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Imagen que adviene a la mente sin la voluntad del imaginador.
Un abulícono es un producto de la imaginación formado espontáneamente. El sujeto imagina una situación determinada, pero dentro de esa situación ocurren cosas que él no tiene la voluntad de imaginar. Puede estar imaginando a su gato durmiendo y ronroneando, pero de pronto -sin que él lo haya premeditado- el gato se da vuelta y le clava las garras. Puede pensar en el rostro de su mujer, pero acto seguido se le aparece la cara avejentada de una maestra de la primaria, o la de su abuela, o la de su gato que le clava las garras.
Los abulíconos son fenómenos curiosos en los cuales el imaginador se sorprende de su propia imaginación. Como si se estuviera proyectando a sí mismo una impredecible película cuyo argumento se construye solo, en algún limbo entre el inconsciente y la fantasía.
Para que haya un abulícono, es necesario que la persona esté despierta y no sufra -normalmente- de alucinaciones.