lunes, 20 de abril de 2009

Deconti

(Adjetivo. De "da cuenta")

Dícese de la persona cuyas decisiones son productos de un repentino darse cuenta de algo importante.

El deconti no cambia de gustos, de costumbres o de opiniones simplemente porque sí: todos sus cambios son producto de una profunda revelación o de un inescrutable y prolongado proceso mental. Puede haber tenido el pelo largo durante décadas, pero un día "descubre" o "se da cuenta" de que "el pelo largo es para estúpidos" y se lo corta. A partir de ese instante tiene opiniones descalificadoras para con todo aquel que tiene el pelo largo y puede llegar a tratarlos de inmaduros o de seres inferiores.

A veces el deconti marca su diferencia con las expresiones "yo ya me di cuenta de que..." o "yo soy el único que se da cuenta de que...", queriendo destacar que su decisión marca un estadio superior de madurez o de inteligencia. "¿Seguís jugando al póker con tus amigos? No, yo ya me di cuenta de que los juegos de azar son en realidad un engaño". "¿Todavía seguís saliendo con la misma mujer? Por lo que veo, soy el único del grupo que se dio cuenta de que la monogamia es una pavada".

De más está decir que las "revelaciones" del deconti son banales: "Yo me di cuenta de que la literatura no era lo mío el día en que quise escribir dos palabras y no pude. Ahí me di cuenta de que estaba para otra cosa mejor". También puede verse que el deconti aprovecha su supuesta revelación para declarar que, gracias a ella, su vida está mejor encaminada o ahora conoce qué cosas son buenas. Pero basta con que pase un corto tiempo para que el deconti tenga otra revelación, muchas veces en sentido contrario al de la revelación anterior. Entonces se da cuenta de que son estúpidos los que se dan cuenta de que dejarse el pelo largo es para estúpidos, y vuelve a dejarse el pelo largo, a jugar al póker o a violar huérfanas.