(Sustantivo. Del griego euriskós = encuentro y algéo = dolor)
Desconcierto, dolor y sorpresa por encontrarnos con la persona que nos ha abandonado.
Nuestra pareja decide dejarnos y un mes después nos la cruzamos por la calle. Está distinta; se ha hecho algo en el cabello, usa ropa que no le conocíamos y ahora tiene una expresión diferente en la cara. Nos miramos por un instante y cada uno sigue de largo. Aunque muchas cosas en ella son diferentes, el solo hecho de mirarla reaviva una sensación familiar y tierna que con esfuerzo habíamos tratado de sepultar durante el largo mes de soledad. Ese encuentro casual nos ha provocado euriscalgia: un repentino conglomerado de sensaciones contradictorias y agridulces. La euriscalgia desbarata el precario duelo que empezábamos a transitar, y nos hunde una vez más en la congoja.
Esta situación puede ocurrir también si nos cruzamos con el jefe que nos echó de su empresa, o si una mascota se encuentra por casualidad con el amo que lo abandonó, o, aun, si se nos aparece el espíritu del familiar muy querido que un día decidió suicidarse.
La euriscalgia la puede sentir también la persona que abandona.
1 comentario:
Ohhh... me dió como una euriscalgia por adelantado :(
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