lunes, 14 de abril de 2008

Obloturpista

(Adj. del latín oblare = pagar y turpitudo = fealdad)

Persona que paga una fortuna para tener ciertas experiencias que podrían conseguirse gratis y que, incluso, son indeseables.

El obloturpista va a restaurantes de lujo para comer polenta o lechuga, y de postre: naranja. Paga excursiones para visitar los basurales de su ciudad. Revienta la tarjeta para irse de vacaciones a un pueblito horrible, aburrido, árido y frío, y se hospeda -previo abonar en dólares- en una tapera llena de arañas y sin calefacción. Puede acceder gratuitamente a los favores sexuales de una mujer hermosa, pero prefiere pagarle a la prostituta más fea de la ciudad. Puede ver el partido de fútbol en su casa, por los canales abiertos; pero se siente más vivo si lo va a ver a un bar donde debe pagar una altísima consumición.

Podría pensarse que el obloturpista es un excéntrico millonario que cada tanto decide "vivir la vida rústicamente". Pero no es así: el obloturpista a veces vive en una tapera y ahorra para irse de vacaciones a una tapera. Usa pantalones rotosos que compró en una feria de usados, pero gasta un dineral para comprar otro par de pantalones aun más rotosos en una feria de diseñadores. Tiene un Renault Gordini descuajeringado modelo 71, pero se entusiasma y se embarga para comprar un fiat 600 más destatartalado modelo 62.

1 comentario:

Iota dijo...

Conozco a un par, lamentablemente.