miércoles, 27 de diciembre de 2006

Cleptopatía

(kleptós: robo; pathos: padecimiento, pasión)

Enfermedad mental consistente en creer que a uno le han robado.

El cleptópata siente, de manera repentina, continua, y sin motivo alguno, que le han robado la billetera o el dinero o las joyas que lleva (para lo cual constata a cada segundo su bolsillo). En otras versiones, el cleptópato siente que, si está en su trabajo o de vacaciones, alguien ha entrado en su casa y le ha robado sus bienes. O, si deja dinero en el banco, teme que cada vez que vaya a visitar la caja de ahorro, el saldo le de cero. Si da algo en préstamo (aunque sea una taza de azúcar) teme que luego le digan "usted no me prestó nada".
La cleptopatía es la contracara de la cleptomanía. Es probable que la enfermedad de la cleptopatía surja a partir de convivir con un cleptómano.

No debe confundirse la cleptopatía con la sensación de inseguridad de algunos sectores de nuestra sociedad. Tener la sospecha fundada de que nuestra casa es insegura no nos convierte en cleptópatos. Creer continuamente que cualquier persona por la calle está disimulando para robarnos, es de cleptópatos.

La línea es muy delgada, y puede pasarse de una sana sensación de inseguridad a una patológica cleptopatía. Las cosas se confunden, porque la sensación de inseguridad puede ser también patológica, y puede incluir o no a la cleptopatía.
Cuando el cleptópata efectivamente ha sido robado, tiene un sentimiento de tranquilidad que le dura algunas horas. Si sus sospechas se ven confirmadas, la horrible sensación se detiene, porque ya no hay más de qué sospechar: es un hecho. El mecanismo psicológico es, en ese sentido, inverso al de una persona no cleptópata.

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