viernes, 15 de febrero de 2008

Mandamínimo

Existe el mandamás quien, según la Real Academia, es la persona que ostenta demasiada autoridad.
Pero, ¿qué pasa con quien ostenta una gran autoridad, pero sin embargo su autoridad es mínima? Eso es lo que mienta este término: el mandamínimo (en su primera acepción) es una persona cuyo poder es minúsculo; pero que se aprovecha de dicho poder para poner todos los obstáculos imaginables.

Un mandamínimo es aquel supervisor raso, o aquel cabo del ejército, o aquel empleado de la telefónica que hoy, ahora, en este preciso momento, tiene un gran poder de decisión sobre alguna cuestión que a nosotros nos interesa, y se regodea en ello. Nos hace esperar, nos maltrata y nos muestra el infranqueable muro de su modestísima autoridad. Sabe que, en cuanto pongamos un pie en la calle o cuando hablemos con alguien que tiene más poder que él, el mandamínimo deberá retractarse por habernos maltratado; pero en esos pocos segundos de intransigente soberbia se siente un dios.

El mandamínimo gorrea y es sumamente soconto.

Existe el término "mandamenos" para referirse a un mandamás que intenta imponer su voluntad a toda costa y al cual la mayoría obedece. Un mandamás ilegítimo es, en el fondo, un mandamenos. Los que lo siguen y adoptan su carácter autoritario, son unos mandamínimos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

busque esta palabra en el buscador y no aparece... a mi me suena inventada, señor exonario...

gabrielaa. dijo...

todavía no entendiste, no?

fijate donde dice ¿Qué es el Exonario?, esas letritas blancas sobre fondo verde claro, acá a la derecha de la pantalla