(Verbo. De nefastus = impío, maldito y cordis = corazón, afecto. Verbo: nefascordiar)
Historia en primera persona que busca admiración a partir de una desgracia o una decisión estúpida.
Cuando llega la sobremesa, o cuando una reunión se vuelve prolongada, ya no quedan hazañas o aventuras heroicas para contar. En ese punto, comienza el tiempo de nefascordiar: los invitados compiten para ver quién cuenta la mejor historia que lo hace quedar como un pobre desgraciado o un imbécil. Es muy común que se elaboren contrapuntos de nefascordios: los invitados compiten para ver a quién le ha ocurrido el hecho más desgraciado o quién ha tomado la decisión más irracional. El nefascordio normalmente comienza con la frase: "No sabés lo que me pasó a mí". Ejemplos: El invitado A dice "Ayer me crucé con una persona que me miraba feo. Le pregunté por qué me miraba y me empezó a golpear. No sabés cuánto me golpeó. Lo quería esquivar y no podía. Se juntó gente a mi alrededor y se reía. En mitad de la pelea se me cayeron los pantalones". El invitado B agrega: "¿Y lo que me pasó a mí? No tenés idea. Fui a cobrar el sueldo y tuve un pálpito. Me metí en el casino y lo jugué todo. Perdí. Entonces pedí un préstamo para recuperar el dinero perdido. Volví a perder. Entonces saqué dinero de la empresa para recuperar todo. Volví a perder". El invitado C intenta levantar su apuesta: "¡Y si yo te contara! Me caí en una escalera mecánica de un shopping y cuando llegué arriba el borde de la escalera me agarró el cachete del culo! La escalera se trabó. Hubo que llamar a una ambulancia. Todos se reían"
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