(Sustantivo. Del griego hémera = día y morphé = forma)
Forma y estructura que poseen los días.
Los martes estamos en la oficina de ocho a diecisiete y después vamos al gimnasio, y los miércoles corremos por el parque hasta las diez, luego desayunamos y vamos al trabajo de doce a ocho de la noche, para luego cenar en un bar. He ahí la hemeromorfia de nuestros martes y miércoles. Cada vez que alguien nos dice "el martes", inmediatamente asociamos el día con la rutina que le toca. Un martes no es igual a un miércoles: como si el día tuviese su propia personalidad. La hemeromorfia condiciona nuestro humor, nuestros proyectos, horarios de sueño y comidas. Si el sábado no trabajamos y no tenemos una rutina definida, podemos quedarnos hasta tarde el viernes: es que viernes, sábado y domingo se "apoyan" mutuamente en una hemeromorfia relajada, aunque la del domingo suele ser ligeramente depresiva (pues el domingo se "apoya" en el lunes)
Cuando cae un feriado inesperado, el día se vuelve irreconocible por culpa de su bisoliña. El martes feriado se trasviste; se pone las ropas de un domingo anómalo y engañoso. Si el jefe nos pide que el domingo nos quedemos a trabajar, ese solo huiqueo nos conducirá a cambiar los colores y las expectativas propias de un domingo.
Existen días que no tienen hemeromorfia. Suelen darse en vacaciones, cuando nos acostamos muy tarde y luego dormimos toda la mañana y parte de la tarde. O, a veces, cuando realizamos una actividad inusual que demanda mucho tiempo en horarios en los que solemos hacer otras cosas: mirar una maratón de series en DVD, jugar videojuegos o cultivar zapallos. En esos casos solemos soprendernos de lo tarde que se hizo y podemos sentir cierto malestar, como si faltara algo importante para que el día termine.
La noción de hemeromorfia parece aplicarse sólo a los días de la semana. Sin embargo, también puede aplicarse a los días del mes o del año. El martes doce de enero no tiene la misma hemeromorfia que el martes dieciséis de julio. Un martes de los primeros días del mes no es igual a uno de fin de mes (en particular, desde el aspecto económico). Sin embargo, la forma más imponente suele ser la del día de la semana: el martes tiene forma de martes, y sólo tangencialmente tiene forma de día de julio o de enero.
Exonario es parte la hemeromorfia de mi vida.
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