(grafos, piros)
Bolígrafo con alguna sustancia líquida que escribe sobre el fuego. También: Hierro que se utiliza para dejar mensajes en las brasas.
Durante el siglo XVI, en Europa en aras de la búsqueda de una piedra filosofal, existió la tentación de dejar o aun de descifrar mensajes en los movimientos de las llamas. Los grafópiros, sin embargo, sólo fueron parte de la fantasía alquimista. Nunca pudo inventarse un instrumento capaz de escribir sobre el fuego porque, entre otras cosas, el fuego no posee sustancia sólida y, a causa de su naturaleza móvil, no se le puede imprimir una forma fija.
Sin embargo, a pesar de la imposibilidad de la grafopiría, surgieron muchos intérpretes de los mensajes en las llamas o incluso en las brasas.
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