir a donde nadie lo llama).
:)
Saludos
Unservidor: usted tiene razón. La regla de mutaciones de las letras cuando "chocan" con otra letra tiene un nombre que no recuerdo; yo la manejo bastante bien en latín, pero en griego se me pasa.
¡Y por favor, no nos prive de tan jugosas opiniones!
Gracias.
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