miércoles, 7 de noviembre de 2007

Posmortemidad

(Sustantivo. De post mortem)

Conjunto de experiencias y situaciones que suceden después de la muerte.

La palabra "muerte" puede entenderse en dos sentidos: como la completa y continua ausencia de toda experiencia, o como el instante en que se abandona el mundo de los vivos. En el primer sentido de "muerte", no hay lugar para la posmortemidad. En el segundo sentido, se entiende a la muerte como suceso casi instantáneo: la muerte es ese momento en el que el alma deja de pertenecer a un determinado cuerpo. Luego de que cuerpo y alma se separan, no hay más muerte. Esa transvida (sea lo que fuera o como fuera) es la posmortemidad.

Para la noción de "posmortemidad" no necesitamos, estrictamente hablando, de la división entre cuerpo y alma. Hay posmortemidad si luego de la muerte sigue habiendo algún tipo de experiencia cualitativa. No es necesario postular la existencia de un alma trascendente ni, mucho menos, presuponer la existencia de algún dios.

La posmortemidad es una hipótesis metafísica que, paradójicamente, no escapa de los límites de una especulación estrictamente científica: sólo utiliza el supuesto de que, luego de la muerte, es posible ser sujeto de experiencias. Preguntarse por la naturaleza de dichas experiencias puede ser trabajo de la ciencia (en particular, de la filosofía de la mente) si se atiende a las condiciones de posibilidad de la experiencia mientras el sujeto está vivo. Puede especularse que, si tales y tales eran las experiencias posibles de una persona mientras vive, entonces por analogía, después de muerto (en ausencia de un cuerpo), la experiencia puramente cualitativa sería de tal y tal calibre. En otras palabras, la especulación filosófica no-metafísica se pregunta: ¿qué experiencias cualitativas dependen directamente de la relación de una mente con un cuerpo? y ¿qué experiencias no dependen necesariamente de la unión de una mente con un cuerpo?

3 comentarios:

«—x—« dijo...

Existe un concepto relacionado, el de prenatalidad. No recuerdo quién fue el que se preguntaba (con otras palabras) por qué a los seres humanos nos angustia la posibilidad de una ausencia total de experiencias en la posmortemidad, pero permanecemos indiferentes ante la falta de evidencia de cualquier clase de experiencia en la prenatalidad.

Iota dijo...

Yo creo que la asimetría entre el miendo a la carencia de representaciones de la postmortemidad en relación a la prenatalidad surge porque las experiencias surgen gradualmente pero cesan de manera brusca. Además hemos perdido la memoria de cómo es que iniciaron, o mejor dicho, no había nada antes de ellas porque no existían en el tiempo ("en el único tiempo que yo percibo" podría decir, parafraseando a Luigi).

Hay una idea, presente en Schopenhauer (R2D2 para los amigos), Luigi y Borges (ya le voy a inventar un apodo), que consiste en que los animales son inmortales porque viven en el presente. La muerte sólo puede ser conocida como algo futuro, ya que de ningún modo es una experiencia.

«—x—« dijo...

También entra aquí el asunto ése de la flecha del tiempo: no haber sido no nos preocupa, porque es algo que ya pasó; pero dejar de ser nos angustia, porque está en el futuro.

Esto me recuerda una cuestión que también me intriga (tal vez ustedes puedan darme alguna pista): si adoptamos una hipótesis estrictamente materialista y suponemos que la prenatalidad y la posmortemidad son la falta total de experiencias, entonces nada diferencia la una de la otra, ¿no? No se puede distinguir el ya no vivir del todavía no vivir. Haber muerto y todavía no haber nacido es una y la misma cosa. Puesto que el transcurso del tiempo es una experiencia, según la hipótesis no podemos imaginar ni un antes ni un después de nuestra vida, porque «antes» y «después» son conceptos relativos que sólo pueden aplicarse en el interior de la burbuja de existencia que es nuestra vida. Ahora bien, ¿cómo puede ser que donde no existe el tiempo surja una experiencia con dimensión temporal? ¿Y cómo puede ser que esa experiencia sea asimétrica, como un ir desde el nacimiento a la muerte? ¿De dónde surge esa asimetría? No sé si me explico. (Imaginar aquí al Sr. «—x—« con cara de incógnita.) De todos modos, sepan que no me quita el sueño, que bien pesado lo tengo.