(Adj. Del griego arxaios = antiguo y hematos = sangre)
Antepasado anterior al tatarabuelo.
Esta palabra viene a llenar un vacío léxico que causa numerosos problemas de enunciación: si queremos hablar de un antepasado remontándonos siete u ocho generaciones atrás, debemos decir "tataratataratataratatarabuelo", lo cual es engorroso y exige un conteo de cada uno de los "tátara" para conocer la filiación exacta. Si queremos sustituir la serie de los "tátara" por la expresión "antepasado", no queda claro si se trata de un pariente indirecto o directo. Además, la palabra "antepasado" es demasiado vaga, como cuando decimos "los griegos son nuestros antepasados", con lo cual no queremos decir que haya un lazo de sangre entre nosotros y los griegos.
Por otra parte, cuando decimos "pariente lejano" no estamos diciendo lejano en el tiempo, sino en la filiación sanguínea.
Con esta palabra, en cambio, establecemos con precisión que se trata de un pariente, que tiene nuestra sangre y que ha sido el generador de uno de los deltas genéticos que desembocaron en nuestra persona. La palabra, sin embargo, no especifica cuánto debemos remontar en nuestros antepasados tal como lo hacen los sucesivos "tatara". Sin embargo, la sucesión de "tatara", en vez de aclarar la filiación generacional, muchas veces es fuente de confusiones. Por otra parte, cuando hablamos de "tataratataratatara..." por lo general no necesitamos de una precisión absoluta, y solemos encadenar los "tatara..." arbitrariamente, por mera diversión o con ironía más que con una intención informativa: "Este imbécil dice que es pariente directo de Galileo, pero apenas es su tataratataratataratataratataratataratatarasobrino segundo"
¿Tiene usted algún arcómato ilustre?
6 comentarios:
Ya que lo pregunta, tengo razones para suponer que por mis venas corre la sangre de cierto general romano... y la de como cien mil campesinos analfabetos, soldados incultos, mendigos, prostitutas, matones, curas y obispos, salteadores de caminos, marineros sin puerto, sacerdotes de cultos desaparecidos, músicos trashumantes y muertos de hambre de toda laya. Es que somos familia numerosa.
Ah, pero ilustre ilustre no tiene a nadie. En cambio yo, soy el tataratataratatarararararaarararr
bisbishijo del general Juan Domingo Perón. Ya sé que no dan los tiempos, pero no se olvide de que yo vengo del futuro y Perón viene del pasado.
Lo que pasa es que Perón se quedó en los '70.
Bueno: «cierto ilustre general romano».
Ah, ahora me la quiere arreglar.
Il vecchieto nella fotografia è il mio nono!!! Caro nono!!! Vecchio arcomattone mio!!!
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