(Adjetivo. Del griego polys = muchos y hodós = camino. Sustantivo: polihodia)
Dícese del problema que puede resolverse de muchas maneras diferentes.
Este término debe oponerse a "monhódico". Los problemas monhódicos son (como es previsible), aquellos que tienen una única solución o un único método posible para alcanzar su resolución. Ejemplos de clásicos problemas monhódicos son los laberintos (los más básicos tienen un único camino que conduce a la salida) y los crucigramas (en los cuales no hay posibilidad de llenar correctamente cada espacio vacío más que con una única letra)
Existen otros problemas cuya resolución es unívoca, pero permiten llegar a ella por varios medios. Muchos juegos virtuales (entre los que ampliamente se destaca este) están pensados de manera que no haya una única estrategia dominante ni una pieza obsectriz. Aun cuando el objetivo final sea único, no se estipula que deba cumplirse siguiendo una cadena de pasos estricta y predeterminada. Se puede levantar un cubo del piso con las manos, con los pies, con un gancho o con escatológicas herramientas ad hoc. El objetivo será el mismo, pero se puede lograr por medios muy diferentes.
Existe un término ya publicado en Exonario cuya vecindad semántica es significativa: Déltodo. La definición de déltodo es muy parecida a la de polinhodia. La diferencia crucial está en que el déltodo es algo que aplica una persona: la palabra hace referencia al componente subjetivo, mientras que un problema es objetivamente polihódico (más allá de si lo encaramos deltódicamente o no) Es posible encarar deltódicamente un problema que no sea polihódico. Porque, aunque el problema sólo tenga un camino de solución posible, nosotros debemos probar varios caminos hasta dar con el correcto (he ahí el carácter de deltódico)
Las personas no deltódicas sólo pueden tratar a los problemas como si fueran monhódicos.
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