jueves, 1 de enero de 2009

Mortar

(De muerte. Conjugación: yo morto, tú mortas, él morta, vosotros mortáis, ellos mortan. Perfecto simple: morté. Perfecto compuesto: he mortado)

El verbo "nacer" se refiere al hecho puntual de ser lanzado a la vida. "Vivir", en cambio, se refiere a toda la extensión de la vida, y "morir", nuevamente, se refiere al momento puntual en el que se muere. Pero no existe un verbo que se refiera a la muerte en toda su extensión.
Por eso, mortar podría significar transcurrir del tiempo en que dura la muerte. Cuando un niño pregunta qué está haciendo su abuelo muerto, la madre podrá decirle que está jugando con los ángeles, que está durmiendo o que huele las flores desde abajo de la tierra. Pero más exacto sería decirle cuál es la actividad propia del muerto: mortar. "El abuelo está mortando" es la contrapartida exacta de "El abuelo está viviendo".
Por otra parte, ¿cuándo se deja de mortar? Sin duda, cuando los restos del muerto se degradan lo suficiente como para volverse irreconocibles, o cuando se confunden sus huesos en un osario común. Mientras las personas mortan pueden ser visitadas en sus tumbas y se les puede enviar flores.
Sólo se puede hablar de cocatacos si se les puede dar alguna identidad a los muertos. Por eso, sólo pueden ser cocatacos mientras están mortando. Los cocatacos conmortan: es decir, mortan juntos.

Para mortar no es necesario apelar al concepto de posmortemidad. Se morta aun cuando no hubiera experiencias cualitativas post mortem.

6 comentarios:

«—x—« dijo...

Muy buena esta palabra, Sr. Mux. Por simetría, ¿no debería haber una palabra para el tiempo que se extiende hacia atrás desde el nacimiento? Tal vez usted ya la haya pensado y me esté anticipando.

Una vez leí que ya que nos angustia pensar que podemos no existir después de muertos ¿por qué no nos angustia pensar que no existíamos antes de nacer? No recuerdo el autor de esa brillante observación.

Para el budismo tibetano, el tiempo que se extiende a partir de la muerte no es eterno: dura un máximo de 49 días, y luego se produce la siguiente reencarnación y se reinicia el ciclo de nacimiento, vida y muerte. Los tibetanos llaman a este período intermedio «bardo».

Una vez en un salón de chat, vi que alguien se había puesto como nick «Tibetano». No pude reprimir mi espíritu jodón y le dije: «A vos seguro que te gusta el bardo». No me respondió; la gente es muy inculta, o no tiene sentido del humor (o ambas cosas).

Jorge Mux dijo...

Estimado y admirado señor X: no había pensado en una palabra para nombrar el tiempo antes del nacimiento. La voy a tratar de hacer, en honor a su sugerencia.

Anónimo dijo...

"bardo", qué cantidad de chistes de cuarta se me ocurren con respecto al comportamiento del alma antes de la reencarnación... y bueh.

«—x—« dijo...

Y... por ahí, el «bardo» son como unas vacaciones que se le dan al alma antes de empezar de nuevo con todo el asunto de vivir, ¿no?

gabrielaa. dijo...

a Ud. «—x—«, ya le dije que tenía que leer "The Years of Rice and Salt" de Kim Stanley Robinson!

«—x—« dijo...

Seguramente cuando me lo dijo yo no tenía la lucidez suficiente para registrarlo; ahora que insiste, lo pongo en la lista de libros a leer pronto. (Mientras tanto, estoy releyendo una novela de Muralami.) En estos días viajo a BA y le llevo el de Salinger.